"No hay nadie a quién aplicarle la guillotina", aseguró el martes el vocero presidencial Manuel Adorni, después del escándalo, ya no por el "criptogate", sino por la interrupción del asesor Santiago Caputo en la entrevista guionada entre el presidente Javier Milei y Jonatan Viale. Pero las polémicas continuaron cuando Cristina Pérez -cronista de LN+ y pareja del ministro de Defensa, Luis Petri- dijo tener fuentes oficiales que le aseguraron que "hay un círculo de entorno que pide plata a cambio de acercar empresario al presidente". 

¿Se abre de nuevo la guillotina? Pérez no dijo cuáles eran sus fuentes, pero aseguró que las tenía: "Yo no estoy diciendo esto por suposición. Por lo menos, tres fuentes me hablaron de situaciones de este tipo con un entorno que ofrece esto. Es más, un entorno que puede ser capaz de cobrar y de nunca jamás sentar con Milei a la persona que le ofreció este servicio". 

Pérez habló con mucha seguridad en su editorial, en el que no se mostró preocupada  ni por la corrupción, ni por la estafa financiera en la que participó el presidente, ni por los impactos económicos que podría tener en los mercados sino por "el verdadero riesgo país", que -según ella- es la vuelta de Cristina Kirchner. "Si ustedes lo hacen mal, señores, ellos vuelven", dijo la conductora de LN+ con el peronismo como única señal de alarma. 

La pregunta que queda flotando es quién podría ser la fuente de Pérez si no es el ministro de Defensa y ¿por qué decidió salir a denunciar corrupción dentro del Gobierno? "Hay gente que por lo bajo dice que sí, que hay un círculo de entorno que ofrece o pide plata a cambio de acercar empresarios al presidente", sostuvo y exigió: "Ya tiene que haber un sistema para controlar ese lobbie".

"Hay una cosa que dijo Milei en la entrevista, y yo me quedé pensando: 'Tengo que poner una muralla para que no sea tan fácil para llegar a mí'", dijo la conductora. ¿Habrá una muralla para proteger a Petri? 

Hubo funcionarios que por mucho menos que una acusación de corrupción perdieron su puesto en el Gobierno por mantener una relación familiar con quien hizo o dijo algo que el Gobierno no quería. El primer caso fue el del ex titular del ANSES  Osvaldo Giordano. El cordobés, que llegó a la Casa Rosada por acuerdos con el ex gobernador Carlos Schiaretti, duró a penas dos meses en el cargo, luego de que su mujer, la diputada Alejandra Torres, no votara a favor de la primera versión de la Ley Ómnibus

Otro caso reciente fue el de Sonia Cavallo, hija del ex ministro de Economía y ex embajadara de la Argentina ante la OEA. Milei pidió que sea despedida luego de que Domingo Cavallo volviera a hacer una publicación hablando del atraso cambiario en el valor del dólar. "Su padre torpedea todo", argumentó Milei para justificar la orden de la hija de quien, hasta hace poco, era considerado por Milei como "el mejor ministro de la historia" y ahora crítico de la política cambiaria de La Libertad Avanza.