Detrás de las nuevas cifras por la política antiinmigrante de Donald Trump hay historias de vida, advierten organizaciones humanitarias. Las autoridades migratorias estadounidenses reportaron este martes una reducción de un 85 por ciento de los cruces en la frontera sur con México durante los primeros 11 días del segundo Gobierno de Trump, quien asumió el pasado 20 de enero, frente al mismo periodo de 2024.
"Se deshumaniza a las personas"
"Muchas veces, cuando hablamos de migración, se olvida que estamos hablando de seres humanos, con familia, amistades, sueños por delante", indicó Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, en una publicación en la red social Instagram, en la que adjuntó un vídeo en el que una joven latina se despide tristemente de su madre mientras ve cómo la policía se la llevan. "Vivimos en un tiempo donde se deshumaniza a las personas, se culpa a ciertos y determinados grupos --generalmente los más vulnerables, como las personas migrantes-- de todos los males de la sociedad", remarcó.
"Históricamente las personas migraron en busca de un futuro mejor, para encontrar otras oportunidades que permitan transformar su calidad de vida, o para ponerse a salvo de situaciones de extremo peligro", agregó Belski, enfatizando en que migrar no es delito.
Sin detallar el número de cruces, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) aseguró en un comunicado que durante enero hubo la disminución del 85 por ciento en los intentos de ingreso ilegal al país, fue producto de la implementación de las nuevas medidas ejecutivas del mandatario republicano sobre este tema.
Desde el 20 de enero el Gobierno Trump descontinuó el uso de la aplicación CBP One para programar citas de ingreso en la frontera para solicitudes de asilo. En la misma línea, la agencia puso fin a los programas de permisos humanitarios para migrantes cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos y se volvió al sistema de revisión caso por caso.
La situación en México
Muchos de los deportados han sido enviados al territorio mexicano. Desde que comenzó el mandato de Trump, el Gobierno de México ha recibido hasta ahora a 14.470 personas deportadas, de ellas 3.091 extranjeras, señaló el lunes la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, durante su conferencia de prensa matutina sin ofrecer más detalles.
La mandataria mencionó que, junto con la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), están haciendo la revisión de las peticiones de asilo de las personas de origen extranjero que están siendo deportadas a México desde EE.UU. Además afirmó que la próxima semana ofrecería información del apoyo que se dará a estas personas en su país y remarcó que su gobierno está avanzando en las negociaciones del tema migratorio con EE.UU.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE, Cancillería) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentaron el lunes la plataforma digital "Acción migrante" para facilitar servicios de orientación legal y salud mental a las personas migrantes en México y EE.UU, ante las restricciones en la frontera y amenazas de deportaciones de Trump. El objetivo es brindar información jurídica a las personas migrantes mexicanas o de otras nacionalidades que se encuentren en ambos lados de la frontera entre ambos países para que conozcan sus derechos y no sean "sorprendidos o víctimas de abuso" por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) u otra corporación policíaca.
Reclusión de migrantes
A esto hay que añadir que el Gobierno estadounidense profundizó las deportaciones a la base naval de Guantánamo, en Cuba, donde el magnate dispuso la habilitación de 30.000 camas para migrantes. La semana pasada la Administración de Trump anunció el envío de más de 100 migrantes, todos ellos de nacionalidad venezolana, aunque no dio detalles sobre los detenidos, más allá de tildarlos de "criminales" y vincularlos con la banda transnacional de origen venezolano Tren de Aragua.
La mitad de estas personas, 53 hombres, están detenidos en una cárcel dentro de la base militar, según informó el diario The New York Times, que publicó una lista con los nombres de los migrantes. EFE contactó a las familias de cuatro de los migrantes que están en la lista publicada por el diario, quienes defienden la inocencia de sus seres queridos y denuncian que no se han podido comunicar con ellos desde hace ya varios días. La agencia española no pudo encontrar antecedentes penales para tres de ellos, además de cargos por entrada irregular.
Además de Guantánamo, la administración de Trump está considerando utilizar la clausurada Institución Correccional Federal de Dublín (California) como un centro de detención del ICE. La institución cerró el año pasado tras recibir más de seis denuncias contra funcionarios penitenciarios y el exdirector del lugar por abuso sexual de reclusas, informó Tv Azteca. Algunos casos fueron condenados.
Estudiar con miedo
Las medidas de Trump también provocaron que, por ejemplo, padres migrantes en el área de Denver (capital del estado de Colorado) tengan miedo de enviar a sus hijos a la escuela ante las nuevas redadas masivas. Desde el pasado 5 de febrero Pedro y María, un matrimonio colombiano, dejaron de llevar a sus hijos a la escuela en Aurora, al este de Denver. "Nos encontramos con calles bloqueadas, agentes armados en nuestro barrio y gente gritando y llorando. No nos dejaban llegar a la escuela", relataron los migrantes a la agencia de noticias EFE.
Las redadas del ICE en el área intensificaron la sensación de vulnerabilidad entre los inmigrantes, incluidos aquellos con presencia legal. "Antes sabíamos que había que cuidarse, pero nunca dejamos de llevar a los niños a la escuela. Ahora es distinto. El ICE puede entrar a las escuelas, y yo no sé si me van a detener a mí o a mis hijos. Tengo miedo de que nos separen", indicó Pedro, quien, aunque es residente legal en el país, prefirió no revelar su nombre completo.
El Comité Estadounidense para los Refugiados e Inmigrantes (USCRI) se pronunció en contra de la idea de Trump de arrestar a personas en lugares cercanos a instituciones como iglesias, escuelas y hospitales. Esta medida marca un cambio respecto a la política histórica de evitar los llamados "lugares sensibles".
"Esta decisión no sólo ignora la dignidad y los derechos de los inmigrantes, sino que también debilita el tejido social que une a nuestra nación", dijo Eskinder Negash, presidente y director ejecutivo de USCRI, en un comunicado. "Las escuelas son lugares de aprendizaje, los hospitales son lugares de sanación y los lugares de culto son santuarios de fe y consuelo. Convertirlos en sitios de acciones de cumplimiento de la ley envía un mensaje escalofriante de que estos valores son menos importantes que el cumplimiento de la ley de inmigración", remarcó.
La semana pasada, las Escuelas Públicas de Denver (DPS, en inglés) demandaron al Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) en un intento por frenar la presencia de agentes de inmigración dentro y fuera de los centros educativos. "Los padres inscriben a sus hijos en las escuelas públicas con la confianza de que serán educados sin temor a operativos migratorios dentro de esas instituciones", señala la demanda.
Según un informe del Instituto de Políticas Migratorias (MPI, en inglés), uno de cada tres estudiantes latinos en EE.UU. sufre ansiedad o depresión debido al miedo a operativos migratorios