Elegancia bien entendida
Más allá de los vocablos inventados por creativos inmobiliarios, no hay dudas de que Palermo incluye dentro de sus límites varios Palermos distintos. De todos ellos, Roa Bar se ubica en una de las partes más aristocráticas, cerca de la coqueta Av. Libertador, zona que en los últimos tiempos vive un rejuvenecimiento provocado por su oferta gastronómica. Y este restaurante – autodefinido como bistró de cocina clásica internacional– es un buen ejemplo: elegante pero canchero, con iluminación tenue que logra intimidad, mesas vestidas con manteles blancos y sillas tipo Thonet. A esto se suman vajilla y cristalería de calidad, velas y servilletas de tela. La atención al detalle es meticulosa.
El menú impreso, bien lejos de los pandémicos códigos QR, presenta platos cotidianos muy bien ejecutados. Un buen comienzo es el pan con manteca, que en este caso incluye un delicioso pan brioche tibio acompañado de manteca batida. Luego aparecen entradas marcadas por el paladar local, desde un vitel toné o un noventoso melón con jamón hasta un omelette o alguna ensalada.
Los principales sugieren pastas hechas en casa, como los ravioles del plin rellenos de papa trufada y queso gruyere con salsas de hongos, pero también una hamburguesa, al mejor estilo dinner norteamericano, con queso real y cocinada al punto deseado por el comensal. Se suma pesca del día a la plancha, medio pollo pastoril asado con hierbas, milanesa de lomo o cortes de carne como la ceja de ojo de bife, abundante y parar compartir. Las guarniciones no defraudan, como buena compañía de los platos elegidos: papas fritas bien crocantes, puré bien mantecoso, arvejas y espárragos salteados a la plancha, entre otras.
El final dulce puede ir por el lado de la copa de mousse de chocolate, el helado de crema con garrapiñadas y salsa tibia de dulce de leche o un correcto tiramisú. Un extra bienvenido: la amplia carta de vinos de todo el país.
Con un precio promedio de $50.000 (y menú ejecutivo de mediodía a $22000), Roa Bar muestra algo que no abunda en Buenos Aires, con una defensa de sabores reconocibles, interpretada con calidad.
Roa Bar queda en Cabello 3788. Horario de atención: 12.30 a 15.30 y 19.30 a 24. Instagram: @roa.bar.
Camino a clásico
Corte Comedor nació como un éxito inmediato. Ubicado en Belgrano, zona difícil para una gastronomía con ambición, este restaurante abrió suspuertas hace ya seis años, primero como carnicería y luego, sumando salón comedor. Todo gracias a la visión de cuatro socios: Pablo y Marcelo Abritta (dueños de frigorífico), Santiago Garat (cocinero) y César Sagario (charcutero). Sumando los conocimientos de cada uno, lograron mezclar la tradición de las brasas con una mirada contemporánea y creativa, basada en carnes de alta calidad con trazabilidad precisa, explorando además la charcutería con propuestas únicas que incluyen variedad de chorizos y morcillas artesanales.
El local es moderno, luminoso, con un ambiente abierto que permite ver los fuegos en acción. Como en la mayoría de las parrillas, se puede comenzar con empanadas: pequeñas y fritas, de carne a cuchillo, salen bien jugosas de a media docena ($10000). Otra buena entrada es el trío de chorizos (criollo, puro cerdo y pollo, $18200) o, una de los más pedidas, la provoleta, generosa y cocida en horno muy fuerte, crocante por fuera y suave por dentro, acompañada de morrones, tomates, orégano y aceitunas.
De las brasas salen cortes conocidos y otros más nuevos: la entraña ($54000) está siempre entre lo más pedido, lo mismo el centro de asado ($48800). De lo menos conocido, aparece el flat iron ($36500), la siempre riquísima ceja de ojo de bife ($63600) o el medio bife madurado ($53800). Aclaración: son todos cortes grandes, posibles de compartir al menos entre dos personas.
Las ensaladas siguen la línea de calidad e innovación, esquivando la simpleza de una obvia mixta: hay de berenjenas con yogurt y cilantro ($9700) o de hinojo con cheddar inglés y aceitunas ($11900), entre otras. También guarniciones muy ricas como las papas fritas ($10000), unos deliciosos tomates antiguos ($12700) o unos espárragos con carbonara ($10900). De postre, los quesos artesanales con dulces son una maravilla ($16100).
Pasa el tiempo y Corte Comedor va camino a convertirse en clásico.
Corte Comedor queda en Olazábal 1391. Horario de atención: lunes a sábados de 12 a 16 y de 19 a 24, domingos solo mediodía. Instagram: @cortecomedor.
Oasis en el pasaje
Ubicado en el encantador Pasaje del Correo, en el corazón de Recoleta, Bis Bistró es desde hace rato un oasis culinario que fusiona tradición y modernidad. Pensado como bistró contemporáneo, el lugar fue reconocido como Bib Gourmand por la Guía Michelin, premio que la empresa francesa da a lugares con gran relación entre precio y calidad.
Algunos piensan a Bis Bistró como el hermano menor del renombrado restaurante Aramburu, ya que ambos tienen como cabeza al chef Gonzalo Aramburu. Y si bien hay un vínculo que se refleja en la calidad de la materia prima utilizada, las ideas de ambos lugares son muy distintas. Mientras que Aramburu busca la experimentación, en Bis el camino recorre platos simples ejecutados con técnica y constancia.
El salón de Bis es pequeño, de estilo clásico, con mesas vestidas de blanco, sillones de pana verde y sillas cómodas que invitan a la sobremesa. El menú no es muy extenso pero sí lo suficientemente diverso como para que cada comensal encuentre una opción a gusto. Comienza con entradas o raciones como la morcilla de burgos, huevo de campo y pan de nuez ($12000), la tortilla de papa con espuma de pimientos asados ($10700) o las mollejas de corazón con castañas de cajú, perejil y zanahorias ($15000).
Los principales sugieren diferentes proteínas como la pesca del día con pil pil ($28500), el pollo orgánico a la leña con polenta y pak choi ($27000) y platos generosos pensados para compartir, como el cordero patagónico ($54000) o corte de novillo madurado de 720 gramos ($52000). Todo se complementa con guarniciones como las deliciosas papas fritas con merken y huevo de campo ($7500) o la coliflor a la leña con gremolata ($7500). Para finalizar, entre los postres sale mucho el volcán de chocolate con cacao al 70 por ciento ($8000), o un babá ron con cognac, pomelo y chocolate blanco ($8000).
En un pasaje que es precioso, Bis se defiende con una propuesta apta todo paladar, recorriendo sabores queridos con mirada de calidad.
Bis Bistró queda en Vicente López 1661 (local 12). Horario de atención: martes a sábados de 12 a 15.30 y de 19 a 23, domingos solo de mediodía. Instagram: @bis_bistro.