Las imágenes impactan. Apenas habían transcurrido dos juegos de su partido del martes ante la checa Karolina Muchova en el torneo de Dubai cuando la británica Emma Raducanu abandonó momentáneamente el encuentro, se acercó a la jueza del match y estalló en llanto, mientras le contaba lo sucedido y se escondía detrás de la silla de la umpire. Segundos después, su rival se acercaba a consolarla, a la vez que la jueza Miriam Bley también se acercaba para asistirla.

En ese momento no se sabía lo que había sucedido, pero este miércoles el incidente quedó aclarado: un hombre que ya había acosado a la campeona del US Open 2021 se encontraba en la cancha, lo que motivó el ataque de nervios de la tenista. Y a través de un comunicado, la WTA informó que le prohibió la asistencia a cualquiera de sus torneos al individuo, además de abrir una investigación para ver que tipo de denuncia puede llevar adelante.

"El lunes 17 de febrero, Emma Raducanu fue abordada en un área pública por un hombre que exhibía una conducta obsesiva", informó este miércoles la asociación de jugadoras. "Este mismo individuo fue identificado en las primeras filas durante el partido de Emma el martes y fue posteriormente expulsado", añadió la WTA.

En ese encuentro, Raducanu se mostró muy afectada. Tras perder los dos primeros juegos, se acercó a la juez de silla para comentarle lo que sucedía y comenzó a llorar. Luego se colocó detrás de la silla hasta que el espectador fue desalojado de la cancha. Cuando finalmente el partido se reanudó, la británica terminó cayendo ante Muchova por 7-6 (8) y 6-4.

De acuerdo a lo informado por la organización, al acosador, que no fue identificado de manera pública, "se le prohibirá asistir a todos los eventos de la WTA a la espera de una evaluación de la amenaza".

"La seguridad de las jugadoras es nuestra máxima prioridad y asesoramos a los torneos sobre las mejores prácticas en eventos deportivos internacionales", añadió la WTA, que "trabaja activamente con Emma y su equipo para garantizar su bienestar y brindarle todo el apoyo necesario. Seguimos comprometidos a colaborar con los torneos y sus equipos de seguridad en todo el mundo para mantener un entorno seguro para todas las jugadoras", insistió la asociación.

No se trata de un hecho aislado para la tenista de 22 años, que se encuentra en el puesto 61 de la WTA y busca reacomodarse en el circuito después de una irrupción fulgurante y una caída fuerte de su rendimiento por cuestiones de salud mental que incluso la llevaron a un parate en su carrera. 

Hace tres años vivió una momento de mucha tensión cuando un individuo identificado como Amrit Magar la persiguió hasta su casa, robó una zapatilla de su padre y le mandó obsequios muy extraños. Después de verlo al menos tres veces alrededor de su domicilio, el padre de la tenista hizo la denuncia que derivó en una orden de restricción por cinco años y la obligación de trabajos comunitarios para el acosador.

"Desde que sucedió todo esto, me he sentido asustada. Siento mucho temor si salgo, especialmente si estoy sola. Debido a esto, siento que me quitaron mi libertad. Estoy constantemente mirando por detrás del hombro. Me siento nerviosa y preocupada de que esto pueda volver a suceder. No me siento segura en mi propia casa", expresó Raducanu en aquella ocasión, que ahora revivió todos aquellos fantasmas del episodio de hace tres años.