Tras la decepcionante derrota del martes por 1 a 0 ante Alianza Lima, el presidente de Boca, Juan Román Riquelme, se apersonó en el apesadumbrado vestuario xeneize y, tras escuchar las palabras en queja del técnico Fernando Gago, pronunció un muy duro discurso para hacer reaccionar a los jugadores. "Fuimos un desastre" expresó Riquelme quien habló no más de cinco minutos para expresar todo su fastidio e inconformismo por lo visto en la cancha, tanto desde la producción futbolística como desde lo actitudinal. 

Según testigos de su arenga, Román destacó que lo único positivo es que "los dejaron con vida" y que la semana que viene, en la vuelta en La Bombonera, Boca tiene chances de revertir la historia. Sería un golpe durísimo no lograrlo porque dejaría al equipo sin actividad internacional por todo lo que queda del año, excepto el Mundial de Clubes que se jugará entre el 15 de junio y el 11 de julio en los Estados Unidos.

No es la primera vez que en situaciones críticas, Riquelme elige bajar al vestuario y hablar mano a mano con los jugadores. Ya lo hizo en octubre de 2021 cuando luego de una derrota por 1 a 0 ante Gimnasia y Esgrima La Plata en la Bombonera, les ordenó bajar del micro para que vuelvan al camarín, donde los sermoneó durante más diez minutos en lo que se interpretó por entonces como un gesto que le restó autoridad al técnico de entonces, Sebastián Battaglia. También hizo lo mismo el año pasado en Córdoba  la noche en la que Boca perdió 2 a 0 con Belgrano y Diego Martínez dejó de ser el técnico.

Con este cuadro de situación, el partido del martes venidero adquiere carácter de una verdadera finalísima para Boca. Porque si no se clasificara, además de quedarse fuera de la Copa Libertadores, tampoco llegaría a la Sudamericana. Si en cambio, pasa a la tercera fase y no puede superar al ganador del cruce entre Deportes Iquique de Chile e Independiente Santa Fe de Colombia (Iquique ganó la ida de local por 2 a 1), tendrá el indeseado premio consuelo de volver a jugar la Copa Sudamericana.  

El plantel boquense regresó inmediatamente después del partido y quedó concentrado en el predio de Ezeiza donde volvió a los entrenamientos en una mañana de caras largas, pocas palabras y fastidio generalizado. La única buena noticia fue que Marcos Rojo y Ander Herrera, dos referentes claves que se perdieron la ida con Alianza Lima por lesión, recibieron el alta médica, se sumaron al grupo y podrían jugar la revancha del martes.

En cambio, los volantes Camilo Rey Domenech y Williams Alarcón terminaron el partido con molestias musculares y serán preservados este sábado ante Aldosivi para poder ser tenidos en cuenta contra los peruanos. Es un hecho que ante los marplatenses, Boca irá con un equipo alternativo para cuidar a los titulares

En estos seis días que faltan para el desquite copero, se seguirá la evolución del uruguayo Edinson Cavani, quien se está reponiendo de una fractura en una vértebra. Aunque llegue con lo justo, Cavani estará ante los peruanos aunque no pueda completar todo el partido. La idea de técnico Gago y del presidente Riquelme es que los jugadores de mayor rodaje del plantel se hagan cargo de la situación y saquen a Boca del pozo en el que cayó luego de una noche en Lima en la que todo que podía salir mal, salio peor.