Cuando a principios de febrero, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que todas las importaciones de acero y sus derivados estarián sujetas al arancel ad valorem adicional del 25%, cualquiera fuera su origen, desde el gobierno de Javier Milei enviaron señales a los exportadores locales indicándoles que seguramente Argentina estaría exceptuada de tales gravámenes. Pero fue el propio Trump el