El responsable del operativo de seguridad en el Coloso del Parque justificó ayer la represión policial tras el clásico del domingo. El coordinador de Seguridad en Eventos Masivos, Gustavo Velázquez, sostuvo que “tres mil o cuatro mil hinchas” de Newell's tomaron la decisión de “atacar los bienes públicos” y argumentó que la respuesta policial en las inmediaciones del Coloso fue para contener esa situación. En medio de los incidentes se viralizó el video de un agente policial que le apuntó en la cabeza con su escopeta a un simpatizante. 

El hombre le estaba pidiendo a las fuerzas de seguridad provinciales que dejaran de disparar balas de goma hacia la gente que se manifestaba contra la dirigencia rojinegra. La secuencia fue grabada por algunos testigos con su teléfono celular. 

Una usuaria de la red social X compartió las imágenes que rápidamente se viralizaron. “El hincha solamente le estaba pidiendo a los demás que paren, el policía le apuntó en la cabeza… No me lo contó nadie, pasó enfrente mío. ¿Están locos o qué mierda les pasa por la cabeza?”, escribió junto al video. 

Sobre este punto el funcionario provincial dijo que tomarán determinaciones si consideran que “no hizo lo que correspondía”. 

Pero el estadio leproso no fue el único escenario de los incidentes del clásico rosarino. Antes del partido se viralizó la foto de una ametralladora entre los hinchas que fueron a la caravana de Central en la zona sur. "No vimos esa situación porque estábamos rodeando el colectivo", explicaron los encargados del operativo de custodia. 

El uniformado se refería a la imagen de un muchacho con la cara tapada y la supuesta arma de fuego despertó muchas preguntas sobre el encuentro canalla en el Bajo Ayolas.

El jefe del Comando Radioeléctrico, Diego Santamaría, sostuvo que los uniformados no advirtieron lo ocurrido y añadió: "Si lo hubiéramos hecho, hubiéramos actuado en consecuencia".

El Ministerio de Seguridad de Santa Fe brindó ayer detalles del accionar policial durante los disturbios que se registraron a la salida del Coloso. “Hubo una reacción para restablecer el orden. Hay 17 móviles rotos y cuatro policías con algún tipo de lesión”, precisaron.

Velázquez sostuvo que el operativo se realizó con "total normalidad hasta la desconcentración", momento en el que “tres mil o cuatro mil personas” tomaron la decisión de “atacar los bienes del Estado” luego del partido. Argumentó que la respuesta policial fue para contener esos disturbios y que, además, hubo personas demoradas.

“El ingreso al estadio fue bueno, la permanencia fue buena, en la desconcentración un grupo toma la decisión de atacar los bienes del Estado y eso tiene sus consecuencias”, dijo el funcionario.

Acerca del agente policial que apuntó con su escopeta a la cabeza de un hincha, en medio de los incidentes, una secuencia que fue grabada por algunos testigos y luego se viralizó en redes sociales, Velázquez respondió: “Estamos haciendo revisiones de video, vamos a tomar algún tipo de determinación si consideramos que el uniformado no hizo lo que correspondía”.

El funcionario enfatizó que “Newell's está viviendo un momento institucional complicado” por el que es entendible que pueda haber reacciones contra la dirigencia, pero fue tajante al afirmar que no pueden “permitir que dos mil o tres mil personas atenten contra los bienes públicos”, en relación a los patrulleros que resultaron dañados.

“Hoy tenemos 17 móviles menos en las calles. Es lógico, entendible, los rosarinos somos gente de fútbol y conocemos cuando las cosas no van bien que hay derecho a reclamar. Pero la Policía hace lo que tiene que hacer, nosotros lejos de entender que está mal, consideramos que tienen que defender los bienes públicos”, amplió.

Por su parte, el jefe de la Agrupación Cuerpos de la Unidad Regional II, Nicolás D'Ángelo, detalló que siete empleados policiales resultaron heridos en los disturbios con los hinchas. "Tres de ellos de gravedad. Dos miembros sufrieron impactos en los cristales del móvil y debieron ser intervenidos en el Heca. Luego un empleado del Comando sufrió cuatro puntos de sutura en la mandíbula. El resto con golpes varios producto de que se arrojaron gran cantidad de proyectiles”, dijo.

Sobre los elementos utilizados para atacar a los agentes policiales, agregó: “No fueron elementos extraídos del estadio sino elementos que fueron vandalizados afuera, como la destrucción del vallado que se arrojó al personal policial, que siguió todas las pautas en estos casos que es la progresividad en el uso de la fuerza”.

En cuanto a la presencia de una ametralladora entre los hinchas que fueron a la caravana de Central en el Acceso Sur, Santamaría comentó: "Había tanta gente que no nos permitió tener una visión al cien por ciento". De hecho, aclaró que en ese momento también se produjo la rotura de los vidrios del colectivo auriazul. El día anterior parecía que el ómnibus había sido apedreado durante el ingreso al estadio Marcelo Bielsa.

Mientras los futbolistas se preparaban para disputar el clásico en el Coloso, este domingo a la tarde trascendieron fotos y videos de un hincha canalla parado sobre una furgoneta con una ametralladora. 

Las imágenes llamaron la atención en redes sociales, algunos especularon con que era una foto producto de la inteligencia artificial, otros decían que era un arma de paintball pero la policía no recibió ninguna denuncia al respecto.

Santamaría recordó que los agentes a cargo de acompañar a la delegación auriazul quedó rodeada por una "turba de mil o dos mil personas". Así subrayó que los uniformados no podían ver nada a más de dos metros de distancia de sus vehículos.

"Si nos pueden aportar el video, sería excelente. Que la Fiscalía lo levante, tome la declaración de lo que vio usted", propuso el jefe del Comando Radioeléctrico ante la pregunta de un periodista. Mientras tanto persistía la duda sobre el uso de un arma de fuego real o una de juguete, entre otros detalles del caso.

Además de esta situación inusual, en el Bajo Ayolas colgaron una bandera para pedir la liberación de Leopoldo "Pitito" Martínez. El referente de la barra brava vive en la zona, pero se encuentra bajo prisión preventiva por encubrimiento tras el doble crimen de Andrés "Pillín" Bracamonte y Daniel "Rana" Attardo.