Argentina está sumergida en una tragedia social y una de sus causas son las políticas antiproductivas del gobierno neoliberal periférico de Milei; resumidamente: entre noviembre ’23 y octubre ’24 cerraron en el país 12,214 empresas (el 99.4% eran empresas de menos de 500 trabajadores) y en el mismo período los puestos de trabajo registrados se redujeron en 205,009. Para emerger nos será imprescindible reindustrializar autónomamente, incrementando el PBI y simultáneamente avanzar hacia la equidad distributiva, como se hizo en los períodos (1946-1955) y (2003-2015).

Las industrias multinacionales producen con las tecnologías que desarrollan en sus “headquarters” interactuando con su sistema científico–tecnológico y fabrican en nuestro país recurriendo a bienes de capital e insumos importados desde sus proveedores globales. Es imprescindible, para poder establecer encadenamientos productivos locales, desarrollar tecnologías propias y proveedores locales. Estamos hablando de un cambio del modelo de país y por lo tanto de su estilo tecnológico.

Algunos sectores en los que el Estado, ya sea como estado productor o mediante la compra estatal, deberá impulsar los encadenamientos productivos nacionales son: gas y petróleo, generación, transporte y distribución de electricidad, energía nuclear, obras públicas en general, construcción de viviendas, construcción de rutas, manufactura de bienes de capital y de consumo, remedios y vacunas, minería y agro.

Actores imprescindibles

Los actores imprescindibles de este proceso son las empresas controladas por el Estado nacional o estados provinciales, empresas de tecnología (INVAP, Y-TEC, NASA, etc.), industrias PyMES, el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SNCyT).

El desarrollo de tecnologías propias requiere contar con científicos y tecnólogos trabajando acoplados al sector productivo. Este fue el modelo de Y-TEC, implementado en el año 2012 durante la segunda presidencia de CFK, entre la empresa YPF (51%) y el CONICET (49%).

En Y-TEC se llevaron adelante, hasta diciembre del 2023, proyectos de “sustitución inteligente de importaciones” en los que se recurría al I+D (SNCyT) para desarrollar equipos o insumos adaptados a las necesidades y posibilidades locales. Las tecnologías desarrolladas se transferían a PyMES productoras apoyándolas durante las primeras pruebas industriales (pilotos).

En Vaca Muerta y en los oleoductos y gasoductos que transportan los hidrocarburos se desarrollaron sustituciones inteligentes de importaciones. En La Plata, la planta de celdas para baterías de litio fue construida por la cooperación entre Y-TEC, CONICET y UNLP, convergentemente Y-TEC construyó una planta para producir el material catódico LFP.

En diciembre del 2023 trabajaban en Y-TEC 260 investigadores y tecnólogos (25 de ellos investigadores de CONICET), también hacían sus tesis 10 doctorandos. En proyectos específicos trabajaban 133 investigadores, becarios y técnicos de CONICET desde sus unidades ejecutoras.

Los trabajos que desarrollaba Y-TEC no solamente estaban alineados con los requerimientos de YPF, sino que en las áreas de producción convencional y no convencional de gas y petróleo el trabajo se desarrollaba en equipo entre YPF e Y-TEC.

El modelo Y-TEC, lejos de competir con el desarrollo científico básico, lo necesita: no hay desarrollo tecnológico sin una base científica. Un proyecto reindustrializador deberá generar nuevas empresas tecnológicas como Y-TEC en otras áreas productivas.

Gobernanza

El primer paso deberá ser seleccionar sectores industriales en dónde focalizar: todo junto no se puede; el Estado deberá elegir a unos y posponer a otros; los elegidos deberán ser los sectores con más posibilidades de crear empleos y mayor esperanza de balance externo positivo en el corto y mediano plazo. Una de las empresas estatales participantes en cada sector industrial asumirá su coordinación técnico-financiera.

Los costos derivados de la participación del SNCyT deberán ser afrontados por el Estado nacional. Las empresas privadas participantes deberán recibir financiación blanda del Estado y como contrapartida deberán aceptar trabajar a libro abierto para que el Estado pueda controlar sus costos y porcentaje de beneficios sobre la inversión propia, beneficios que solo podrán exceder la tasa de interés vigente en el mercado interno en unos pocos puntos porcentuales.

El proceso de reindustrialización que proponemos, si bien está basado en el desarrollo de tecnologías propias, no puede prescindir de disponibilidad de divisas; este es un punto crítico. Los recursos necesarios en divisas serán mayores en el comienzo de los desarrollos e irán disminuyendo asintóticamente con el tiempo, pero no llegarán a ser nulos. Para disponer de divisas y asignarlas a la reindustrialización será imprescindible establecer una nueva Agencia de Administración del Comercio Exterior, como lo fue el IAPI en el período (1946-1955).

Resultados

No se trata de medir para castigar o premiar sino para monitorear los trabajos e introducir muy a tiempo las correcciones necesarias. Los principales parámetros para monitorear cada proyecto serán: market-share, evolución de la generación de puestos de trabajo y evolución de la balanza de divisas.

Para poder recorrer un proceso de desarrollo autónomo con el consiguiente progreso social el Estado es un participante imprescindible. Achicar el Estado es achicar la nación.

El SNCyT es otro participante imprescindible; la experiencia internacional muestra que no hay desarrollo autónomo y por lo tanto desarrollo de encadenamientos productivos locales sin ciencia y tecnología nacional.

El borrador de estrategia de desarrollo que estamos discutiendo no pretende ser el que se implementará cuando se termine la pesadilla neoliberal periférica; pero hoy la discusión y elaboración de una estrategia de desarrollo debe ser el tema central en el campo nacional y popular.

*Profesor Emérito UBA