Toda una institución dentro del universo de los festivales en América latina (aunque su carácter de precursor puede extenderse a todo el mundo), el Festival Internacional de Cine de Punta del Este llega este año a su 27° edición. Signada por su longevidad, sin embargo, la historia de este encuentro también está marcada por una cadena de suspensiones, reinicios y eventos que llevaron otros nombres, pero son considerados como parte de su historia oficial. Una leyenda que comienza con un par de ediciones a comienzos de los años ‘50, que consiguieron impactar fuerte en la forma en que el cine y sus artistas eran percibidos en esa época, pero que logró continuidad bajo su designación actual recién en 2007.
2025 encuentra al Festival de Punta del Este ya instalado como el clásico que es en la grilla anual festivalera. Con la curaduría de la programadora y gestora cultural Daniela Cardarello, quien se desempeña como directora artística desde la edición de 2020, la programación de este año vuelve a proponer un amplio panorama del cine iberoamericano contemporáneo, a partir de sus dos secciones competitivas de largometrajes. Las mismas discriminan entre ficción y documental, reuniendo un corpus de 16 películas provenientes de casi todas las cinematografías del mundo hispano. Pero sin discriminar entre las obras de directores ya consagrados y aquellos que realizan sus primeras experiencias dentro de este arte-industria. Por supuesto, en ambas hay presencia argentina.
Dentro de la competencia de ficción fue seleccionada El aroma del pasto recién cortado, de la cineasta entrerriana Celina Murga. A partir de un dispositivo de narración en espejo, la película cuenta dos historias de infidelidad. Una en la que el engañado es el hombre y otra en donde ese rol lo ocupa la mujer, pero con el foco puesto en los que engañan. Murga elige no presentar el asunto como una confrontación, aunque naturalmente la distinción de género implica sutiles diferencias en la forma en que el resto de los personajes perciben cada situación. Por el contrario, El aroma del pasto recién cortado busca comprender los conflictos y emociones que enfrentan cada uno de los protagonistas, que quizás no sean tan distintos cuando se abordan desde la mirada de los propios personajes.
Por su parte, Imprenteros, de Lorena Vega y Gonzalo Zapico, representa a la Argentina en la competencia documental. Estrenada en el último Bafici, la película se nutre de la biografía familiar de sus directores para construir un tipo de retrato cinematográfico con mucha tradición en el cine argentino. Imprenteros está narrada en una primera persona colectiva, un “nosotros” que reune a la directora con sus hermanos Sergio y Federico para recuperar la historia de su padre. Lejos de construir desde la tragedia, los hermanos Vega abrazan el humor como camino para ir y volver de ese pasado que como niños no pudieron terminar de entender. Para quienes no conozcan a Lorena Vega por su nombre, tal vez lo hagan a través de su personaje en la exitosa serie de Netflix Envidiosa, donde interpreta a la terapeuta de la protagonista.
Junto a las representantes nacionales, cada sección completa su panorama con un núcleo de películas cuyo conjunto a priori resulta atractivo. Dentro del conjunto dedicado al documental, la española Constelación Portabella, de Claudio Zulián, ofrece un ensayo sobre la figura y la obra del cineasta catalán Pere Portabella, que también se ha destacado como productor de películas de Luis Buñuel y Carlos Saura. También se verá la cubana En caliente, de Fabién Pisani, que bucea en la relación de amor odio entre el pueblo cubano y el reggaeton, un ritmo urbano habitualmente despreciado por sus estructuras esquemáticas y contenidos demasiado básicos. En Karuara, la gente del río, la dupla de directores Miguel Araoz Cartagena y Stéphanie Boyd indagan en la figura de los karuaras, espíritus fluviales que marcan la supervivencia de culturas ancestrales en el Perú del siglo XXI. La mexicana La libertad de fierro, de Santiago Esteinou, aborda el renacimiento de Carlos Fierro, un hombre condenado a muerte que recupera su libertad. Por último, Los colores y amores de Lore, del brasileño Jorge Bodanzky, completa la sección.
Entre los títulos de la competencia de ficción sobresale la presencia de niños y adolescentes en roles protagónicos. Así ocurre en La invención de las especies, tercera película de Tania Hermida, una de las directoras más relevantes del cine ecuatoriano contemporáneo, donde el relato científico y el religioso se entrecruzan a partir del poder de la narración, para darle forma a un coming of age ambientado en las islas Galápagos. La española Las chicas de la estación, de Juana Macías, también es un coming of age en el que tres adolescentes criadas en un centro de menores deciden celebrar el cumpleaños de una de ellas en un concierto de trap, aunque no tienenel dinero para pagar la entrada.
Dentro de esta competencia participan dos trabajos chilenos: El ladrón de perros y Patio de Chacales. La primera es la ópera prima del director Vinko Tomicic, quien residió y estudió cine en la Argentina, y en ella aborda también la historia de un adolescente huérfano que se gana la vida en la calle como lustrabotas. Creyendo saber quién es el hombre que lo abandonó al nacer, idea un plan para robarle lo que más quiere: su perro. Por su parte, la otra también es la primera película de su director, Diego Figueroa, y cuenta con un guion coestcrito junto a Gonzalo Maza, libretista de las primeras películas de Sebastián Lelio. Ahí se cuenta la historia de un hombre que durante la dictadura pinochetista ve como su vida cotidiana se altera con la llegada de nuevos vecinos.
También se podrá ver Rita, de la actriz española Paz Vega en su debut como directora, donde narra la vida de una nena en la década de los 80. Una película pensada desde lo formal para replicar la mirada del mundo desde los ojos de una niña. A diferencia de algunos de sus compañeros de sección, el dominicano José María Cabral tiene una filmografía amplia. Aquí presenta Tiguere, donde un grupo de adolescentes es enviado por sus padres a un campamento que busca exacerbar los valores de la masculinidad. La brasileña Malu, de Pedro Freire, articula un retrato sobre el vínculo de madre e hijos a través de la figura de una actriz que entra en el último período de su vida.
Los últimos dos títulos de la competencia de ficción son Cuadrilátero, del peruano Daniel Rodríguez Risco, y Después, de la mexicana Sofía Gómez Córdova. La primera propone una alegoría distópica donde los miembros de una familia se disputan los espacios dentro de la estructura de un hogar en el que no hay lugar para todos. Por último, la película mexicana también ofrece un relato basado en vínculos familiares, pero esta vez atravesados por una instancia de duelo, contando la historia de una madre que debe afrontar la muerte de un hijo.