Mientras el fuego sigue castigando a las provincias de la Patagonia y también a Corrientes, la subsecretaria de ambiente de la Nación, Ana Lamas, decidió dar un paso al costado. La funcionaria le presentó su renuncia este martes ante el jefe de Gabinete Guillermo Francos, quien le pidió que se quedara y tardó 48 horas en aceptársela. Entre los motivos para dejar el cargo, la funcionaria alegó "cansancio": casi que rogó para poder irse. Pese a que por decisión de Casa Rosada fue relegada del manejo de la crisis, Lamas igualmente quedó expuesta: durante todo el 2024, mientras tuvo bajo su órbita el Servicio Nacional del Manejo del Fuego (SNMF), avaló una subejecución presupuestaria que alcanzó casi el 80 por ciento de los fondos destinados a ese organismo, clave a la hora de intervenir en desastres como el que se desató este verano. En su reemplazo, el Gobierno confirmó este jueves a Jorge Brom, un funcionario de la secretaria de Interior sin experiencia ni estudios en materia ambiental: viene de asesorar como consultor a empresas de la industria alimenticia.
Antes de dejar la cartera de Ambiente, Lamas ya había sido corrida a un segundo plano: no se le vio nunca la cara en ninguna de las zonas afectadas por el fuego. En su lugar, fue Patricia Bullrich quien tomó las riendas. La ministra se quedó desde diciembre pasado con el SNMF, que pasó a funcionar bajo el ala del Ministerio de Seguridad. Ese traspaso fue más político que administrativo: le sirvió al Gobierno para maquillar la ineficiencia en el combate de las llamas y desplegar, a cambio, el discurso del combate al "enemigo interno". Las comunidades mapuches y las organizaciones vecinales de Chubut y Río Negro fueron acusadas falsamente de haber iniciado los focos de manera intencional, para luego ser señalados como “terroristas”. El combo se completó con detenciones arbitrarias y allanamientos violentos en las casas de los supuestos responsables y hasta en radios comunitarias.
En su carta de renuncia, Lamas dice que ejerció su función "con muchísimo orgullo" porque, según escribió, pudo abrazar dos de sus "causas": "las ideas de la libertad y el ambientalismo". Una combinación cuanto menos curiosa dado el negacionismo del cambio climático del propio presidente Javier Milei y del resto de los funcionarios del gabinete, que se vanagloriaban hace apenas semanas --con las llamas arrasando los bosques del sur-- con la eventual salida de Argentina del Acuerdo de París.
Su renuncia no cayó bien en Casa Rosada, por razones de tiempismo obvio. "Hay gente que no está preparada para la función pública", asumían cerca de un importante ministro.
La motosierra ambiental
Pese a que Lamas ya no tenía injerencia en el desastre, el daño ya estaba hecho. Tal como reveló Página/12, los fondos del SNMF fueron ejecutados sólo en un 22 por ciento el año pasado, según el último informe de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN). El presupuesto del organismo llegó a ampliarse hasta 33 mil millones de pesos durante los incendios de octubre pasado en Córdoba --todo un show ante las presiones de organizaciones ambientalistas--, pero a fines de diciembre sólo se habían invertido 7.739 millones.
Ese ajuste derivó en "menos acciones para prevenir incendios, menos equipos y capacitaciones, y menos bienes de uso”, concluyeron desde FARN. Parte de ese reclamo de mayores recursos de lo hicieron llegar brigadistas y voluntarios a la propia Bullrich cuando desembarcó en El Bolsón este martes.
La última licitación a cargo de Lamas en la materia confirma que el plan motosierra disminuyó la capacidad del Estado para intervenir en la crisis. En octubre del año pasado, la Dirección Nacional del Manejo del Fuego a su cargo alquiló apenas 13 aeronaves que estarían disponibles para eventuales tragedias este verano, cuando en años anteriores no bajaban de 20. Se trata de un recurso caro (que sólo puede afrontar el Gobierno nacional) y clave a la hora no sólo de combatir las llamas sino de monitorear las zonas afectadas y brindar apoyo coordinado con los brigadistas que trabajan en tierra.
Otro dato llamativo que deja su gestión es que a partir de octubre de este año, el SNMF dejó de publicar sus informes de alerta temprana de incendios forestales, una herramienta que permite adelantarse a los posibles crisis como la que se está viviendo y que, al menos hasta el año pasado, se subía todos los meses a la web de la subsecretaría de ambiente. Varios especialistas coinciden en resaltar que las alarmas estaban prendidas desde hace meses por efecto del fenómeno climático La Niña, que aporta sequía, vientos cálidos y sequía. Es una de las preguntas que la exfuncionaria se va sin responder.
Agencia Federal del humo
Bullrich aterrizó en el aeropuerto de El Bolsón recién este martes, con más de 37 mil hectáreas ya perdidas y con al menos 700 familias evacuadas total o parcialmente contando todas las zonas afectadas. Ese día anunció junto al ministro de Defensa, Luis Petri, la creación de una nueva agencia federal de emergencias que, dijo, servirá para "ejecutar de manera vertical" los fondos necesarios.
"Todas las estructuras que hoy están dispersas en todos los ministerios para ser eficientes y poder tener más medios y menos estructuras", adelantó sobre la medida, que terminó de concretarse recién este miércoles, a través del decreto 81/2025. Allí pasa a tener formalmente el manejo de la Dirección Nacional del Fuego, junto a varios otros organismos.
Pero la "Agencia" es puro humo: la cartera de Bullrich ya tiene bajo su ala desde hace años, al Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo y la Protección Civil (SINAGIR), que coordina la prevención y la acción de catástrofes. El anuncio de la agencia fue en verdad un maquillaje para la tribuna, porque lo único que hacía falta era adosarle funciones a lo que ya existía y, más que nada, dotarlo de nuevos fondos.
En ese punto específico, el de la plata, es en donde Bullrich falló. El mismo decreto que le transfiere funciones aclara que el fondo que hoy financia el combate de los focos a nivel nacional seguirá bajo la órbita de Francos, no la suya.
Un desaguisado burocrático como pocos. Ese fondo, que lleva de nombre "Fondo Nacional del Manejo del Fuego" fue creado por ley y se financia con el impuesto a las patentes de autos. Muchos en la oposición que siguen el tema ambiental se preguntan dónde fue ese dinero. Hay sospechas de un posible desvío. La senadora de UxP, Silvia Sapag, presentó un pedido de informes en el que se detalle "la ejecución del Fondo Nacional de Manejo del Fuego y la inversión en recursos humanos y materiales" y pidió la interpelación de la ministra.
La diputada de UxP Sabrina Selva, por su parte, destacó en diálogo con Página/12 la "desidia" de la gestión de la crisis del gobierno de Milei. "Destruyeron el sistema de alertas tempranas, pasaron el manejo del fuego a Bullrich, que lo único que hizo fue cambiarle el nombre". "Al negacionismo del cambio climático hay que sumarle una improvisación increíble, que lamentablemente nos está dejando a la deriva frente al fuego", agregó.
Al cierre de esta edición ya se habían perdido 15.200 hectáreas del Parque Nacional Lanín y otras 450 en la localidad Caviahue, en Neuquén; también 11.024 del Parque Nacional Nahuel Huapi y 3.692 en El Bolsón, en Rio Negro; más otras 3.530 en Epuyén, 4.917 en Atilio Viglione y 90 en Los Cipreses, Chubut. En Corrientes, en tanto, ya se quemaron 250 mil hectáreas, una superficie equivalente a 12 ciudades de Buenos Aires enteras.