Tras la difusión de un video en el que se observa que miembros de la Armada Boliviana detienen a dos pasadores de hojas de coca y los entrega a la Prefectura Naval Argentina, autoridades del vecino país dieron explicaciones públicas sobre este hecho, ocurrido en la frontera entre ambos países.
El comandante del Área Naval N° 3, Edgar Zenteno, dijo a Radio Fides de Bermejo (ciudad boliviana ubicada frente al pueblo argentino de Aguas Blancas) que los pasadores de hojas de coca, a quienes se conoce como “chancheros” o “coqueros”, fueron detenidos porque “pretendían cruzar el río Bermejo portando cuatro taques de coca y dos bultos con cigarros”. El taque es una unidad de medida que representa 50 libras (casi 25 kilos) de hojas de coca.
Otras fuentes de Bolivia indicaron a Salta/12 que otra cuestión que provocó la reacción de los integrantes del Área Naval 3, el grupo de la Armada de aquel país que tiene a su cargo el control de frontera en Bermejo, fue el hecho de que los pasadores o bagayeros quisieron cruzar la frontera por pasos no permitidos.
En comunicación con Radio Fides, que también tiene un portal digital, el comandanate Zenteno también mencionó las condiciones del río. Dijo que “a pesar de que la navegación estaba suspendida por la crecida del río, estas personas hicieron caso omiso”.
Dijo que por eso decidieron la detención y el decomiso de la mercadería, que será entregada a las autoridades competentes en el Estado Plurinacional de Bolivia.
Fuentes de las fuerzas de seguridad bolivianas informaron a este diario que no existe límite alguno en la cantidad de hojas de coca que se pueden pasar hacia Argentina. Pero insistieron en que este traslado debe hacerse por los pasos fronterizos habilitados porque de lo contrario pueden desplegarse operativos como el del martes último. Y afirmaron que también se coordinan los operativos con la Prefectura Argentina.
Prohibición dictatorial
La prohibición de la importación de las hojas de coca tiene un origen en el decreto 648/78 . En ese instrumento se indica que, hasta entonces, y por resolución del Gobierno nacional, se había dispuesto la posibilidad del ingreso de hasta 10 mil kilogramos de hojas de coca para el consumo de las provincias del norte (Salta, Jujuy y Tucumán).
En 1976, según indica el decreto, ingresaron las últimas 10 toneladas y con el decreto de 1978, que lleva la firma del dictador Rafael Videla, se prohibió la importación de la hoja de coca.
Actualmente, en general se imputa y condena (en el caso de que la causa avance, porque muchas veces se desestiman) a quienes son atrapados trasladando el vegetal por “encubrimiento de contrabando”, enmarcado en el artículo 874 “d” del Código Aduanero.
Aunque se dan casos en que se intenta equiparar el transporte de hojas de coca con el transporte de drogas.
Por ejemplo, en mayo del año pasado el Tribunal Oral Federal de Santa Fe condenó a un hombre por encubrimiento de contrabando, desestimando el de "transporte de materias primas para producir estupefacientes" por el que había llegado acusado y que está previsto en el artículo 5 inciso c de la Ley 23.737, que pena el transporte o comercialización de estupefacientes.
“Se encuentra probado que en su estado natural las hojas de coca no producen dependencia física o psíquica, no calificando por ende como ‘estupefacientes’ en los términos del artículo 77 del Código Penal, no poniendo en riesgo el bien jurídico tutelado por la ley 23.737 'salud pública’ por su falta de nocividad”, aclaró el juez Luciano Homero Lauría al resolver el caso.
Agregó que en el caso que se juzgaba las “hojas de coca se encontraban dispuestas en paquetes de aproximadamente 250 gramos, forma habitual en la que se acondicionan para su venta en el norte de nuestro país, donde su oferta es absolutamente abierta y masiva para el ‘coqueo’”. El fallo reseña lo que es común en las provincias del norte argentino, la hoja de coca es “promocionada en la vía pública”, y destaca que el “coqueo” forma parte de una “costumbre de consumo en la población norteña y en especial en el ámbito de los choferes que recorren largas distancias por considerarse que mitiga el cansancio y el hambre”.
A pesar de fallos como este, como sigue vigente aquel decreto de la dictadura, que impone una distancia entre la legalización del consumo en Argentina y la prohibición de su ingreso desde Bolivia, continúan los secuestros de hojas de coca y en los tribunales siguen llegando casos para su análisis sobre la punibilidad que se puede aplicar a la única posibilidad de ingresar y trasladar el producto en el país: la ilegalidad.