Los movimientos sociales vuelven a salir a la calle este martes, para reclamar al gobierno un Ingreso de Emergencia Escolar por el inicio de las clases. En la Ciudad de Buenos Aires concentrarán a las diez de la mañana en la Plaza de Mayo, para marchar al ministerio de Economía, donde tienen previsto hacer una asamblea y entregar un petitorio exigiendo el pago de una suma extra para todos los hogares de trabajadores informales con bajos ingresos. En otras ciudades del país las manifestaciones fueron convocadas frente a las sedes de la Anses.

“Si tenés dos hijos, comprar lo básico para que vayan a la escuela implica un gasto mínimo de 250 mil pesos. La mochila, el cuaderno, los útiles, el guardapolvo… todos los precios del kit escolar aumentaron. Para las familias de los sectores populares es muy difícil pensar en este comienzo de las clases; en los barrios hay compañeras que tienen que elegir qué hijo mandar a la escuela”, dijo Johanna Duarte, de la Utep, sobre el motivo de la convocatoria.

Si bien la Asignación Universal por Hijo ya paga una ayuda escolar, su monto está muy por debajo de lo necesario: es de 85 mil pesos por niño. La exigencia es que este valor sea aumentado acorde a la inflación.

En el reclamo confluyeron los tres sectores de los movimientos sociales: la UTEP, el Frente Piquetero y Territorios en Lucha. Su última movida callejera en unidad fue en diciembre, es decir que tuvieron un bache de dos meses: habían salido a la calle en vísperas de las fiestas, con una jornada de pedidos de alimentos en las puertas de los supermercados, con la consigna “Por una navidad sin hambre”.

En aquella jornada consiguieron poco, y las expectativas para hoy no son mejores: tras un año de permanente ataques del gobierno libertario -que en 2024 les cortó el envío de alimentos, desarmó las cooperativas productivas del Potenciar, congeló el monto de los planes sociales, reprimió cruentamente sus manifestaciones,  abrió causas judiciales contra sus dirigentes y militantes- los movimientos han perdido peso. Organizan a menos personas, su poder de movilización se redujo. El gobierno de Milei no las destruyó, como era su objetivo, pero consiguió adelgazarlas.  

“Nuestra tarea principal es la misma: dar contención en los barrios más postergados" dijo sobre estos cambios Damaris Rolón, del Frente de Organizaciones en Lucha. "Lo seguimos haciendo, pero con menos recursos y con una disgregación interna,  porque la crisis económica y el recorte en el Potenciar hizo que los compañeros se vieran obligados a buscar otros trabajos, que es lo que el gobierno quiere; pero aún con limitaciones nuestros espacios siguen funcionando”. Las mujeres que trabajaban en los comedores se encontraron con que dejó de llegarles alimentos, pero además el gobierno les quitó el plan Nexo (que sumado al Potenciar les garantizaba un ingreso equivalente al salario mínimo) y congeló en 78 mil pesos el monto de los nuevos planes sociales que reemplazaron al Potenciar. Así, de acceder a un salario mínimo y la comida, pasaron a tener que vivir con 78 mil, una situación imposible.     

“En lo que hace a los reclamos callejeros, el gobierno juega a estigmatizarnos y aislarnos. Eso nos obliga a buscar otros modos de sostener la lucha, uno es integrarnos a las luchas de otros sectores: por eso, si bien desde diciembre no hacemos una protesta propia, durante todo el verano estuvimos sumándonos a conflictos como la defensa del Hospital Bonaparte, del Centro Cultural Haroldo Conti, de los espacios de la Memoria”.

La manifestación de hoy buscará "visibilizar que asistir a la escuela es un derecho básico, que el estado debe garantizar en todos sus aspectos", remarcaron en la convocatoria.  "Es el gobierno el que tiene la obligación de atender este problema, a ningún pibe o piba le debe faltar lo necesario para comenzar las clases".