A casi 10 años de su último paso por Buenos Aires, The Chemical Brothers vuelve este sábado 22 para presentarse en plan de DJ set en el Autódromo (Av. Coronel Roca 6902), a las 23. Lo que es toda una novedad porque en sus tres desembarcos previos hicieron live set. La diferencia entre ambos formatos radica en que el último se basa en la obra del artista y abundan los instrumentos, en tanto que el otro alterna hits propios con tracks ajenos y las bandejas y laptops son los dispositivos. Vale la pena aclararlo porque esto genera confusión entre el público. Tal como sucedió con los franceses Polo & Pan en el Lollapalooza Argentina de 2023. Mientras que en San Isidro su performance se fundamentó en su repertorio, en su sideshow casi no tocaron temas suyos. Y los fans salieron de Niceto Club con sabor a poco.

La previsión meteorológica para el día del evento pinta bien: estará nublado, pero hará buena temperatura. La advertencia se debe a que cada vez que el tándem inglés actuó al aire libre en la ciudad experimentó algún problema, lo que convirtió a sus expediciones locales en experiencias para no olvidar. Como su show de 2004, organizado en el área descampada de la discoteca Pachá, donde una tormenta (parecida al Diluvio universal) se llevó por delante todo lo que encontró a su paso. Ed Simons, integrante del laboratorio sonoro, suele decir que esa noche fue “un desastre natural”. Ni hablar de lo que pasó en 2015, durante la última edición que se celebró en Buenos Aires del festival Sónar, en la que el viento que soplaba en la Costanera de Vicente López y los problemas técnicos ocasionaron que su espectáculo se retrasara una hora.

El grupo supo hacer de sus live sets una marca registrada, en la que su música estableció una dialéctica con las visuales de los videoartistas Adam Smith y Marcus Lyall (creadores del universo distópico que fluye en las pantallas), logrando un relato fascinante. Sin embargo, en los DJ sets que encararon tras la pandemia (el formato no nació luego del encierro, sino que es una herramienta a la que las figuras de la electrónica apelaron desde hace años para bajar sus honorarios, viajar ligeras y renovar conceptos) los nativos de la ciudad de Manchester hicieron gala de su curaduría musical. Eso lo certificaron en el festival inglés Glastonbury, en 2023, mezclando sobre una inmensa araña mecánica sus clásicos con himnos del palo como “Your Love”, del icónico Frankie Knuckles, o “Lack of Love”, de Adonis & Charles B.

De todas formas, su arte para la mezcla ya había quedado en evidencia en el disco Live at The Social Volume 1 (1996), grabado en vivo en la discoteca The Social, de Londres. A éste le secundó, en 1998, Brothers Gonna Work It Out, título que proviene de la cita “El hermano lo solucionará”, extraída de una canción del artista de soul y R&B Willie Hutch, quien abre el repertorio del compilado. Este trabajo contiene además “Block Rockin’ Beats” (tema de los Chemicals remixado en este caso por el proyecto francés The Micronauts), así como “Makin’ A Living”, de Kenny Dope Gonzalez (miembro del mítico dúo de música house Masters at Work); “The Theme”, de Unique; y “Mars Needs Women”, de Jack Dangers (fundador del grupo electrónico Meat Beat Manifesto).

Si bien con los años patentaron un sonido propio, que bebió de otros estilos de la música electrónica como el house y el techno, Ed Simons y Tom Rowlands, hermanos químicos por elección, concibieron a mediados de los años 90 un género propio: el big beat. A la causa se sumaron, casi inmediatamente, artistas del calibre de The Crystal Method, The Prodigy y Fatboy Slim. Se trata de un sonido ecléctico hilvanado a partir de la conjunción de rock, funk, house, punk y breakbeat, con líneas de sintetizadores avinagradas y bucles jazzeros. Básicamente, es una consecuencia del acid house, la banda de sonido de la rave (movimiento que surgió a principios de los años 90 en el Reino Unido, y que decantó en fiestas salvajes, desenfrenadas y clandestinas que a menudo incluían música en vivo, baile frenético y la droga reina: el éxtasis).

Este reencuentro con el público argentino coincide con la celebración de los 30 años del disco debut de The Chemical Brothers, amén de manifiesto del big beat: Exit Planet Dust, editado en junio de 1995. “Nadie del mundo de la música dance sacó un álbum que refleje estos tiempos. ¿Por qué se deja en manos de un grupo como Oasis la tarea de expresar la forma en que los jóvenes quieren salir y que les den una paliza cada fin de semana?”, dijo Simons a la prensa británica, a pocos días de lanzamiento. “Me sorprenden las bajas expectativas que se centran en la música dance. Tom y yo estamos todo el tiempo fuera, en clubes y recitales, viviendo a toda velocidad, disfrutando al máximo. Eso es lo que espero que estemos transmitiendo. Lo que la música dance necesita y merece en este momento es un gran álbum”.

El título de ese material alude a The Dust Brothers, denominación anterior del binomio (en Estados Unidos existía un dúo de productores de hip hop llamado así, conocido por su trabajo con Beastie Boys y Beck, que demandó a sus pares ingleses por usar el mismo nombre). Apenas apareció, el disco no sólo tuvo un éxito instantáneo, sino que también fue elogiado por toda la escena electrónica y la crítica musical. Entre 1995 y 2000, rankeó en las listas musicales del Reino Unido, llegando a alcanzar el puesto 9. De ahí destacaron los temas “Alive Alone”, para el que prestó su voz la cantante Beth Orton; “Leave Home”, cuyo inicio tiene un sample de la canción “Ohm Sweet Ohm”, de Kraftwerk; y “Life Is Sweet”, en la que colabora Tim Burgess, vocalista de The Charlatans (también fue remixado por Daft Punk).

En 2023, apareció el décimo y más reciente álbum de los Chemical, For That Beautiful Feeling, inspirado en la pandemia. Esto coincidió con la salida de la biografía Paused in Cosmic Reflection, que recrea sus 30 años de carrera y cuenta con testimonios de amigos y colaboradores como Noel Gallagher, Aurora, Wayne Coyne y Michel Gondry. Uno de los pasajes del libro versa sobre su tercer disco, Surrender, con el que se estrenaron en Buenos Aires, en la sala Museum, en 1999, y que contiene “Hey Boy Hey Girl”. Ese hit llevó la electrónica a los estadios y aún tiene el poder de revolucionar a las nuevas generaciones de público y artistas, de lo que puede dar fe Peces Raros, uno de los artistas locales que amenizará la previa en el Autódromo, desde las 17, junto con los DJs Tiefstone y Abit, y la francesa Chloé Caillet.