En el centro de Villach, una ciudad sureña de Austria, un hombre de 23 años apuñaló de muerte a un menor de 14 años e hirió a otras cinco personas --la mayor tenía sólo 32 años--. Este domingo, apenas un día después, el ministro del Interior del país, el conservador Gerhard Karner, calificó el ataque como "islamista" y afirmó que el atacante tenía permiso de residencia en Austria y que se había radicalizado rápidamente a través de internet.
El atacante sirio no tenía antecedentes policiales, pero en las primeras investigaciones se comprobó que tenía vínculos con el grupo yihadista Estado Islámico (EI), antes conocido como ISIS. Por la tarde del sábado el sospechoso atacó a quienes recorrían el centro de la localidad con una navaja plegable, según afirmó la policía.
Otro hombre sirio de 42 años vio el ataque y detuvo al sospechoso del ataque embistiéndolo con su auto. Las dos policías que lo arrestaron aseguraron que en su detención lanzó un juramento de lealtad al grupo islámico. Por su actitud, no se descarta que haya intentado forzar que le dispararan las agentes que lo detuvieron. El sospechoso está siendo investigado por asesinato e intento de asesinato.
La ciudad de 58 mil habitantes está conmocionada. A modo de homenaje, los vecinos colocaron velas en la calle donde sucedió el ataque. "Tengo miedo por mis hijos. Tengo miedo por los que me rodean. Temo por el futuro. Temo a dónde nos llevará esto. Estoy infinitamente triste", dijo a la AFP en el lugar de los hechos Tanja Planinschek, residente local. "Todos nosotros tememos desde hace mucho tiempo que ocurra algo mayor" y, cristalizando un sentimiento de época, añadió que el país "debería abrir los ojos y ver a quién dejamos entrar, a quién ayudamos, a quién dejamos con todo tipo de libertades. Si no se hace nada, irá a peor". Como siempre, el temor y el enojo limitan la capacidad de analizar las situaciones más allá de lo visceral.
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El ministro Karner consideró comprensibles la ira y la rabia contra quien atacó "a personas inocentes" y anunció que se aplicarán controles masivos sin motivo previo a "grupos concretos", entre los que mencionó a los solicitantes de asilo de Siria y Afganistán. El funcionario presentó a grandes rasgos el "programa ordenado de repatriación y deportación a Siria" y argumentó la necesidad de "encerrar y deportar" y de actuar con "determinación".
De todas formas, el obispado católico de Carintia, la provincia donde se produjo el ataque, advirtió por el peligro de "juicios indiscriminados que no ayudan a nadie ni solucionan los problemas".
Desde diciembre, Austria y varios países europeos congelaron las solicitudes de asilo pendientes de los sirios para reevaluar la situación. Además, el país ha paralizado las reagrupaciones familiares y ha enviado al menos 2.400 cartas para revocar la condición de refugiado.
El líder de la extrema derecha, Herbert Kickl, pidió "una rigurosa represión del asilo" a los inmigrantes. Al mismo tiempo, Kickl, que fue ministro del interior hasta 2019, responsabilizó del ataque a la política de asilo y migración y reclamó transformar Austria en una "fortaleza" con una estricta política de migración.
Antecedentes
Con este, son tres los ataques islamistas en Occidente. El primero sucedió el primer día del año: un atropello múltiple que causó la muerte de 15 personas, en el corazón turístico de Nueva Orleans, ciudad estadounidense. Shamsud Din Jabbar, un ex militar de 42 años, que horas antes del ataque había profesado su apoyo al Estado Islamico (EI) en unos vídeos publicados en la red social Facebook, fue abatido por la policía tras abrir fuego contra los agentes.
Un mes después, el 13 de febrero, en la ciudad alemana de Munich, durante una manifestación sindical y poco antes de la celebración de la Conferencia de Seguridad, el segundo atropello múltiple causó cerca de cuarenta heridos y dos muertes. En este caso, el atacante, detenido por la policía en el lugar de los hechos, es un afgano de 24 años, demandante de asilo en el país y con antecedentes policiales.
En agosto, se cancelaron tres conciertos del Taylor Swift en Viena --capital situada a 350 kilómetros de Villach-- después de que la policía frustrara un atentado planeado por un adolescente que también había jurado lealtad al Estado Islámico. Sin embargo, el único atentado yihadista de Austria sucedió en 2020, cuando un simpatizante --ahora convicto-- disparó al azar en el centro de Viena y mató a cuatro personas.
Informe: Natalia Rótolo