“Te voy a contar un último cuento: hace muchos años había un bosque, un lugar que ya no existe más. Allá en el monte conocí a Miguel, él decía que en los animales no había maldad. Pero aquel fuego no era un fuego de la naturaleza, era un fuego humano”, así empieza la película en la que una abuela le cuenta a su nieta el relato de lo que era el mundo cuando existían los bosques y los animales. Se trata de El crepúsculo de las especies que puede verse en el Cine Gaumont (Avenida Rivadavia 1635, Caba), a las 12.20, 16.15 y 20 horas, hasta el 26 de febrero.

Rodada con cámaras infrarrojas, la película está ambientada en 2063, cuando todos los bosques se han extinguido y la humanidad se prepara para abandonar el planeta por la falta de oxígeno. Diana, una bióloga de 75 años, viaja con su mente a 2022 y recuerda a Miguel, el último guardián de los bosques pampeanos. En momentos en los que en el sur del país, bosques enteros están siendo arrasados por el fuego, la cinta cobra una gran relevancia.

La producción del film es de Zebra Cine, Criatura Films y Florencia Franco y la producción ejecutiva es de Giorgina Mesiano y Florencia Franco. “Cuando leí el texto fue como encontrarme con mis propios pensamientos, con mis propias visiones del mundo”, dice a Las12 Marta Lubo, actriz de la película. “Fue como abrir las puertas a mi propia forma de ver y de sentir. Me daba cuenta que estaba en una absoluta hermandad con lo que Alberto Romero (el director) estaba buscando contar y por supuesto después hubo mucho trabajo con la voz para poder mostrar, tanto la sensibilidad de lo que yo pensaba y sentía, como lo que había que transmitir”, cuenta la actriz.

Sin oxígeno: así termina el ecocidio que vivimos en nuestros días según el film. 

El futuro llegó hace rato

Durante el rodaje, los temas sobre el cambio climático, el calentamiento global, las inundaciones, los incendios eran corrientes: “salíamos de una pandemia mundial que fue una situación única y eso sirvió para encontrar la verdad de este personaje y la verdad del mensaje de esta película”, explica Lubo.

La película muestra un futuro que podría ser cierto, donde ya no hay bosques ni animales porque no pueden reproducirse y la vida en todas sus formas está dejando de existir. “Se muestra cómo el planeta ha sido diezmado, ya no tiene vegetación, la Pampa que era un vergel no tiene nada, las especies no tienen dónde reproducirse y hay una imagen que fue la primera que se me presentó: imaginarte que estás en tu casa y mirás por la ventana y afuera hay mucha niebla”, dice Lubo.

En la película Lubo es la narradora, la abuela que le deja un mensaje a su nieta: “creo que cada vez estamos más cerca del 2063. Ojalá que para entonces haya algo que cambie positivamente”.

Según Greenpeace, el informe más reciente del panel intergubernamental del cambio climático advierte que con las políticas actuales de los países, el mundo se acerca al precipicio, al límite de calentamiento del planeta (1,5 °C de acuerdo con establecido por 195 naciones en 2015 en el Acuerdo de París). La organización alerta que para América Central y del Sur, los principales riesgos son la falta de acceso al agua potable, efectos sanitarios graves (debido al aumento de las epidemias), la degradación de los ecosistemas de los arrecifes de coral (debido al blanqueamiento de los corales), sequías frecuentes y/o extremas que pondrán en peligro la seguridad alimentaria y las inundaciones, los corrimientos de tierra, la subida del nivel del mar, las mareas de tempestad y la erosión costera que puede generar daños severos a la vida y a medios de subsistencia. E informan que los compromisos actuales de los países son insuficientes y no llegarían a limitar la temperatura de la tierra incluso en 3 °C, justamente el doble de lo exigido por la comunidad científica avalada por la ONU.