El pasado octubre tuvimos el gusto de recibir a Vilma Coccoz en el Seminario del campo freudiano de Granada, para presentar el Seminario II de Lacan. Vilma comenzó su conferencia resaltando el papel fundamental de este Seminario para comprender la actualidad de la enseñanza del psicoanálisis.
Defendió la validez, a día de hoy, del retorno a Freud con el que Lacan inició su enseñanza; este retorno a Freud permite hacer un recorrido por la obra freudiana hasta nuestros días para comprender qué hay en su descubrimiento que sigue resultando insoportable para ciertos amos; donde actualmente han decidido aplicarle lo que se denomina cultura de la cancelación.
Es importante, por tanto, reconstruir el contexto y las diferentes revisiones ideológicas y políticas del recorrido de la obra de Freud, para desentrañar la fuerza del discurso singular que es el discurso del analista.
En este Seminario encontramos los signos de la propia enunciación de Lacan, porque al mismo tiempo que se reafirma en su decir y su intención de hacer vivo el descubrimiento de Freud, abre su enseñanza a los saberes de la época, procurando un diálogo con ellos.
Lacan se había acercado al psicoanálisis a partir del enigma que le presenta el caso Aimée; no había escuela psiquiátrica que explicase la curación de una paranoia a partir de una sanción de la ley. Al escribir su tesis, expone una manera nueva de concebir la institución psiquiátrica y la relación con el paciente.
Lacan conversa con Aimée, se interesa por los hechos, aplicando los criterios de la obra de Freud; el psicoanálisis como un nuevo discurso sobre la humanidad, una nueva manera de interpretar que tiene efectos sobre la cultura. No solo se trata de un estudio nuevo de lo patológico sino de la vida del ser humano en sociedad, en el lazo social. Considera la peculiaridad de los síntomas y descubre en ellos el germen de la creación, como pudo demostrar en ese caso, en el que aprecia una alteración del narcisismo. Ya entonces hablaba de una identificación iterativa, como lo hará mucho después en su última enseñanza.
Con su enseñanza, intenta cambiar las condiciones de transmisión del psicoanálisis: busca un mayor rigor, insiste en la necesidad de leer a Freud en alemán porque las traducciones de aquella época al inglés eran interpretaciones que al mismo Freud le horrorizaban. Así, el Seminario II es una respuesta de Lacan a lo que considera que va más allá, a lo que presenta como un síntoma del propio psicoanálisis.
El Seminario II presenta una renovada actualidad porque hoy nos encontramos con un retorno al Yo (pero no ya al ego autónomo, sino a un Yo identitario, que prescinde de la historia, lo que Lacan llamó anhistorismo).
La identidad tal como se nos presenta ahora no son identificaciones, en el sentido que Freud descubrió la importancia de las identificaciones en la formación del Yo, derivadas de elecciones inconscientes.
*Socia de la sede de Sevilla de la ELP. Fragmento de la reseña. Publicada en el Blog de la ELP (Escuela Lacaniana de Psicoanálisis).