En una reunión picante, atravesada por la polémica designación de Alejandra Vigo como reemplazante de Edgardo Kueider en la presidencia de la comisión de Asuntos Constitucionales, el oficialismo logró dar el último paso antes de convertir en ley la suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). El bloque libertario consiguió la firma de 11 senadores (tres en disidencia parcial) y se apura para tratar la iniciativa la semana próxima, antes de que terminen las sesiones extraordinarias y junto a los proyectos de juicio en ausencia y reiterancia. Desde Unión por la Patria no firmaron el dictamen y adelantaron a Página/12 que no darán quórum para sesionar.
Tal como había anticipado este diario, la comisión de Asuntos Constitucionales había quedado sin presidente por la expulsión de Kueider, detenido en Paraguay con más de 200 mil dólares sin declarar. Los libertarios y sus aliados acordaron que ese lugar quedaría para la cordobesa Vigo, esposa del exgobernador Juan Schiaretti y compañera de bancada de Kueider. La designación debía concretarse al momento de reunirse la comisión, que estaba temporalmente a cargo de su vicepresidenta, Sandra Mendoza, del Frente Nacional y Popular.
El jefe de ese bloque, José Mayans, acusó al oficialismo de violar la Constitución Nacional y el reglamento de la cámara, que establecen que las comisiones deben integrarse "proporcionalmente". No correspondía, entonces, que Provincias Unidas, con apenas un puñado de integrantes tuviera presencia en tantas comisiones y algunas presidencias claves como la de Asuntos Constitucionales. "Nosotros somos el 47 por ciento de la Cámara y ustedes, el 'rejuntado', son el 53 pero tienen el 67 por ciento de los lugares", alertó Mayans, y puso de ejemplo al senador de la UCR, Pablo Blanco, que participa de 19 comisiones. La cifra era tan absurda que hasta se escucharon risas en la comisión. Con "el rejuntado" Mayans se refería a los bloques que a principios del año pasado se complotaron para repartirse cargos, comisiones y presidencias. Eran 39 y ahora, sin Kueider, serán 38, apenas uno más que el quórum.
"Kueider, un ladrón, un chorro, un mentiroso, que compró departamentos en Paraguay inmediatamente después de haber cambiado su voto por la Ley Bases... es bochornoso. Ahora le dan el lugar a quien quedó dentro de la banda. Se lo reemplaza por alguien del mismo bloque y eso es porque hay un acuerdo mafioso para lograr el voto de ustedes", señaló, punzante, la neuquina Silvia Sapag. Vigo la escuchaba inmutable.
El pampeano Daniel Bensusán, la riojana Florencia López y el puntano Fernando Salino también cuestionaron en duros términos la jugada oficialista. La convocatoria a la comisión no la realizó Mendoza, la vicepresidenta a cargo sino el secretario, un empleado administrativo que sólo tiene esas atribuciones cuando una comisión no está constituída. "Esta reunión es nula de nulidad absoluta e insanable", sentenció López.
La respuesta corrió por cuenta del salteño Juan Carlos Romero, compañero de interbloque de Kueider y quien propuso a Vigo para encabezar la comisión. Pareció olvidar sus incontables reproches al kirchnerismo por sus "atropellos instuticionales". "Por ahora las proporcionalidades no cambiaron. Seguimos siendo mayoría. Nuestro rejuntado tiene 39 votos y el de ustedes 33", retrucó. También señaló que el artículo 91 del reglamento dice que las comisiones se integraran "en lo posible" de manera proporcional. Una chicana sin sentido. Lo que el texto refleja es que la proporcionalidad exacta no es factible porque no se pueden dividir los lugares en menos de un senador.
Lo siguió Ezequiel Atauche, jefe del bloque libertario. Usó argumentos similares. "La comisión tiene autonomía y es democrática. ¿Qué problema hay con que se vote?", preguntó, sabiendo que tenía asegurados 10 votos contra 9 de UxP. Antes de pasar a la votación nominal, Mendoza reiteró el rechazo al procedimiento utilizado y anunció que se abstendría, dado que estaba involucrada personalmente. Para alcanzar la mayoría, la propia Vigo tuvo que votarse a sí misma, algo que por decoro no suele hacerse.
Apenas se sentó en la presidencia, la cordobesa pasó a la firma el dictamen de suspensión, sin debate. Tuvo que ser interrumpida por los senadores que querían opinar del proyecto. El ex lilbertario Fernando Paoltroni fue uno de los más duros. "Esto le sirve a todos los que son los dueños de la lapicera, todos los que hoy tienen un patrón, llámese Javier Milei, Cristina Kirchner o un gobernador", dijo y agregó que la reforma de las PASO "jamás estuvo en la plataforma" de campaña libertaria.
Mayans antes y López después, reclamaron por el debate del Presupuesto Nacional. "Es una vergüenza que estemos discutiendo las PASO y Ficha Limpia cuando la gente no llega a fin de mes. Esto es un show, déjense de joder", señalo el formoseño, con el estilo que lo caracteriza.
En un curioso discurso, el radical Pablo Blanco, quien se definió como "defensor" de las PASO y dijo que el proyecto "no es oportuno", justificó su apoyo al dictamen porque la Cámara de Diputados le había dado media sanción con una amplia mayoría: 162 votos a favor. "No me cabe ninguna que la postura del actual gobierno es que más que elegir un Presidente han elegido un emperador", agregó y estampó su firma de todas maneras. Eso sí, en disidencia, igual que su compañero de bancada, Maximiliano Abad y la senadora del PRO, Guadalupe Tagliaferri.
Nadie del gobierno defendió el proyecto. Ya tenían las firmas suficientes.