El presiente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha), Carlos Gold, reconoció que la Argentina tiene el segundo precio más alto de combustibles de toda Latinoamérica después de Uruguay y adjudicó los sucesivos aumentos de la nafta a la poca “suerte” del país ya que desde que se liberó el precio de la nafta “el crudo no dejó de subir”. El sábado pasado la nafta aumentó un nuevo 6 por ciento y ya acumula una suba por encima del 32 por ciento en lo que va del año.
“No tuvimos suerte porque desde que se liberó el precio del crudo no ha dejado de subir. Si bien bajó un 1,5 la nafta a principio de noviembre, por motivos de una rebaja en el valor del biocombustible, en lo que hace al otro componente, que es el crudo, ha experimentado una suba”, se lamentó el dirigente sobre la decisión del Gobierno de liberar el precio de la nafta para que oscilara junto al de la cotización internacional del crudo.
Gold intentó justificar la política del Gobierno en materia de hidrocarburos explicando que el objetivo de la medida era que “cada vez que suba o baje el precio (del crudo) se produzcan variaciones en el mismo sentido”, aunque por ahora los precios nunca bajaron.
"El precio del combustible en Argentina es el segundo más caro de Latinoamérica. Ocupamos el segundo lugar después de Uruguay”, explicó el dirigente, aunque remarcó que el precio en Europa, de entre 1,35 y 1,45 euros, es similar al local pero que en Estados Unidos “es mucho más barato”, a un dólar el litro.
Gold también remarcó que el otro gran problema que hay en el país es la “disparidad en el valor del combustible considerando geográficamente el país” y aclaró que en el nordeste argentino el precio de la nafta es el mayor y la Premium llega a los 29 pesos.