El doctor Mariano Coscarella, investigador del Laboratorio de Mamíferos Marinos CESIMAR – CONICET, analizó en detalle el increíble episodio que vivió un kayakista en Chile, cuando fue tragado por una ballena y devuelto la mar instantes después. El experto dio recomendaciones para el avistaje de estos mamíferos sin correr ninguna clase de peligro.

Uno puede navegar cerca de una ballena, pero la gente tiende a pensar que las ballenas son animales que pueden presentir donde está uno en todo momento y nunca va a pasar nada porque son buenas, y la realidad es que son animales salvajes”, afirmó el científico en la 750.

Según el investigador, “no es prudente” acercarse a una ballena si no se tiene los conocimientos “necesarios para interactuar con ese tipo de animales”.

“Si uno anda con un kayak o una tabla, lo más prudente es que si uno ve una ballena o un grupo de ellas, mantenga una distancia, unos 100 metros aproximadamente”, recomendó.

“En esta oportunidad el animal estaba realizando un comportamiento que es de la alimentación y él estaba justo en el medio donde lo estaba haciendo. No es que la ballena se lo tragó, la ballena estaba comiendo, salió con la boca abierta y él estaba ahí”, aclaró.

“Y la ballena no puede tragar algo del tamaño de una persona. Nunca lo tragó, quedó en la cavidad bucal y se deshizo de lo que tenía adentro que le molestaba”, agregó.

“No es la primera vez que pasa, por lo menos tres veces más ha sucedido en las zonas de Alaska, el Pacífico Norte. Lo que sucede es que la gente se acerca demasiado cuando los animales están haciendo otra cosa, en este caso, comer”, sostuvo.  

El relato del joven tragado por una ballena

Adrián Simancas, el joven que fue engullido en el Estrecho de Magallanes por una ballena jorobada, que unos segundos después lo expulsó a la superficie, describió este miércoles cómo atravesó la experiencia, quizás la más singular que haya atravesado en su vida.

"Siento algo entre azul y blanco que me pasa cerca de la cara y está como por un lado y como por encima... No entendía qué estaba pasando y entonces me hundo... y ya pensé que me había comido”, relató Adrián Simancas al medio chileno TVN.

Su padre Dell, que justo lo estaba filmando, dijo que fue una experiencia "única y aterradora" a la vez. “Cuando volteo no veo nada, no veo a Adrián. Ese fue el único momento de susto realmente que tuve, porque no lo vi como por tres segundos. Y de repente sale así como disparado", recordó sorprendido.