La periodista y conductora Cynthia García reflexionó en la 750 acerca de la nueva resolución del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires en la que se busca prohibir y censurar la opinión de los docentes y alumnos de escuelas públicas.

El editorial de Cynthia García

Hay una resolución del Gobierno de Jorge Macri que genera ciertas prohibiciones del personal docente y no docente. No pueden hablar ni escuchar, tienen que reportar a los alumnos que hablen temas relacionados con la religión, la sexualidad, el género, la etnia, la política partidaria. Ni hablar de la suspensión de la ESI.

No hay manera de que esto prospere porque es eliminar el criterio, el espíritu crítico.

Veníamos pensando que pasa con las materias de las Ciencias Sociales, las de Formación Ética y Ciudadana. ¿Cómo se desarrolla? ¿No va a haber debate en clase?

Para apuntalar su reflexión conceptual, Cynthia se apoyó en la publicación del politólogo y docente Mariano Tilli.

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires nos exige los docentes a que cuando un alumno nos diga que le gusta Milei y lo va a votar, o que su papá es peronista, o que su abuela se jubiló gracias a CFK, o que para su abuelo Alfonsin era un genio o que le gustan las personas del mismo sexo o que su bisabuela era mapuche y fue perseguida por ello, o que tiene un pariente desaparecido porque fue acusado de zurdo o que un hombre no podrá entender nunca lo que siente una chica que sale a la escuela con miedo al acoso todos los días o que les parece justo que convivan el estado de Israel con un estado palestino en paz o que tiene disforia de género y no lo llame por su nombre o que es de género fluido, o que parte de la Iglesia apoyó dictaduras, tenemos que informar a equipos especializados para intervenir y acompañar al estudiante y su familia. No saben que son cosas con la que los profesores de Formación Ética y Ciudadana, nos encontramos cada vez que damos clases. Parece que nunca estuvieron al frente de un aula.

Es la publicación de este politólogo, el docente Mariano Tilli, que expresa claramente como si estuviéramos en la distopía del Cuento de la Criada.

Una amiga me decía “¿Cuánto falta para que los países decidan que como hay baja natalidad haya mujeres que tengan que aportar su fertilidad?”

Imagino un aula de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Qué producen los silencios? ¿Qué produce la censura en una comunidad adolescente, que es donde se empiezan a desarrollar estos debates?

Los silencios forzados, la censura, de ahí no sale nada bueno. Quieren construir sociedades aterradas, disciplinadas, que no piensen.