Una semana después, con el país en estado de sitio y siete muertos por la represión policial a movilizaciones de la oposición, el Tribunal Supremo Electoral de Honduras dio por cerrado el escrutinio especial de las elecciones presidencales y declaró ganador de los comicios al actual presidente, Juan Orlando Hernández, candidato del gobernante Partido Nacional, con el 42,9 por ciento de los votos. La Alianza de Oposición contra la Dictadura, que llevó como candidato a Salvador Nasralla, obtuvo el 41,3 por ciento de los votos, pero sus referentes, entre ellos el expresidente derrocado Manuel Zelaya, denunciaron que no se revisaron el total de actas cuestionadas como parte de un fraude. Por lo que ahora se abrirá una segunda etapa de impugnaciones.
"Lo que tenemos son los resultados del proceso", expresó el titular del TSE, David Matamoros, y agregó que "se seguirá trabajando en los siguientes pasos del proceso, que incluyen las impugnaciones, que seguramente las habrá". Matamoros dio por finalizado el conteo especial sobre 1.006 actas en las que se detectaron inconsistentes tras una jornada de catorce horas, que se inició ayer luego de las multitudinarias movilizaciones del sábado encabezadas por los militantes de la Alianza de Oposición contra la Dictadura.
El escrutinio especial debió se reprogramado en dos oportunidades ante la negativa de la alianza opositora, dirigida por el expresidente Manuel Zelaya, de presentarse a validar la revisión de sólo 1.006 actas. Según el candidato opositor Nasralla, las actas bajo revisión debían ser unas 5.179 y ante la negativa del TSE anticipó que desconocería los resultados porque el "fraude se ha fraguado en el Tribunal Electoral".
"Ellos han plan planteado revisión de actas, no han planteado apertura de maletas, es una revisión del acta física contra la copia que ellos tienen, no estamos cerrando ninguna puerta, solo el escrutinio de lo que tenemos hasta este momento", enfatizó Matamoros para minimizar las denuncias de la alianza opositora.
Los comicios se habían celebrado con normalidad el domingo pasado, pero el miércoles, la página del TSE dejó de subir información justo cuando Hernández comenzó a tomar ventaja sobre Nasralla, después de que el candidato de la alianza dirigida por Zelaya hubiese llegado a estar cinco puntos por encima del actual presidente. El argumento fue una "caída del sistema", sin embargo, la Alianza de Oposición contra la Dictadura denunció el fraude y el sábado miles de hondureños salieron a las calles en todo el país para respaldar a Nasralla.
En la crónica de las movilizaciones, los medios hondureños denunciaron siete víctimas mortales por heridas de bala en la represión policial a las manifestaciones. El sábado, tres de las víctimas se produjeron en San Pedro Sula, al norte del país; y otras dos personas murieron en la localidad de Choloma de la misma ciudad. En tanto, una adolescente de 14 años murió en Tegucigalpa, capital del país. La primera víctimas registrada en los medios hondureños había sido un hombre en la noche del jueves en la ciudad de La Ceiba, en el Caribe hondureño.
Tras la represión y las muertes del sábado, el gobierno de Juan Orlando Hernández declaró el estado de excepción por diez días en el país centroamericano. Ayer, se vivió un ambiente tenso en la capital hondureña, donde miles de soldados y policías provistos de escudos, bastones y bombas lacrimógenas cerraron varias calles y bulevares para evitar que los manifestantes se acercaran mucho a las instalaciones del Instituto de Formación Profesional, donde se guarda todo el material de las elecciones.
En esa clima, continuarán las denuncias cruzadas de fraude. Matamoros aclaró que los resultados registrados no son una declaración oficial de nuevo presidente electo de Honduras y que todavía restan varias mesas por escrutar para la fórmula de diputados y alcaldías municipales, en las que también se impone el Partido Nacional.