El pasado domingo en el marco del Super Bowl N°59 tuvo lugar un hecho histórico para el movimiento Hip Hop en general y la música Rap en particular. El protagonista de la noche fue el mismísimo Kendrick Lamar. El artista de Compton llevó el barrio a las grandes ligas en una celebración de negritud pocas veces vista. El Super Bowl es reconocido por ser uno de los eventos más vistos, no sólo en Estados Unidos sino en todo el mundo justamente por el famoso “show de mediotiempo” por donde pasaron artistas como Ella Fitzgerald, Michael Jackson, The Rolling Stones, Madonna, Beyoncé, por citar algunos.
El show anunciado en septiembre de 2024 generó gran expectaviva por el año destacado que llevaba Kendrick. El año pasado estuvo marcado por el éxito en números que generó el hit Not Like Us lanzado en el mes de mayo, el sorpresivo lanzamiento del disco nuevo GNX en noviembre y su participación en el Compton Christmas Parade, desfile navideño en su ciudad natal donde se reparten regalos a los niños y el artista brindó un show en vivo estrenando su nuevo material. Como si fuera poco, a principio de este mes fue premiado en la ceremonia de los Grammy en categorías claves como Grabación del Año, Canción del Año, Mejor Interpretación de Rap, Mejor Canción de Rap y Mejor Video Musical, convirtiendo a Not Like Us en la canción de rap más galardonada en la historia de los Grammy.
El Gran Juego Americano
El momento esperado llegó al finalizar el segundo cuarto del partido entre los Philadelphia Eagles y Kansas City Chiefs. Todo estaba listo para un momento histórico, por primera vez un rapero sería el encargado integro del espectáculo. También por primera vez un presidente en ejercicio presenciaba el juego. Dentro de los espectadores destacados en el estadio como Lionel Messi o Taylor Swift, se encontraba Donald Trump.
Desde un plano cenital se podía ver un tablero montado en el campo de juego con un círculo, un cuadrado, una cruz y un triángulo dando pistas de este nuevo juego a punto de comenzar. Samuel Jackson fue el anfitrión, en un guiño a su papel de Dolmedes en la reconocida película CHI-RAQ de Spike Lee. “Saludos, soy su tío, Sam. Y este, es el gran juego americano”. En una clara referencia a la histórica personificación del Estado norteamericano Samuel Jackson daba inicio a este juego.
Kendrick comenzó con el corte presentación del reciente disco GNX, titulado así por el Buick Grand National GNX, auto de alto rendimiento y edición limitada lanzado el mismo año de su nacimiento. Ningún detalle está librado al azar si se trata de pgLang, compañía independiente de comunicaciones creativas multidisciplinarias, fundada por Kendrick y Dave Free, cineasta y productor discográfico. El repertorio continuaría con una advertencia por parte del artista: “La revolución está a punto de ser televisada, eligieron el momento correcto pero al tipo equivocado”. Con el corte de difusión del último disco, Squabble Up, con un sonido fresco y característico del lado Oeste y su mítico G-Funk, el escenario era poblado por una enorme cantidad de bailarines que salían del auto sin parar. Finalizada la canción, el Tío Sam interrumpió el show diciendo que sonaba demasiado villero, que si Kendrick sabía jugar al juego que tuviera más compostura.
Acto seguido Kendrick continuó con el hit HUMBLE, con una formación de bailarines afroestadounidenses formando la bandera nacional. El recorrido por canciones de su álbum DAMN continuó con el éxito DNA en una performance donde se pudo ver al artista recorriendo la pista, bailando y rapeando en simultáneo en una muestra de excelencia en la disciplina, mientras que en las tribunas se podía leer con un juego de luces “Cuidado, camino equivocado”. El juego avanzaba y luego de la interpretación de Euphoria y Man At The Garden el anfitrión Tío Sam volvió a interrumpir, incómodo por la forma de actuar de Kendrick mostrándose junto a su grupo de amigos, pidiendo “Descontar una vida”.
A mitad del tablero del juego llegaría un quiebre con la canción Peekaboo y un spoiler, la melodía de Not Like Us sonó por un momento con un Kendrick sonriente afirmando las ganas de cantar esa canción y que lo iba a pensar. Uno de los momentos más emotivos llegaría con la performance de Luther, canción que lleva ese nombre por contener el sample de “Si este mundo fuese mío” interpretado por Luther Vandross y Cheryl Lynn y escrito por Marvin Gaye. En una celebración del amor, la belleza negra y en homenaje a las grandes voces del R&B afroestadounidense, Kendrick Lamar salió de escena por un momento para que los focos se posaran en una de las mejores voces del R&B actual, SZA. La artista deslumbró con su voz y baile, reafirmando la gran dupla que conforma con Kendrick. Acto seguido comenzó a sonar la pista de All The Stars, canción interpretada también por ambos artistas y que fue el corte principal de la banda sonora de la película Black Panther. Luego Tío Sam irrumpió una vez más: “Eso es lo que América quiere! Bonito, tranquilo. Ya casi, no la cagues…” hasta que finalmente Not Like Us comenzó a sonar. Al espectacular desempeño de Kendrick y los bailarines se sumó una presencia de lujo. En un cameo sorprendente se pudo ver a la leyenda del tenis mundial Serena Williams bailando C-Walk, tal como lo ha hecho celebrando algunas victorias durante su carrera.
El show llegaba a su fin con otra de las canciones más escuchadas de GNX. Era el turno de Tv off para dar lugar a la aparición del productor Mustard, la otra mitad detrás de varios de los éxitos recientes de Kendrick. Como no podía ser de otra manera y para seguir sumando records en su haber, el show se transformó en el más visto de la historia de la televisión estadounidense con 133.500.500 espectadores.
El show de Kendrick Lamar en ese diálogo con Estados Unidos personificado en el Tío Sam de Samuel Jackson deja en claro varios puntos para reflexionar. En primer instancia, la disputa con el Tío Sam en torno al relato nacional, en un llamado a la reivindicación de la identidad negra estadounidense, que se puede ver expresada en la enorme producción cultural a lo largo de la historia, la música y el baile como expresiones nacionales pero que al Tío Sam no le gustan, pondera otras que son más aceptables, más blancas ó prefiere otro tipo de artistas que aunque fuesen negros no desafíen o pongan en cuestionamiento todo aquello establecido. El Tío Sam podría darle lugar a artistas negros mientras no incomoden, mientras sean funcionales al Poder Blanco y en ese contexto es que Not Like Us (“No son como nosotros”) se transforma en una canción popular, como en su momento fue Alright (“Vamos a estar bien”) acuñada por el movimiento Black Lives Matter. Otra crítica es la mención a los cuarenta acres y una mula, histórica reparación que se impulsó para los ex-esclavizados en Estados Unidos pero que no fue efectiva. Kendrick menciona esto añadiendo que va más allá de la música y que intentaron manipular el juego. El Estado norteamericano continúa en deuda con la comunidad afroestadounidense desde el origen.
Está claro que un momento donde Trump, Musk, así como tantos otros políticos y empresarios que encarnan el Poder Blanco, señalan el movimiento woke confundiendo al pueblo y generando confusión para controlar a las masas, el arte es un terreno en disputa. El arte es una herramienta que amplifica voces y en una articulación con el activismo y sectores políticos que luchen por una sociedad más justa, puede generar resultados más que positivos. En el caso afroestadounidense, el soul, el jazz y también el funk fueron la banda sonora de los Movimientos por los Derechos Civiles. Artistas como Billie Holiday, Sonny Rollins ó Nina Simone, por citar algunos, fueron personas que pusieron el cuerpo y su arte al servicio de una causa. El show de Kendrick Lamar fue un llamado a la acción. Aquellos que sostienen un discurso que pone por delante el desarrollo personal y el arte por el arte no son imparciales, son funcionales en un mundo donde se premia el silencio en lugar del cuestionamiento. No Como Nosotros. Hoy la moneda está en el aire y el arte debe posicionarse. El arte sin compromiso es solo entretenimiento.
*Artista y activista antirracista afroargentino de DIAFAR.