Una muestra homenaje a la actriz, dramaturga y directora Andrea Fiorino se montó el sábado y se desmontará hoy en el Museo Municipal de Arte Decorativo Firma y Odilo Estévez (Santa Fe 748 / San Lorenzo 753, entrada gratuita). Junto a los vestuarios de sus personajes más emblemáticos, como Nina Morante o algunas de las recreaciones del Homenaje a Niní Marshall, también se encuentran los programas de mano de varias de sus obras de teatro, algunas de las muchas distinciones que recibió a lo largo de su carrera y un video con momentos desopilantes de sus actuaciones. Ahora, el desafío, es encontrar un espacio que aloje esta exposición por un lapso más prolongado, para que el público fiel que seguía a la artista pueda disfrutarla.
La muestra se habilitó el domingo, el día que Andrea Fiorino -fallecida el 25 de octubre pasado- hubiera cumplido 60 años. Hubo un homenaje del que participaron sus familiares y amigxs, y que no fue abierto al público por lo reducido del espacio.
Myriam Cubelos, las primas Gaby, Carla y Gisela, junto Piero Arsanto se encargaron del montaje, con la ayuda de Hernán, que es empleado del museo y las pasantes Rocío y Rebeca. Fabio Sbérgamo, una especie de ángel de la guarda de la actriz, editó el video, Claudio Perrin registró la muestra y el acto, donde sus seres queridos rieron y lloraron en su recuerdo.
El calor era agobiante, había algunos abanicos en la sala, y ventiladores. El periodista y crítico teatral Miguel Passarini fue el primero que recordó a Andrea Fiorino, con unas palabras que emocionaron a la audiencia.
"Sensible y consciente precursora en Rosario y en el país de un humor hecho por mujeres con una pata en la tradición, otra en la experimentación y una tercera siempre abierta al aquí y ahora, a esa extraña mezcla de malestar y emoción que genera en un artista como era ella cualquier función teatral, porque siempre decías: 'Todavía no tengo bien la letra, me falta…', e instalabas esa bella e incómoda idea de incertidumbre que en ciernes es el teatro, dejaste una marca de sentido a través de tu trabajo, de tu búsqueda, en una ciudad ingrata, con muy poca memoria, que jamás estuvo a la altura", dijo, tan nervioso como emocionado, Passarini.
Entre el premio Estrella de Mar Revelación 1999, el Magazine, la Manzanita de Tea para lxs maestrxs de la vida, y distintos vestuarios, se podía ver una oración al F.M.I. escrita de puño y letra por la actriz, nacida el 9 de febrero de 1965, que fue bailarina, coreógrafa, y brilló en la comedia.
Además de una de sus amigas, la recordó Verónica López, que fue su alumna en el taller de comicidad y pertenece al grupo Las Faroleras, armado por Andrea. Recordó la huella que dejó en quienes tuvieron el privilegio de tenerla como docente.
En una pantalla, circulaban imágenes de distintos personajes de Andrea Fiorino, y en la sala se exhibieron los programas de puestas tan diferentes como Nadie hablará de nosotras, Pequeñas terapias ilustradas, El discurso, Recordando a Niní Marshall, Para la cartera de la dama o el bolsillo del caballero, Crónica de una debacle (junto a Claudia Schujman) y Dios los cría, espectáculo que realizó con Salvador Trapani. Cada uno de esos espectáculos -y otros como El destino de los huesos y Un día de poder- tienen un espacio en la memoria colectiva de la ciudad.
Fiorino utilizó el humor como un cuchillo para diseccionar la época, las conciencias, el sentido común.
Y así se pudo escuchar a Sergio Escobar, ChuChu, Chuno para Andrea. El desopilante texto que Andrea le escribió a su personaje Mimí Nervios levantó risas, y la sensación de que algo de la actriz estaba presente en la sala.
La última que leyó fue Laura Copello, otro texto escrito por Fiorino, esta vez, sobre una cirugía cardíaca, con escenas que combinaban ironía y precisión, como era su marca.
Al final, Myriam Cubellos y Carla, una de las primas, cantaron el tango El que atrasó el reloj, que Andrea también cantaba.
Hubo brindis en su memoria.