La postal de los incendios en el sur del país quedó impregnada en la mente de millones de personas. Columnas de fuego avanzan de forma anárquica por los bosques y montañas del país. Pero si se hace foco en esa imagen, hay otras historias. Historias en las que un par de horas lo cambiaron todo, como la de Rosalía Millaldeo.

Rosalía vive junto a su familia, esposo y tres hijos en la zona del Río Azul, en Mallin Ahogado. El jueves 30 de enero pasado, casi dos semanas atrás, llegó el mensaje que lo cambió todo: brigadistas indicaban que debían evacuar rápido la zona porque el fuego iba para el lado de sus casas.

Por la 750, Millaldeo relató cómo el fuego cambió sus vidas para siempre: “Nosotros nos evacuamos el mismo jueves 30 que inició el incendio. Empezó tipo 4 y a las 6 evacuamos todo”.

Semanas después, sobre las ruinas, Rosalía y su familia regresaron al lugar, donde construyeron un “techo” para poder pasar la noche. Sus hijos, a pocos metros de distancia, descansan en una carpa, más abrigados y menos a la intemperie.

“Con ayuda de la gente lo pudimos cerrar un poco. Estamos acá instalados de nuevo. De nuestra casa no quedó absolutamente nada. Mi casa, la de mi hijo, mis nueros, mis cuñados. Eran de material y se quemó todo. No pudimos salvar nada”, se lamentó.

La reconstrucción se avecina lenta: “Tuvimos que tirar todo, porque se quemó tanto todo que no podemos hacer nada con lo que nos quedó. Principalmente necesitamos ayuda de la gente. Nos están ayudando mucho. Con eso estamos construyendo el techito este, porque ya se viene el frío y el invierno es muy duro acá”.

“Acá nos dedicamos a la producción de frambuesa, de dulces, de tejidos. El ingreso fundamental que es la plantación de frambuesa, pero la perdimos por el calor. Estamos en plena cosecha y perdimos todo, todo. La fruta que guardábamos para vender en el invierno. Todo lo producido ya está quemado”, se lamentó Rosalía.

Además, ante la pregunta de Víctor Hugo Morales, añadió: “De nuestra localidad no se acercó nadie. Vino el intendente de Viedma y nos trajo instrumentos para trabajar. Es el único que vino. Y la gente que trabaja en el municipio nos trajo alimentos y agua”.

“Estamos con una cuenta del banco que tiene mi marido y mi cuenta que estamos publicando”, cerró.

Rosalía y su familia reciben donaciones en los alias “puesto.poema.llave” o “coro.lila.agua”.