Es un plan que está en marcha y se repite a lo largo de todo el país. Se puede observar si se hace una pausa y se escucha cada una de las historias –lamentablemente cada vez más repetidas– detrás de los titulares que indican que tal o cual empresa despidió a un gran número de trabajadores.
Mientras el Gobierno ajusta las cuentas nacionales y avanza con reformas laborales, las empresas sienten cada vez más libertad para sacar su propia motosierra. Así lo explicaron a la 750 Pablo Placeriani y Javier Aparicio, dos trabajadores de distintos sectores a los que los une una condición en común: fueron despedidos por sus luchas por mejores condiciones laborales.
No se trata de los únicos a los que les sucede. Se pueden recordar decenas de casos similares que se repiten en diversos rubros en el último año. Lo que sí hay en común es un modus operandi: las compañías anuncian una presunta crisis y avanzan con despidos masivos para sembrar miedo y pánico sobre las plantas de trabajadores.
Placeriani, despedido de Shell, y extrabajador de la refinería Dock Sud, explicó: “Nos despidieron a 10 trabajadores de la refinería. Esto pasó hace un mes. Nos interceptaron en la entrada y nos dijeron que ya no necesitaban de nuestros servicios. Desde ese momento estamos haciendo una campaña por la reinstalación”.
“Son despidos ilegales. Porque despidieron a trabajadores que están a la cabeza de distintos reclamos. El más dramático es el de una compañera para que las mujeres madres puedan garantizar el cuidado de sus bebés. Y a trabajadores que son brigadistas y que realizan trabajadores de bomberos en la refinería y reclaman mayor seguridad”, explicó.
En este contexto, dijo que están asesorados con abogados y anticipó que harán unma presentación judicial, sin hartarse de golper todas las puertas necesarias para abrir una instancia de diálogo con la empresa. "Son despidos persecutorios”, dijo con pesar.
Por su lado, Javier Aparicio despedido de Volkswagen, señaló que su historia es similar: “En VW los despidos arrancaron con el mío y un compañero, que fuimos delegados juntos en la fábrica”.
Luego, sostuvo, vino el disciplinamiento: “A partir de los despidos persecutorios que hizo la empresa y meter el temor empezó a llamar a compañeros para que agarren retiros voluntarios y ya hubo 500 despidos”.
Finalmente, a tono personal, contó: “Yo estoy separado, pero tengo un nene que nació prematuro y hace varias terapias. Por eso también hay una medida cautelar a favor mío para volver a la fábrica mientras dure el juicio. Vamos a ver si la empresa acata la decisión de la justicia argentina”.