La misión parece sencilla pero no lo es, en lo más mínimo. Levi, un ex francotirador del ejército estadounidense con varios conflictos personales es reclutado nuevamente para vigilar una misteriosa garganta, un abismo abierto en medio de un paraje inhóspito y súper secreto. Al mismo tiempo, una asesina a sueldo nacida en algún país de Europa del Este, de nombre Drasa, es contratada para monitorear el mismo sitio, aunque desde el otro lado de la inmensa fosa natural. Al llegar al lugar donde deberán pasar los siguientes 365 días de su vida ninguno sabe qué es lo que ocultan las inmensidades que se abren delante de ellos, pero no tardarán mucho tiempo en descubrirlo. Ese es el punto de partida de El abismo secreto, film cuyo guion fue escrito durante la pandemia por Zach Dean y que Scott Derrickson, el realizador de películas de terror como El exorcismo de Emily Rose, El teléfono negro y Siniestro dirigió con Miles Teller y Anya Taylor-Joy en los papeles centrales, además de la participación secundaria de la gran Sigourney Weaver.

Hay, desde luego, algo de terror en The Gorge, su título original, pero también de ciencia ficción y, aunque se dé en el contexto más inesperado, una fuerte dosis de romance. Al fin y al cabo, cuando Levi y Drasa descubren su presencia mutua a la distancia, separados por ese abismo del cual no tardan en surgir extrañas y peligrosas criaturas, la conexión vía carteles escritos a mano se transforma en el único contacto posible de dos seres literalmente solitarios. Recién estrenada en Apple TV+, El abismo secreto se suma a los intentos de la plataforma de la manzanita por acercarse a un público masivo con un relato de situaciones y tonos reconocibles pero al mismo tiempo renovados. En otras palabas: se trata de contar una historia ya narrada otras tantas veces con características novedosas.

En una entrevista virtual con la prensa internacional, de la cual pudo participar Página/12, Scott Derrickson comenzó afirmando que “fue muy bueno haber partido de un guion tan fuerte y bien construido. Cuando lo leí me creí completamente que los protagonistas podían enamorarse a la distancia. Luego está la importancia del reparto. Los dos son buenos actores, desde luego, pero también son dos presencias que, juntas, crean la química necesaria para que todo sea creíble. Finalmente, era importante que ese vínculo entre los protagonistas se mantuviera incólume a través de las escenas de acción. Tuvimos mucho cuidado a la hora de hacer que Levi y Drasa se cuidaran mutuamente durante las instancias de peligro, que siguieran siendo un equipo, que siguieran conectados antes de entrar finalmente a la garganta”.

Antes de ese momento bisagra, que configura la segunda parte del relato, la más intensa y llena de momentos de acción y suspenso, la trama se centra en los primeros intentos de comunicación a través del espacio que separa las dos torres de vigilancia. El momento de la cercanía física y el intercambio oral de palabras llegará más tarde, entre los disparos y explosiones que mantienen a los habitantes del foso a raya. ¿Qué son y qué quieren las criaturas del abismo? ¿Se trata de un peculiar hábitat desconocido pero de origen natural o acaso la mano del hombre terminó creando esas aberraciones?

“Siempre fui un admirador del realizador Robert Wise”, continúa Derrickson. “Lo conocí personalmente luego de que se retirara del oficio. Durante una cena, recuerdo vívidamente cuando me dijo que estaba orgulloso de que no hubiera un estilo Wise. Y que él siempre intentaba encontrar el estilo que se adecuara a la película que estaba filmando. Supongo que debe haber algo específico que forma parte de todas mis películas, pero al mismo tiempo intento ajustar el estilo a la historia que estoy contando. En este caso, creo que lo más interesante del guion era como mezclaba la acción, el romance, el terror, la ciencia ficción y el drama político. Son cinco géneros al mismo tiempo, y el desafío era crear un relato visceral en todos esos terrenos, reuniendo lo pequeño e íntimo con lo general y a gran escala”.

-Las posibles referencias a otras películas del pasado son diversas, pero hay un film a priori poco conocido por el público no especializado con el cual comparte algunas similitudes temáticas y formales, al menos a partir del momento en el cual los héroes conocen el interior del extraño universo del abismo. Se trata de Hércules en el centro de la Tierra, la película del italiano Mario Bava de 1961.

-Sí, vi esa película. Los directores italianos dedicados al cine de terror, en particular Bava y Dario Argento, tuvieron definitivamente una influencia en el diseño de este film. Poco de eso estaba definido desde el guion, pero cuando comenzamos a conversar sobre la garganta la idea fue inmediata: ese mundo tenía que verse como un universo fantástico. Incluso definimos una cualidad expresionista. Pensamos mucho en eso y durante el proceso de reescritura del guion, que no fue exhaustivo pero sí detallado en cuanto al diseño de la atmósfera y los climas, fuimos muy conscientes de que ese look debía estar relacionado con la historia, con el origen de ese universo, y no simplemente verse así por capricho. Esa fue la meta. Y gracias por la cita a Bava, es una muy buena referencia.

Pocos minutos después de la entrevista con Derrickson, Anya Taylor-Joy, la actriz más argentina de Hollywood, respondió a las preguntas de Página/12, esta vez sin referencias al dulce de leche o a las empanadas, esos lugares comunes de la prensa local que sería hora de dejar a un lado, al menos por un tiempo. Existe una posible cita a El gambito de dama en El abismo secreto, una escena en la cual Drasa juega el ajedrez junto a su compañero de vigilancia, pero Taylor-Joy se apura en aclarar que “la idea de que mi personaje jugara al ajedrez ya estaba en el primer borrador del guion antes de que se definiera el reparto. Es más, también estaba en los papeles la escena en la cual Levi toca la batería, aunque eso no implica ninguna referencia a Whiplash: música y obsesión, por la sencilla razón de que Miles Teller aún no se había embarcado en el proyecto. Es muy loco. Incluso intentamos que esos detalles no aparecieran finalmente en la película, pero no hubo caso”.

-La historia de El abismo secreto es por demás fantástica, pero ¿existe algo en el derrotero del personaje con lo cual te veas reflejada a nivel personal?

-Siento que cada personaje que interpreto tiene un poco de mí misma. Al menos me gusta creer que me entrego a ellos para hacerlos sentir reales, y que, a cambio, estos me enseñan algo que puedo utilizar en la vida real. En el caso de Drasa, que se dedica a lo que podría considerarse un trabajo increíblemente oscuro… ella sin embargo parece tener un vínculo con la vida muy luminoso. Es alguien que siempre parece optimista, sin dejar de ser realista. Además tiene muy buen gusto musical.

-No es la primera vez que participás de una película de terror o con elementos terroríficos. ¿Es algo que disfrutás particularmente?

-He estado en tantas películas de terror… A veces siento que puedo guiar a la gente que suele decir “no me gusta el cine de terror”. Pero hay casos muy diferentes. La bruja, por ejemplo, es esencialmente una película de horror psicológico y no tiene mucho más de un “susto” de los que te hacen saltar de la butaca. En cualquier caso, son muy divertidas de hacer y mi cabeza está todo el tiempo activa, imaginando cosas. Creo que El abismo secreto logra asustar en un punto, pero hay tantos otros géneros funcionando al mismo tiempo que resulta atractiva para diversos tipos de público. No diría que es una película de terror de las que no te dejan dormir por días, sino una película de terror divertida.