El dinero destinado a la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) cayó en los dos años de gobierno de Mauricio Macri en 12 millones de pesos con respecto a la inversión de 2015. Se trata de una ley fundamental para el tratamiento en las escuelas de la sexualidad, del combate de la violencia contra las mujeres y la discriminación por la orientación sexual. Los datos surgen de la respuesta oficial que le dio el Ministerio de Educación nacional a un pedido de información pública que hizo el Observatorio de Derechos Humanos (ODH), que manifestó su preocupación por la llamativa reducción. 

La respuesta del ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, al ODH hace una extensa descripción de los orígenes de la ley, sancionada en 2006, y de su importancia para eliminar la violencia de género. No obstante, a la hora de los números queda claro que la prioridad para el gobierno de Macri no fue esa ley. El primer salto fue entre 2015 y 2016. En 2015, el presupuesto para la ESI fue de 55 millones de pesos. En 2016, cayó a 27 millones durante la gestión de Esteban Bullrich. Un 50,38 por ciento menos. 

Esa reducción drástica a la mitad del presupuesto se revirtió parcialmente este año. Según la respuesta de Finocchiaro, hasta junio llevaba ejecutados 43 millones de pesos, lo que de todas formas sigue siendo un 22,5 por ciento menos que hace dos años. Doce millones menos. “Un primer detalle que llamó la atención de los datos suministrados es que el equipo actual del Programa Nacional ESI en el Ministerio de Educación de Nación cuenta con sólo 17 trabajadores, una planta muy reducida si se tiene en cuenta que deben implementarse los contenidos curriculares en todo el país”, indicó el ODH. Los datos que informó el Ministerio de Educación dejan en claro que las capacitaciones presenciales cayeron de 55 mil en 2015 a tan solo 1050 en 2017. Hace dos años se capacitaban docentes en 14 mil escuelas en diez provincias, lo que cayó a 100 escuelas en Corrientes en 2016. Y este año, a 500 escuelas, en Corrientes y Mendoza. Los cursos online por la ESI sufrieron el mismo recorte: pasaron de casi 17 mil en 2015 a 4450 este año. 

El ODH llama la atención sobre el desagregado del dinero: ocho de los 43 millones de esta años fueron redireccionados al Plan Nacional de Prevención de Embarazo. Si bien esto forma parte de la ESI, consiste en una reducción de la perspectiva de la ley a un viejo concepto meramente biológico. “Este cambio de dirección de fondos demuestra una intencionalidad de la nueva gestión de volver al paradigma anterior y posicionar el Programa ESI desde una perspectiva biomédica, dedicada sólo a la prevención de embarazos, dejando de lado los conceptos fundamentales de la ESI, que entiende a la sexualidad desde una integralidad”, remarcaron desde el ODH.

La misma discusión se dio con el ministerio de Educación porteño cuando lo conducía Esteban Bullrich. De hecho, una encuesta sobre la aplicación de la ESI porteña que hicieron Libres del Sur, Mumalá e ISEPCI indicó el año pasado que se dejaban de lado los aspectos de la ley que tienden a eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y fomentar el respeto por la diversidad sexual. En esa encuesta, encontraron que el 31 por ciento no tuvo ningún tipo de educación sexual. De los que sí recibieron, el 95 por ciento recibió un enfoque reducido a lo meramente biológico (la genitalidad y las enfermedades de transmisión sexual). Un 59 por ciento señaló que no recibió ningún contenido vinculado a la igualdad entre varones y mujeres y un 78 por ciento no tuvo ningún tratamiento de la diversidad sexual. El 82 por ciento no habló de la violencia contra las mujeres.

El ODH indica que también hubo una merma del material de distribución, dado que no hubo reimpresiones. Las cartillas distribuidas por el Correo Argentino para las Jornadas Educar en Igualdad cayeron. “Los montos  son para 2016 100.000 y para 2017 46.353 pesos”,  se indicó.  

“Desde el ODH expresamos nuestra profunda preocupación por los datos informados desde el Ministerio de Educación, ya que la ESI constituye un aporte fundamental a la sociedad, que incluye a la subjetividad como dimensión inseparable en la sexualidad, y que como el mismo organismo informó, ésta presupone poder colaborar en destejer la violencia de género, en promover la valoración positiva de la diversidad, en prevenir las situaciones de abuso y maltrato a niños y niñas”, destacaron.