En un teatro custodiado por un fuerte operativo policial, la asamblea de la Universidad de Buenos Aires (UBA) reeligió al rector Alberto Barbieri. La votación plasmó la mayoría que conserva el bloque de radicales, peronistas y aliados que gobierna la universidad más poblada del país: sobre 236 asambleístas, el ex decano de Ciencias Económicas cosechó 179 votos, mientras que el candidato opositor, el físico Juan Pablo Paz, apoyado por un espacio donde confluyen sectores kirchneristas, de centroizquierda e independientes, recibió 37 votos. “Tenemos el deber de formar graduados responsables, respetuosos de los valores democráticos, los derechos humanos y con compromiso social”, dijo Barbieri, cuyo nuevo mandato al frente de la UBA regirá entre 2018 y 2022. El otro dato que dejó la asamblea de ayer fue la confirmación de que el próximo año el gobierno de la UBA volverá a la carga para reformar el estatuto universitario.
Para desalentar las protestas de estudiantes y docentes, desde hace una década las autoridades de la UBA evitan elegir rector en la propia institución: las últimas asambleas se habían hecho en el Congreso, ahora se optó por el Teatro de la Ribera, siempre con ingreso restringido.
Las vallas dispuestas por la Policía Metropolitana en La Boca separaban –ayer a la mañana– a los asambleístas que iban llegando de las agrupaciones y gremios que se convocaban para protestar. “El barrio parece militarizado. Es un papelón que una vez más las autoridades de la UBA se tengan que elegir con los estudiantes movilizados afuera y un despliegue policial de estas magnitudes –dijo Adrián Lutvak, copresidente de la FUBA–. Barbieri quiere una UBA en sintonía con el ajuste a nivel nacional, y por eso contó con los votos de los decanos y estudiantes del PRO y la UCR-Franja Morada.”
Alrededor, estudiantes y docentes manifestaban su rechazo al sistema de cogobierno con cantitos, pancartas y algunas performances: un grupo se rodeó de papel higiénico y, como si hiciera falta, levantó cartelitos con la consigna “nos están cagando”.
Adentro del teatro, pasadas las 9.30, arrancó la función con presencia perfecta de los asambleístas: los decanos de las trece facultades (todos ellos profesores), 109 consejeros profesores, 57 estudiantes y 57 graduados.
Para romper el hielo, el consejero estudiantil Juan Winograd, del PO, denunció el carácter “antidemocrático” de la elección y acusó de diversas irregularidades a las autoridades académicas; también anunció que su espacio se retiraba de la sesión. Minutos después le contestó el dirigente radical Emiliano Yacobitti, líder de la agrupación Nuevo Espacio (ex Franja Morada) y desde hace algunas semanas vicedecano electo de la Facultad de Ciencias Económicas. Reivindicó a los cuestionados ex funcionarios de la universidad José Luis Giusti y Darío Richarte (surgidos, como él mismo, de la cantera morada), y defendió a la actual administración de la UBA: “Siempre priorizamos la universidad pública, la defensa del presupuesto, no importa ante qué gobierno”, se ufanó.
En el siguiente acto se produjeron las postulaciones de candidatos al rectorado. El decano de Odontología, Héctor Alvarez Cantoni, se apuró a proponer la reelección de Alberto Barbieri; el consejero Jorge Geffner, profesor de Medicina, propuso a Juan Pablo Paz.
Apoyado por las mayorías de consejeros de Ciencias Exactas y de Filosofía y Letras, más minorías de Ciencias Sociales, Ingeniería y Farmacia, Paz tomó la palabra. Lo primero que hizo fue advertir sobre el contexto nacional y la incidencia de las políticas de Cambiemos en la universidad; denunció, en particular, la crisis presupuestaria del sistema educativo y científico, y abogó por una universidad más comprometida con lo que pasa en el país.
“Queremos una universidad autónoma, democrática, cogobernada, laica, gratuita y abierta al pueblo. Y que no dé lugar a la actuación de grupos cuyo único objeto sean los negocios y la pertetuación en el poder”, dijo el reconocido investigador del Conicet. “Creemos que otra UBA es necesaria, no sé si es posible en este momento”, siguió y llamó a participar de su construcción a “todos los que reivindican al pensamiento crítico y a la formación de profesionales cuestionadores y capaces de transformar la realidad”, a “todos aquellos que tienen un pensamiento nacional y latinoamericanista, los que respetan la democracia y que aspiran a tener una universidad que compatibilice la masividad con la máxima excelencia académica”. “Espero que esta sea la última asamblea universitaria del statu quo”, dijo Paz. Antes de cerrar su discurso, convocó a “luchar por una auténtica reforma del estatuto universitario que contenga un cambio en la forma de gobierno de la universidad” y llamó también a “terminar con la docencia ad honorem” y “con el oprobio que significa que haya unidades académicas con más del 50 por ciento de sus profesores interinos” (sin concursar).
A su turno, Barbieri bajó del escenario y tomó el micrófono. “Los universitarios tenemos que relacionarnos fuertemente con el tejido social que nos da sustento, para evaluar sus necesidades y devolver soluciones, formando un círculo virtuoso –dijo el rector–. Es nuestro deber formar graduados responsables, respetuosos de los valores democráticos, los derechos humanos y con compromiso social. Los convoco a seguir trabajando para que juntos podamos lograr una sociedad más justa e inclusiva, para que sea realidad, y no sólo retórica, una educación al alcance de todo el pueblo argentino.”
Peronista, pero con amplio apoyo del radicalismo universitario, Barbieri repasó su gestión durante los últimos cuatro años y destacó haber concretado “más de 300 obras de infraestructura, el aumento de presupuesto destinado a investigación, la actualización de planes de estudio y un incremento considerable en la cantidad de becas”, así como avances en la regularización de la planta docente. Entre las propuestas para los próximos años, describió su idea de comenzar a trabajar para presentar ante el Congreso, en 2021, cuando la UBA cumpla 200 años, “un documento con la visión de la universidad sobre aspectos trascendentales del desarrollo de nuestro país”.
Antes de pasar a votar habló una decena de asambleístas más, pero las cartas ya estaban echadas. Los consejeros fueron levantando la mano, uno a uno, y expresando su voto: 179 pronunciaron el nombre de Barbieri; 37, el de Paz; dos se abstuvieron; y otros 18 ya no estaban cuando se bajó el telón.