De parlotear sobre la copia de “Surfin’ Safari” de los Beach Boys a “Sweet Little Sixteen” de Chuck Berry, a participar de sendas balaceras y persecución arriba de un bólido, para finalmente inmiscuirse en una vasta organización criminal. Así es un día en la vida del protagonista de Reacher (su tercera temporada se estrena por Prime Video el próximo jueves). El CV del ex militar y nómada por elección, con tanto cerebro como músculo como para resolver casos complejos y dejar un tendal de malhechores en el suelo, ahora exhibe un gran conocimiento melómano y la capacidad para trabajar de encubierto. Basada en la séptima novela de Lee Child, el sujeto se interna en una organización criminal para rescatar a un informante de la DEA y consumar una vendetta personal. “La manera en que me planteé la saga literaria no es cronológica. No le pide al lector que conozca su pasado y la serie lo respeta. Cada historia se banca por sí sola”, le dice el autor de la saga literaria y productor ejecutivo de la propuesta a Página/12.
El destino ahora lo ubica en Maine, base de operación de un grupo de narcotraficantes que tiene conexiones con un vieja cuenta pendiente suya llamada Frances Xavier Quinn (Brian Tee). Motivo más que suficiente para que el mastodóntico detective (Alan Ritchson) reparta piñas cuando sea necesario, logre su cometido y se tome un bus para seguir con su itinerario. En definitiva, estamos ante una árida excursión por el thriller y el suspenso como abono para la acción protagonizada por un vengador solitario. “Esta vez veremos lo que motiva a Reacher. No es alguien que busque problemas, ni trata de salvar el mundo. Solo que le pesan los remordimientos de su vieja tarea como militar por ciertas cosas de su pasado. En esta temporada no sé si es que tiene la oportunidad de enmendar todo, pero sí la oportunidad de castigar a quién provocó esos remordimientos”, expone Child.
-El hecho de que en esta temporada trabaje en paralelo con la DEA vuelve su trabajo un poco más extraño, ¿no cree?
Lee Child.: -Lo es. Porque la DEA tiene reglas, procedimientos y supervisiones. Todo eso que Reacher conoce bien y a lo que ahora se opone. Creo que están contentos de que haya alguien que pueda hacer lo que quiera a su modo y logre los objetivos. Es un microcosmos de cómo observamos a Reacher: todos vivimos bajo reglas, debemos apegarnos a ellas. Y por eso es tan disfrutable ver a alguien que vive bajo su propio modelo de conducta. Los de la DEA ven a Reacher como un arma de la misma manera en que nosotros observamos a este sujeto que nos ayuda sin que nada le importe demasiado.
-Reacher usa su apellido todo el tiempo, incluso cuando trabaja de manera clandestina. Es como un James Bond pero sin dispositivos tecnológicos y con un charme físico más potente, ¿está de acuerdo?
-Diría que James Bond es distinto porque es parte de una organización, trabaja para alguien y tiene un jefe. No sigue siempre las órdenes del MI5, pero lo suyo es definitivamente más formal. Reacher trabaja freelance, no está empleado por nadie ni quiere seguir la línea de mando. Entiendo la comparación, pero es parcialmente falsa, porque Reacher finalmente hace lo que quiere y James Bond se mete en problemas por eso mismo.
-La primera temporada estuvo basada en su primera novela –Zona peligrosa- y según sus palabras mostró “a Reacher aprendiendo a ser Reacher”. La siguiente hizo lo propio con Mala suerte donde se pudo ahondar en su lado más profesional. La actual está adaptada de la séptima –El inductor-¸ ¿qué implica esa vuelta hacia atrás?
- Podés tomar cualquier novela de Reacher y entenderla por sí misma. Nunca tenés que ir para atrás porque cada novela es igualmente elegible como una temporada. Cualquier secuencia está comprometida nada más que con lo que se está contando en ese momento. Así que hacer esta serie es parecido a ir a un restaurante y elegir un menú diferente cada vez. No hay mucha lógica, solo el deseo de probar algo distinto.
-En esta ocasión, sin embargo, el enigma de por qué Reacher actúa como lo hace queda un poco más claro…
-Ciertamente. Si hay algo que moviliza a este personaje es su arrepentimiento. No está feliz con lo que hizo en su vida y trata de enmendarlo. Ahora tiene la chance de saldar esa vieja deuda y estar cara a cara con esa persona que lo lastimó en el pasado.
-Además de la acción, las conversaciones filosas del protagonista tienen mucha relevancia. Sus frases no cuadran como one liners, pero resultan igual de exquisitas. ¿Hay alguna que para usted defina esta trama?
- Hay muchas. Concuerdo en que los one liners pueden ser divertidos e ilustrar cómo el personaje piensa y actúa de una manera diferente. Hay una charla en el libro que me parece bastante esclarecedora. Alguien le pregunta sobre por qué estuvo en la Policía Militar y él responde que porque quiere defender al hombre pequeño y al toque se corrige. “En realidad, odio al tipo grande”, dice. Lo que Reacher aborrece es al matón que cree que puede salirse con la suya.
- Y justamente en esta temporada aparece un villano más alto y fibroso que el encarnado por Alan Ritchson.
-Al escribir el séptimo libro supe que tenía que testear a Reacher con alguien que luciera como un oponente superior. Fue fácil escribir un villano como Paulie. Es más alto, pesado y fornido, pero fue muy difícil de encontrar un actor que diera con este personaje. Por suerte dimos con el tipo indicado (Olivier Richters). Desde la primera escena sabés que en algún momento se van a pelear. No sabés cuándo, pero tenés la certeza de que va a suceder. El suspenso es enorme y cuando finalmente pasa, créanme, la espera valió la pena.
-Usted es un reconocido hincha del Aston Villa y no hace mucho dijo que Emiliano Martínez podría ser un buen Reacher. ¿Y si lo pusiera como un villano querible?
-Para mí, Emi Martínez es demasiado bonito para hacer de malo. Tiene la altura y los reflejos como para acompañar a Reacher. Sería divertido que pudiera hacer un cameo en la cuarta temporada.
Programados
* Macondo siemrpe estuvo cerca. Netflix anunció el inicio de la producción de la segunda parte de Cien años de soledad. “Con esta serie rendimos homenaje al legado de Gabriel García Márquez y a Colombia y a su enorme talento”, expresó Francisco Ramos, vicepresidente de contenido de la N roja para Latinoamérica. “Estamos en las mejores manos para llevar a buen puerto la conclusión de la historia de los Buendía”. Los ocho episodios conclusivos serán dirigidos por Laura Mora y Carlos Moreno.
* Dos novedades de Paramount+. La plataforma acaba de estrenar la tercera temporada de Yellowjackets. Hillary Swank se suma como estrella invitada a esta hija perdida de Lost y El señor de las moscas con estrógenos. Por otro lado, desde el 20 de marzo podrá verse Happy Face: Asesino en serie. Dennis Quaid le da vida al homicida canadiense que dibujaba “smileys” en sus cartas a los medios y fiscales. La historia sigue a Keith Hunter Jesperson y el vínculo con su hija. En una carrera contrarreloj, la mujer quiere saber si un inocente va a ser condenado a muerte por un crimen que cometió su padre.
* Amy Adams será parte de la nueva versión de Cabo de miedo que aparece en el horizonte de Apple TV+. La entrega, escrita y dirigida por Nick Antosca, cuenta con el visto bueno de Martin Scorsese y Steven Spielberg, y tendrá a Javier Bardem en el rol del temible Max Cady. El asesino acaba de salir de prisión y le hará la vida imposible a la familia Bowden en 10 episodios. Sus hacedores prometen “un tenso thriller hitchcockiano y un examen de la obsesión de Estados Unidos por el crimen real en el siglo XXI”.
El personaje
Jacob Pearce de Paris has Fallen (Sean Harris). Líder de un grupo que atenta contra la vida del Ministro de Defensa francés y el embajador británico en la ciudad Luz. Fue legionario, torturado por talibanes y planeó una venganza que incluye hasta un mimo asesino. Ya se lo puede ver por Universal+.