Días después del discurso de Javier Milei en Davos, en el que asimiló las diversidades sexuales a la pedofilia y culpó al feminismo de todos los males, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, redujo las áreas encargadas de las políticas públicas en relación a los géneros y las diversidades en la Ciudad de Buenos Aires.

Hasta este recorte, la politóloga Carolina Barone estaba a cargo de la Subsecretaría de la Mujer, que será desarmada y pasará a tener dos direcciones: la Dirección de Violencia, que a su vez se hará responsable de la Línea 144, y la Dirección de Autonomía Económica de la Mujer, que estará encargada de contribuir a la “igualdad real” de oportunidades. Estas direcciones serán supervisadas por la vicejefa de Gobierno, Clara Muzzio.

Pocas horas antes de conocerse esta decisión, Barone, entrevistada en el streaming de Lara López Calvo y Gonzalo Aziz dijo que, de eliminarse la figura de Femicidio del Código Penal, 306 condenados por ese delito podrían pedir su libertad condicional.

Lamentamos la decisión del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Es muy importante la labor que viene haciendo el área de género de la Ciudad. Además, tenían al frente a una persona sumamente preparada y competente, con quien en nuestro caso, teníamos una articulación política permanente, porque la Ciudad tiene una Línea 144, como tenemos nosotros nuestra propia Línea”, dice a Las12 Estela Díaz, ministra de Mujeres y Diversidades de la Provincia de Buenos Aires.

La ministra explica además que el intercambio y el trabajo conjunto era cotidiano porque las jurisdicciones funcionan, en muchos casos, casi como una única jurisdicción: “Cuando hay que acompañar a personas que sufren la violencia en la Provincia y viven en la Ciudad de Buenos Aires, o que trabajan allá, o son ex parejas”.

“Nos preocupa especialmente qué va a pasar con el enfoque de atención de esa Línea 144 porque si van a seguir los lineamientos del Gobierno nacional, dejan de ser líneas que atienden violencia de género y eso es realmente grave y preocupante”, agrega Díaz. En nuestro país, según el informe del Observatorio contra la Violencia Patriarcal Lucía Pérez, en 2024 hubo 317 femicidios y contrariamente a lo que dicho por el vocero presidencial que los “asesinatos de mujeres bajaron”, La Casa del Encuentro registró que entre el 1 de enero y el 31 de octubre de 2024 hubo 275 femicidios, frente a 243 en los mismos meses de 2023: los números demuestran que no sólo no disminuyeron sino que aumentaron un 13,2%.

En relación al desguace del área de Géneros y Diversidades de la Ciudad, Estela Díaz advierte que “es un camino que debilita los resortes y los mecanismos tan necesarios para abordar violencias de género, pero también desigualdades. Porque era una agenda más amplia la que llevaba, así como nuestro Ministerio lleva políticas de promoción, de acceso a la autonomía económica, al empleo. Se desampara en un tiempo de ajustes, de pérdida de empleo, de deterioro de la calidad de vida. Se desprotege y se debilita la presencia del Estado, que pasa a ser incluso más necesario, no menos”. Los datos sobre el aumento de la pobreza en la Ciudad más rica del país son alarmantes: según el Instituto de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires (IDECBA), durante el segundo trimestre de 2024, 32,1% de la población porteña estaba bajo la línea de pobreza (989 mil personas) y 13,5% de la de indigencia (417 mil porteños y porteñas). Dentro de esos números, el 45,4% de las niñeces y adolescencias de 0 a 17 años viven en hogares bajo la línea de pobreza (6 puntos porcentuales más que el año anterior) y los hogares en los que la jefa de hogar es una mujer fueron los más castigados: 31%, mientras que los encabezados por varones fueron el 21,5%.

Desde el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, ELA, su directora ejecutiva, Natalia Gherardi suma su voz: “Es preocupante la decisión del Gobierno de la Ciudad de introducir cambios en la estructura de los organismos públicos en un sentido que parece contrario al interés de proteger adecuadamente a las mujeres en situación de violencia. La especificidad de la atención en violencia de género es fundamental porque se requiere formación, sensibilidad y continuidad en la respuesta integral para que las mujeres puedan salir de relaciones que ponen en riesgo su salud y su vida”.

Pero además, explica Gherardi, parece desconocer el alcance de las obligaciones del Estado: la Ley 26.485 de protección integral frente a todas las formas de violencia hacia las mujeres es una ley de orden público que también establece obligaciones para los gobiernos locales, incluyendo la Ciudad de Buenos Aires. En sus palabras: “Que la ciudad más grande de Argentina, que se propone como una ciudad moderna, cosmopolita y abierta al mundo, retroceda en su compromiso con la igualdad es francamente lamentable”.