Adrián Simancas, el joven que fue engullido en el Estrecho de Magallanes por una ballena jorobada, que unos segundos después lo expulsó a la superficie, describió este miércoles cómo atravesó la experiencia, quizás la más singular que haya atravesado en su vida. 

"Siento algo entre azul y blanco que me pasa cerca de la cara y está como por un lado y como por encima... No entendía qué estaba pasando y entonces me hundo... y ya pensé que me había comido”, relató Adrián Simancas al medio chileno TVN.

Su padre Dell, que justo lo estaba filmando, dijo que fue una experiencia "única y aterradora" a la vez. “Cuando volteo no veo nada, no veo a Adrián. Ese fue el único momento de susto realmente que tuve, porque no lo vi como por tres segundos. Y de repente sale así como disparado", recordó sorprendido.

Según informaron los medios chilenos, el episodio ocurrió el sábado pasado, cuando Dell Simancas, un ciudadano venezolano de 49 años, realizaba una práctica híbrida de trekking y packrafting junto a su hijo Adrián Simancas en Bahía Águila, en Punta Arenas.

El hombre grababa a su hijo mientras remaba, cuando de repente apareció una ballena jorobada que salió a la superficie con la boca abierta y se tragó a su hijo.

Momentos después la ballena se sumergió y expulsó al joven, que pudo regresar rápidamente hacia su kayak. Con ayuda de su padre, que le repetía que se tranquilizara, logró remar hasta la orilla y asegurar su vida.

El video de la trágica situación, que finalmente fue solo un susto, se hizo viral en las últimas horas en las redes sociales.

Según indicaron especialistas en fauna marina, las ballenas jorobadas suelen alimentarse abriendo la boca cuando emergen a la superficie para tragar la mayor cantidad de presas posibles, entre las que destacan el plancton y peces pequeños. No obstante, los seres humanos no forman parte de su dieta.