“Nosotros apuntamos siempre a que el tango sea lo que amalgama todas esas diferentes informaciones que, con nuestra identidad, las ponemos a jugar en las canciones”, señala Fran Borra. Y la frase, asociada al disco que anticipará Tangorra este viernes, también podría aplicar al marco de la presentación: el Festival de Electrotango de Buenos Aires, que celebrará su cuarta edición del viernes al domingo en Woki Toki (Tacuarí 905).
Allí se darán cita desde pioneros del género, como Narcotango, Otros Aires y Tanghetto hasta figuras emergentes, como Astr0kate, Mortal Gotan, a djs internacionales (que incluyen a los alemanes Mona Isabelle y Geert Boettger, a la neerlandesa Saskia Frankena) y a buena parte de los djs alternativos locales, como DJ Furia, Tandas Nuevas, Nico Calavera, Vale Buyatti y Fer Bietti. Además habrá otras actividades, como performances de baile, desfiles y talleres.
Uno de los aspectos notables de esta edición es la cantidad de discos que se presentarán por primera vez en estos escenarios. Además del anticipo de Tangorra (la placa de la agrupación llegará hacia la segunda mitad del año), también adelantarán sus materiales Narcotango y Otros Aires, Astr0kate pondrá en escena el material que lanzó hacia fines de 2024 y aparecerán proyectos nuevos, como Mortal o el set Tecnotango, de Furia.
“Yo veo una escena del electrotango renovada, pujante, con ganas de expandirse y con ganas de fusionar estas nuevas generaciones, estas nuevas músicas, con la trayectoria de los clásicos, porque ya nuestros pioneros son clásicos”, considera Borra, quien co-organiza el Festival junto a Bietti. “Tenemos bandas con más de 20 años, con un montón de discos editados, premiaciones a nivel mundial, millones de reproducciones en Spotify, y eso habla muy bien del género, no sólo de lo que pasó, sino de lo que va a venir: el Festival Electro-Tango un poco ya hace eco de eso”, plantea. “Son tres días en los que participan bailarines de danza alternativa, en los que podés encontrar una feria de libros de tango con un montón de autores que quizás no están al alcance de la mano de la gente que va a milongear. Me da la sensación de que el Festival y el electrotango de algún modo impulsan energía a una escena del tango que necesita constantemente este tipo de impulsos para seguir fortalecida y seguir creciendo, que en definitiva es lo que todos queremos”, señala Borra, quien además destaca: “que los íconos y pioneros del electro-tango estén componiendo, estén generando nuevo material para la milonga, para las pistas, eso habla de la necesidad de seguir expandiendo el género y seguir reflejando la actualidad”.
-Para este disco Tangorra viró al formato trío. ¿Por qué?
-El formato en Tangorra siempre va asociado al proceso compositivo y creo que es más un punto de llegada que una idea de partida. Tiene que ver con las búsquedas, con cómo se van perfilando las nuevas músicas, que en este caso medio que nos asaltaron por un lado y se combinaron con todo el bagaje de estos 15 años de trabajo, de conocer las milongas, de ver a otros artistas en profundidad. El formato es algo que no condiciona, todo lo contrario, es el punto de partida.
-El comienzo del disco suena muy influenciado por el ambient.
-Es un disco que no deja de lado para nada la música que durante este último tiempo hemos estado escuchando, que hemos estado bailando. Y si bien ya están definidas las canciones, hay algunas cuestiones que todavía siguen asentándose. Es por eso que es factible que reconozcas determinados géneros musicales sobre otros, pero eso no quiere decir que el resultado vaya a ser ambient, vaya a ser tecno.
- Me parece significativo que el primer tema cantado, “Desterrao” repita "volví a casa, volví al Kansas", casi como una letanía, una frase muy tanguera de origen, ¿no? ¿Qué implicaba para vos eso al componerla?
-Ni idea la verdad de su estirpe tanguero. En mi caso habla un poco de los contratiempos que a veces conlleva la vida del artista. Esa dialéctica eterna entre lo que tenemos, lo que buscamos, lo que dejamos, lo que encontramos. Es la figura de la casa en el estar seguros, en sentirse cómodos contra lo inesperado, lo que no sabes bien dónde puede parar. Un poco todos estos 15 años de Tangorra y las letras que nos atraviesan, las letras que he compuesto para la banda dan cuenta un poco de esta contrariedad que llevamos adentro y que cada uno sabe cómo librar esa batalla. En mi caso a veces se presenta con esta dicotomía.
- El tema siguiente, habla de la tierra, del barro, que no es lo que inmediatamente se asocia con el electrotango. ¿Qué te movilizaba “Tierra zanta”?
-Habla de la raíz, de dónde somos y en dónde nos vamos a quedar, básicamente. En el electrotango quizás no es un tema recurrente, pero el electrotango es una parte fundamental del tango. Es un movimiento que renovó y le dio fuerza vigorosa a partir del siglo XXI. Y que lo reivindica al tango. Entonces, es una canción que, bueno, no quiero adelantar mucho, pero lo reivindica. Es esencia.
-Dejaste de lado a les cantantes invitades y volviste al micrófono. ¿Cómo fue esa decisión?
-Los cantantes invitados en Tangorra siempre tienen un lugar de creación, de actividad, de un momento que nos damos el gusto, ambos, el artista invitado y nosotros, de dejar una huella en la banda, ¿no? Así fueron pasando diferentes cantores. Hoy en día estamos laburando con Eliana Sosa, que con su gran trayectoria y con su gran versatilidad pudimos dejar plasmados en Milongueros en el año pasado, reversiones propias que también ya apuntaban a este nuevo formato. Mi rol de intérprete y compositor no deja nunca de estar latente en toda la obra de Tangorra, desde el primer disco hasta el último. Entonces, en realidad es una parte de una idea siempre propia, de una idea oculta que algunas veces toma mejor forma en una voz femenina, otras en una voz masculina, y la realidad es que yo me siento muy cómodo cantando mis propias canciones.