Este viernes, por tercer día consecutivo, la empresa Linde Praxair impidió el ingreso a la planta de los trabajadores que habían sido cesanteados, pero debían cumplir funciones con normalidad por la conciliación vigente desde el martes, que obliga a las partes a retrotraer la situación al inicio del conflicto hasta tanto no se agoten las instancias de diálogo.

A partir de ese día, comenzó a correr una millonaria multa por cada día de incumplimiento. Para los trabajadores, la decisión de pagar la multa en cuestión en vez de reincorporar transitoriamente a los trabajadores desmiente cualquier versión de estrés financiero por parte de la empresa. 

En las últimas protestas, también de hizo presente la conducción del Sindicato del Personal de la Industria Química y Petroquímica (Spiqyp), cuyo secretario general es Facundo Aveiro.

Los diez despidos fueron realizados en diciembre pasado. Desde la cartera que conduce Walter Correa explicaron que "en ningún momento hubo presentaciones de la empresa que manifestaran dificultades económicas o situaciones de crisis, como así tampoco se registran antecedentes de incumplimientos o faltas por parte de los trabajadores".

La explicación de los funcionarios es coincidente con el análisis de los propios despedidos, conocidos tanto por sus compañeros como por la dirigencia de la empresa por su prolongada militancia sindical. 

Para ellos, "se trata de una medida persecutoria, que tiene el objetivo de romper la organización de la comisión interna de la fábrica". De los diez desppedidos en diciembre, cuatro fueron reincorporados en enero. Los seis restantes, sin excepción,  fueron delegados o congresales en algún momento.

Linde Praxair es una multinacional, líder a nivel global en la producción de gases, fruto de la fusión entre la alemana Linde y la estadounidense Praxair. Sus principales clientes son tanto la industria automotriz como la salud. Este último dato desmiente cualquier posible crisis, ya que la demanda de clínicas y hospitales es totalmente inelástica. 

Cuenta con cinco plantas en la provincia de Buenos Aires, que ya pararon una vez en solidaridad con los despedidos. Además de la de General Pacheco, en el norte del conurbano, están ubicadas en los partidos de Avellaneda, Lanús, Berazategui y Ensenada. 

La empresa argumenta que la medida se debe a la crisis del sector automotor, pero otro sindicalista, conocedor de esa industria, lo desmiente: "Es falso que la industria automotriz argentina esté en crisis. Lo explicó el propio Daniel Herrero, exCEO de la empresa. En los últimos años Argentina se especializó en pick ups 4x4. Antes los vehículos más vendidos eran el Gol o el Corsa. Claro que se venden menos Hilux o Amarok que vehículos económicos, pero las pick ups tienen mayor carga de trabajo y mayor valor agregado. Y sus compradores, mineros y petroleros, no están precisamente en crisis".

Industricidio

En base a un trabajo realizado por el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) el titular de la Federación de Trabajadores de la Energía, la Industria, Servicios y Afines, Pedro Wasiejko, se mostró muy duro con la política económica de Milei, porque entiendde que el Presidednte se alinea con Trump a costa de perder exportciones.

Según Wasiejko “las suspensiones, despidos y vacaciones obligatorias se desplegarán como medidas empresariales para minimizar las pérdidas ocasionadas por la reducción en las ventas, afectado así un sector formal de elevados salarios relativos y alta capacidades técnicas”.

Las compañías afectadas por las barreras arancelarias, que no tendrán excepciones, son Aluar (2.142 trabajadores), Tenaris (6.500), Ternium (5.200), Acindar (2.341), Sipar Gerdau (500-1.000), Acerbrag (650) y Aceros Zapla (250). 

“Estas empresas enfrentarán dificultades para colocar su producción, posibles suspensiones y despidos y un horizonte de inestabilidad en los precios y en el valor de sus acciones, en particular aquellas que cotizan en bolsa como son Aluar, Ternium, Tenaris y Acindar”, sostiene el estudio.

Según el trabajo de CIFRA “en el año 2024 la industria local exportó por un valor de 665,4 millones de dólares en el rubro: 111,9 millones de dólares en productos de fundición, hierro y acero; 38,1 millones de dólares por productos de fundición, hierro y acero; y 515,2 millones de dólares por aluminio y sus manufacturas . En el caso del aluminio las exportaciones argentinas representaron el 1,8 por ciento de las compras de Estados Unidos al resto del mundo, mientras que para los productos siderúrgicos sólo el 0,2 por ciento.