Apalancado en el crecimiento destacado que tuvo la recaudación fiscal y en las modificaciones del cronograma para los pagos de deuda, el ministro de Economía nacional, Luis Caputo, va a poder anotar nuevamente en enero un objetivo de gestión que tiene en agenda desde que asumió: lograr el superávit fiscal. A lo que dé.

“El año que viene (por 2025) ya no vamos a tener los ingresos del Impuesto País, pero así todo, como presentamos en el Presupuesto, que bueno, no se aprobó, pero vamos a mantener el equilibrio fiscal. Así que el ancla fiscal va a seguir estando, el control monetario va a seguir estando y, ya te digo, con un acuerdo con el Fondo vamos a poder recapitalizar el Banco Central, que era un poco la pata que faltaba para poder flexibilizar o salir del cepo”, aseguraba el titular de la cartera de Hacienda, en la red social X, en diciembre pasado.

La ejecución presupuestaria devengada de la Administración Pública Nacional (APN) en enero marcó superávit fiscal primario de 3,68 billones de pesos y financiero de 3,57 billones de pesos, de acuerdo con el último reporte del Sistema Integrado de Administración Financiera (SIDIF) del Ministerio de Economía. 

En el comparativo histórico para el primer mes del año -que suele ser de baja ejecución por temas estacionales-, se trata de cifras récord. Sin embargo, la parte principal del ajuste fue por la reducción en los pagos de los intereses de deuda. Es decir, el dato positivo oculta la deuda que Argentina no está pagando.

“En enero el Gasto Total de la Administración Nacional (base devengado) disminuyó un 14,2% interanual ajustado por inflación. Esta contracción se explica por la drástica disminución del gasto en intereses (95,4%), que es consecuencia del cambio en el cronograma de pagos de los títulos públicos y de los préstamos”, detalla el documento oficial de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).

En ese sentido, el informe sostiene que si se excluyen estos pagos “se verifica un incremento del 20,8% real del Gasto Primario respecto a enero 2024, cuando transcurría el primer mes completo del nuevo Gobierno, y todavía muchas de las políticas públicas precedentes, reflejadas en los programas presupuestarios, se encontraban paralizadas o en proceso de revisión”.

Otro dato que impactó en el resultado positivo fue el aumento en la recaudación, empujada por los impuestos a las Ganancias y a los combustibles. Durante el primer mes del ejercicio 2025, los Ingresos Totales de APN se incrementaron 1,1 por ciento -ajustado por inflación- en la comparación interanual.

En relación con los ingresos totales, en enero el resultado financiero positivo representó el 33,6 por ciento de los ingresos totales, mientras que, en el mismo mes de 2024 el superávit financiero fue de 21,7 por ciento. La mejora fue de 11,9 puntos.

No obstante, aclara el reporte, en la ejecución del presupuesto no se reflejan los intereses capitalizables correspondientes a las Letras Del Tesoro Nacional Capitalizables (LECAPs) emitidas desde abril del corriente ejercicio, así como las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI) en el mes de julio, como parte de la operación de traspaso de la deuda del BCRA al Tesoro. “Si esos instrumentos tuvieran el esquema más convencional, que implica el pago efectivo de los intereses generados, habrían impactado en el resultado financiero”, remarca la ASAP.

En el desagregado por los conceptos con mayor peso en el total del gasto, se observa que presentaron comportamientos dispares.

Las Prestaciones de la Seguridad Social continuaron con el crecimiento de los meses anteriores: 34,6 por ciento. Por su parte, las remuneraciones mostraron una caída de 4,3 por ciento, menor en relación a datos previos. Finalmente, las transferencias corrientes crecieron un 13 por ciento mientras que las transferencias a universidades lo hicieron en sólo 10,6 por ciento.

“Si bien el Gasto de Capital aumentó un 4,4% ajustado por el índice de precios, el nivel de ejecución observado es de $49.397 millones, considerablemente por debajo del promedio mensual de $185.000 millones que se verificó en 2024, año donde la inversión pública fue drásticamente reducida”, afirma el estudio.

La tendencia sigue indicando superávit en las cuentas públicas. “En enero 2025 la brecha entre las tasas de variación interanual de los ingresos y de los gastos totales se mantuvo positiva, con los primeros evolucionando por encima de las erogaciones”, analiza la entidad.

Los datos positivos en las cuentas de la nación en 2024 y en los inicios de este año esconden que el ahorro se basa en el retraso de los pagos de intereses de deuda que solo en enero se redujeron 95,4 por ciento.