El secretario general de la Federación de Trabajadores Aceiteros, Daniel Yofra, rechazó por la 750 los números de la inflación del Indec, que dio un 2,2 por ciento para enero y sobre la que el Gobierno se para a la hora de homologar, o no, paritarias, y dijo que este número no refleja las necesidades reales de los trabajadores.

"No es que no creemos en el número del Indec, es una metodología que no refleja lo que hoy necesitan los trabajadores para tener una vida digna", aseguró el sindicalista. En este sentido, resaltó, que "hay salarios que son diferentes al porcentaje que da el Indec donde hace una encuesta de consumo de hogares generales”.

El planteo de Yofra, que se suma al que han expresado otros sindicalistas en las últimas horas, apunta a un dato central: la metodología que utiliza el Indec para medir el índice de precios está desactualizada. Obedece a que se pondera según una canasta antigua, que no refljea los actuales hábitos de consumo de una sociedad y que debería al menos ser actualizada para pensar en las necesidades reales de los ciudadanos. Por ejemplo, cómo calcula los gastos de los servicios y la relevancia que le otorga a los alimentos.

“No es lo mismo un viaje de avión que pagar la carne, los alimentos, la energía, los bienes de consumo. Tenemos una inflación totalmente distinta a la que plantea este Gobierno en general”, sostuvo.

Luego, puso datos sobre la mesa: “El estudio de Di Tella, que no son representantes de la clase trabajadora, da un 15 por ciento de diferencia en el 2024. Hay que empezar a hablar en serio de lo que necesita un trabajador para vivir dignamente”.

En este punto, Yofra lanzó una dura crítica contra la cúpula sindical: “Independientemente de la inflación, que para ellos es muy importante, para nosotros lo más importante es el salario. Tenemos el 53 por ciento de pobreza y el 40 por ciento son trabajadores registrados”.

“Si no podemos poner en oídos y en la cabeza de los trabajadores cuánto tienen que ganar, tenemos responsabilidad. Un trabajador tendría que cobrar como mínimo 1.900.000 pesos. Por más de que podamos decir que la inflación dio un punto más o dos, no le cambia la realidad a los trabajadores”, protestó.

Y reflexionó: “Si no pueden con el salario que tienen, que en la mayoría están por abajo de los 800 mil pesos, si no entendemos esa situación, va a ser muy difícil que podamos levantar la cabeza de los trabajadores cuando son pobres. Somos responsables de parte de esa pobreza”.

Por eso, ante la pregunta sobre cómo se puede hacer para cambiar esto con un Gobierno que no homologa partidarias que superen el uno por ciento, dijo: “Con huelga. No hay otra manera”.

Tras lo que apuntó contra la CGT: “Uno no puede discutir con alguien a quien no le interesa la vida de los demás. Si a vos no te interesa mi padecimiento, a mí tampoco ocasionar un perjuicio con una huelga”.

Es un derecho que la CGT se encargó de minimizar a la hora de luchar con un Gobierno tan antiobrero como este. Si no hablan con las organizaciones va a ser muy difícil que sepan cuál es el consenso. Si no son elementos para realizar un plan de lucha, no sé qué es lo que tendría que pasar”, finalizó.