“El amor, en los boleros, es como una religión. Es, de hecho, una religión, una religión en la que se adora al amado o a la amada, equiparándolos con Dios, erigiéndoles un altar sagrado, rezando sus nombres para pedir que regresen, considerándolos una hostia santa”, dice Martín Kohan en Ojos brujos. Fábulas de amor en la cultura de masas, su libro de ensayos donde teoriza sobre el bolero, aquel género donde el romance es ley. Quienes podrían estar de acuerdo son el Sindicato Argentino de Boleros, una orquesta de La Plata integrada por 16 músicos y músicas que tomaron la posta del romance como una responsabilidad, y se propone "enamorar al AMBA".
Según Eugenio Demarchi, tecladista del Sindicato, los boleros están teniendo un revival. Las razones son un misterio, pero artistas jóvenes y no tanto sacan versiones de sus canciones en modo balada, en modo bolero. Público para el género existe, y eso han comprobado. Todos los miércoles, desde noviembre de 2023, existe un solo lugar que estalla de gente en La Plata: los Amor de Miércoles, donde el Sindicato de Boleros se presenta semanalmente junto a diferentes intervenciones artísticas.
Eugenio y Uriel Fernández, clarinetista, comenzaron a juntarse los miércoles porque era el día de la semana que ambos coincidían en estar sin sus hijas. "Siempre fueron los miércoles porque no había propuestas en La Plata para ese día", dice Eugenio. Desde 2023, asaron por tres lugares: Esquina América, Casa Suiza, y ahora están en el Club Ateneo Popular, donde el proyecto "terminó de cobrar identidad", afirma.
Siempre lo proyectaron como una idea de volver al baile de club. Su repertorio de entrada fue boleros, claro, pero también baladas y cumbias. "Queríamos retomar la idea de la orquesta antigua. En algún momento era algo común, cotidiano, encontrarse con una orquesta de tango o de bolero para ir a bailar a los clubes. No solo esa estética sino la impronta de baile. El bolero es un género que se baila pero que hoy no está difundido como baile. Es muy sencillo, parecido a un vals. Los famosos "lentos"", dice. De vez en cuando, una balada: Sandro, Nino Bravo, Alejandro Sanz o Joaquín Merino pueden tranquilamente hacer una aparición.
Su público no deja de ramificarse. Nunca quisieron inventar nada nuevo: sabían que los boleros estaban y están todavía presentes en el fondo de la mente de los argentinos. "Quisimos apuntarle a ese público que ya existe, pero también a renovar un poco ese público. Nos interesaba que aparezca un público que por ahí no está habituado a curtir clubes y empieza a habitar ese espacio y hacerlo suyo", dice Eugenio.
Algunos de los artistas con los que compartieron escenario son afines al bolero (Mel Muñiz, Sergio Pángaro y Chico Trujillo); otros, no tanto (la rapera Sara Hebe, la rockera Lula Bertoldi o la folklorista Luna Monti). Por una o por otra, también buscan que siempre haya artistas locales (como La Negra Buggiani o Mica Cortese). “Amor de miércoles” se vive como una noche de encuentro en torno a la cultura y no tanto como un show de música en vivo, aunque también está.
"Lo de enamorar al AMBA es una propuesta ambiciosa y chistosa", afirma Esteban "Tebi" Ramos, que se encarga de la producción general. "Lo que hacemos desde el Sindicato es también un redescubrirnos a nosotros mismos como banda en la escena del encuentro social en clubes, cómo nos sentimos con volver al baile, al encuentro, al club de barrio. Nos interesa la función social que realizan los clubes como puntos de encuentro, como espacios de expresión, de intercambio, de charla, de diálogo", dice.
Ambos lo relacionan a la post pandemia y a la crisis económica. La vuelta a lo analógico no viene solo de la mano de alejarse de la tecnología, sino volver a mirarse a los ojos. "Nosotros intentamos crear siempre un espacio que haga fuerza y haga hincapié en retomar los vínculos reales, mirarse a la cara, bailar con otros, todo lo que tenga que ver con fortalecer lo comunitario y lo popular, es por ahí por donde vamos", afirma Uriel Fernández, clarinetista.
Dentro del club, se encargan de la comida y de la barra de bebidas. Estéticamente también buscan evocar otro tiempo. Ahora están en el barrio del Hipódromo, que aún conserva su empedrado. "Hoy por hoy se podría interpretar como "vintage", pero para mucha gente sigue siendo un espacio de pertenencia y nosotros lo queremos revitalizar", dice Eugenio.
El 14 de febrero, este viernes, como no podía ser de otra manera, la orquesta del amor tendrá una fecha grande en la Comunidad Ferroviaria, un espacio tan cooperativo como ellos. Los acompañarán los shows de Mel Muñiz, Cachitas Now!, la musicalización de La Incondicional y LaPuta Ama DJ, e invitados de lujo: JoaquinxMerino, Denis Espinosa y el dúo Madera Mineral.
Las expectativas para esta fecha son altas. "La experiencia de este año nos ha demostrado que hay un público muy amplio para los boleros, y ya lo sabíamos también para la cumbia. Cada vez que tocamos, en cada fecha que hacemos, viene gente de diversas edades y convoca en general diversidad, que nos parece un valor en cualquier propuesta artística y en general en la vida", afirma Uriel.
Hace tiempo ya que les pica el bicho de llevar los boleros a los rincones del conurbano bonaerense. La serie de presentaciones del en el Gran Buenos Aires comenzó en enero en Berazategui, en el Complejo Cultural El Patio. El ensamble continuará presentándose el día viernes 21 de febrero, cuando arriben por primera vez en Vicente López, con entrada libre y gratuita. La música de la orquesta también llegará a San Isidro el sábado 8 de marzo, en un show al aire libre a las 19hs en Villa Adelina, también en formato libre y gratuito. Más fechas se vienen en otros espacios de la Provincia.
Un posible nombre para este recorrido territorial es Boleros Social Club. A cada lugar al que vayan, buscan convocar a artistas de ese territorio y darle trabajo a técnicos, cocineros, y "generar un movimiento más allá de la música y más acá de lo comunitario", afirma Uriel. Quieren hacer espectáculos populares, de precios populares, de música popular, donde bailar unos lentos, y volver a encontrarse, no solo en la música, sino en el romance y la mirada. Cada uno con su religión.