Ganó Boca 2 a 0 y la Bombonera celebró aliviada. El equipo de Fernando Gago no jugó bien. Pero dos errores de Ezequiel Centurión, el arquero de Independiente Rivadavia, le arreglaron una noche que venía complicada. A los cinco del segundo tiempo, Miguel Merentiel aprovechó una pelota fácil que se le escapó a Centurión para anotar el primer gol xeneize. Y a los treinta y siete, el arquero dio un rebote larguísimo y frontal ante un tiro de Milton Giménez y le sirvió a Exequiel Zeballos la definición para un triunfo que puso a Boca con ocho puntos en la zona A del Torneo Apertura.
Hubo silbidos en la despedida boquense del primer tiempo. Porque el equipo reiteró antiguos defectos y no mostró casi ninguna virtud. Sin juego en la mitad de la cancha porque Alan Velasco todavía no encajó ni se hizo cargo del armado, sin atrevimiento individual ni cambio de ritmo para sorprender, todo se limitó a las corridas por los costados de Barinaga y Saracchi y sus centros para la cabeza de Milton Giménez. Dos de esos centros, lanzados por Barinaga desde la derecha gestaron las únicas llegadas claras de Boca que Giménez y Merentiel no pudieron resolver.
El gol fuera de contexto de Merentiel en el arranque de la segunda etapa adelantó a Boca en la cuenta. Pero no le posibilitó hacer mejor las cosas ni generar un fútbol que entusiasme. Los mendocinos jugaron de igual a igual y de a ratos, manejaron la pelota con cierto criterio. Pero les faltó picante arriba. Y cuando pudieron llegar se toparon con las manos de Agustín Marchesín que cinco minutos después del gol de Merentiel, manoteó un zurdazo de Studer y lo hizo dar en el travesaño.
En todo caso, la diferencia estuvo ahí, en la diferente respuesta de los arqueros en momentos claves de la noche. Después, Boca no remarcó grandes diferencias ni mostró signos de una mejoría. Pero el gol de Zeballos tras otra equivocación de Centurión y el triunfo evitaron nuevos silbidos y un desencanto mayor. Boca todavía no arrancó. Pero siempre es mejor ganar mientras se va armando un equipo.