Javier Milei es, se sabe, muy pagado de sí mismo. El economista llegó a presidente de la Nación casi de la nada, en una carrera meteórica y, de manera comprensible, se le infla el ego. Se consideró públicamente uno de los dos líderes más importantes del mundo junto con Donald Trump y proclamó que Elon Musk es su amigo. Por eso no puede sorprender lo que reveló X, propiedad de quien el jefe de Estado considera cercano.
En las últimas horas circularon por la red social dos fotos de la quinta presidencial de Olivos, con el particular gusto de Milei por decorar las paredes con imágenes alusivas a su persona. Una forma de manifestar culto a la personalidad puertas adentro de la residencial oficial.
El mandatario tiene imágenes de leones (se suele emparentar con el felino al que proclaman "rey de la selva"), la portada de la revista Time que lo define como "The Radical", otra imagen de una una entrevista en inglés con el título textual "Mi desprecio por el Estado es infinito" y un dibujo que lo presenta como Wolverine, uno de los X Men.
El culto a la personalidad no se condice con las ideas liberales, pero Milei dio ya sobradas pruebas de la laxitud de sus conceptos: de aborrecer al peso ("excremento que no sirve ni para abono", llegó a decir) y al Banco Central, pasó a sostener una sobrevaluación de la moneda que produjo un indisimulable atraso cambiario con el dólar. De ahí para abajo abundan los ejemplos, y ahora se suma la galería de pinturas de sí mismo.
Algunas de las reacciones en X son las que siguen.