El juicio contra Leonardo Cositorto, líder de la organización Generación Zoe, alcanzó un momento de tensión extrema cuando el acusado fue expulsado de la sala minutos antes de conocer la sentencia que lo hallaría culpable de los delitos de asociación ilícita y estafa. La decisión se produjo luego de un altercado con el presidente del tribunal, Ricardo Carbajal, quien, visiblemente incómodo por las interrupciones reiteradas de Cositorto, ordenó su expulsión inmediata de la sala.

El enfrentamiento comenzó cuando Cositorto, visiblemente alterado, interrumpió en varias ocasiones la lectura de los fundamentos del veredicto por parte del magistrado. En un momento de creciente tensión, el juez ordenó a los efectivos policiales presentes: "¡Pónganle las esposas y sáquenlo de la sala!". En ese instante, el líder de Generación Zoe no dudó en gritar: "¡Está mintiendo! ¡Es una vergüenza! ¡Ustedes están comprados!". Sin embargo, su actitud no logró evitar el veredicto, que lo declaró culpable de ser el jefe de una asociación ilícita y coautor de una estafa a gran escala.

Un fraude que engañó a cientos de personas

El caso contra Cositorto, conocido como el “CEO” de Generación Zoe, tiene sus raíces en un esquema de inversión fraudulento que prometía grandes ganancias a través de una supuesta “academia de coaching financiero”. Según la acusación, lo que inicialmente parecía una oferta legítima de formación en finanzas, resultó ser una tapadera para una estafa piramidal. A través de su plataforma, Cositorto y sus colaboradores engañaron a cientos de personas, quienes confiaron sus ahorros a cambio de falsas promesas de réditos económicos, principalmente en dólares y criptomonedas.

En el juicio, los fiscales demostraron que el esquema no solo era insostenible, sino que carecía de toda base legítima. Se expuso que las inversiones ofrecidas por la empresa no tenían estados contables ni pruebas de las minas de oro que Cositorto alegaba, ni tampoco los avales de los cursos educativos que promovían. El propio juez Carbajal destacó que, según las declaraciones de los testigos, el engaño estaba probado: “Si tenía minas de oro, ¿cómo no me va a pagar el 7,5%?”, recordó uno de los afectados durante su testimonio.

El rechazo al acuerdo y la resolución judicial

En el marco del juicio, Cositorto intentó llegar a un acuerdo económico con las víctimas, ofreciendo una compensación de 340.000 dólares para resarcir a los damnificados. Sin embargo, el Ministerio Público de Corrientes rechazó este acuerdo, aduciendo que no solo se trataba de una cuestión económica, sino de una violación al orden público y a la seguridad jurídica. La fiscalía sostuvo que la trama delictiva debía ser juzgada sin privilegios para los acusados, asegurando que la oferta de Cositorto buscaba encubrir el origen del dinero y evitar una sanción judicial más severa.

Este juicio en Goya es solo uno de los muchos procesos que enfrenta Cositorto en diversas jurisdicciones del país. Las denuncias comenzaron a fines de 2021 y principios de 2022, cuando el esquema piramidal de Generación Zoe comenzó a desmoronarse, dejando a cientos de inversores en la ruina. El fiscal Rubén Barry destacó la magnitud del daño ocasionado por la estafa, calificando el accionar de los acusados como una “oficina de engaños” que, bajo el pretexto de ser una empresa educativa, operaba con fines ilícitos.

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