El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, rechazó las críticas del gobierno nacional y el porteño, luego de que tanto Javier Milei como Jorge Macri apuntaran a la Provincia por el incremento de la inseguridad, y aseguró que 2024 fue el segundo año con menor cantidad de homicidios en las últimas dos décadas, al tiempo que reclamó a Nación el pago de una deuda de $750 mil millones, equivalente a 10 mil patrulleros o 30 mil cámaras.
Alonso rechazó que exista una ola de
inseguridad y violencia extrema, tal como buscaron instalar desde
Nación y Ciudad en las últimas semanas, con ataques permanentes que
buscan, en tandem, esmerilar la gestión de Axel Kicillof, a quien
Milei acusó de tener “un baño de sangre” y “echarle la culpa
a la Nación”, mientras lo tachaba de “mentiroso, incompetente y
bruto”. Por su parte, el gobernador lo acusó esta semana de “hacer
marketing con el dolor y la tragedia” y le exigió que “podría
empezar por devolver 749 mil millones de pesos del Fondo de Seguridad
de los que se apropió ilegalmente”.
En una entrevista con la 750, Alonso se
amparó en números para responder a los ataques de Nación y Ciudad:
“En 2004 teníamos 2.700 homicidios. Diez años más tarde tuvimos
1.700. En 2024, 811. Es el segundo año con menos homicidios de los
últimos 20”.
El ministro de Seguridad pidió no
olvidar cómo usrgió “la agenda de la inseguridad”, que explotó
en la década de los 90, al calor de un modelo económico “con un
dólar barato, excluyente”, dijo para trazar una comparación con
la actualidad. “Por eso causa gracia cuando acusan a Kicillof de
que no le interesa la seguridad, y usan palabras vacías. Es el
gobernador con la menor tasa de homicidios, que más plazas
carcelarias creó y que más invirtió en seguridad”, resaltó.
Alonso dijo también que el 12 por
ciento de los homicidios fueron en ocasión de robo, y que el 60 por
ciento de los casos son “intrafamiliares”. “En el 60 por ciento
de las personas asesinadas, el imputado era un conocido. Ahora está
rebotando en TV el caso de un muchacho que asesinó a su abuela. De
los últimos homicidios que tuvimos, cinco fueron intrafamiliares y
dos ajustes de cuentas entre delincuentes. El asesinato een ocasión
de robo disminuyó mucho”, detalló.
Las zonas calientes
El ministro de Seguridad evitó dar detalles de cuáles son los distritos o barrios donde se concentran la mayor cantidad de episodios delictivos. En cambio, sostuvo que “los lugares más violentos se concentran en donde tenemos mayor exclusión, con dificultades de urbanización, barrios por donde el peronismo nunca pasó”.
“Por eso es tan importante la
urbanización de los barrios. El año pasado vimos cómo hubo todo un
movimiento donde para las familias que menos tienen es muy difícil
alquilar las viviendas incluso en los lugares más precarios. Hubo
mucho movimiento de gente. Y eso genera gente que va a vivir a
lugares que no conoce, que no son fáciles”, describió.
Además, dijo que “hay una causa en
el incremento de la vulnerabilidad” y que “la seguridad es una
construcción social”. “Que una persona decida salir a robar y
matar a alguien es una decisión que en algún momento se toma. Y en
la medida en la que no hay nada que perder, hace que esa decisión
sea una opción. Lo vimos en los 90 cómo la crisis del desempleo
hizo que muchos empiecen a contar historias”, remarcó.
Por último, Alonso volvió a
reclamarle a Nación el pago de la deuda del Fondo de Seguridad. “El
pueblo está haciendo un esfuerzo enorme para poder sostener el
sistema funcionando. Estamos encarando la compra de patrulleros. Pero
el Gobierno nacional nos debe 750 mil millones de pesos, que equivale
a poner 30 mil cámaras en cada uno de los municipios o 10 mil
patrulleros”, expresó. “Así se hace muy difícil”, dijo
indignado.