El intendente de la ciudad de Bariloche destacó hoy que "no hay certezas" de la presencia de armas de fuego entre los mapuches que organizaron la toma en Villa Mascardi, que culminó con el asesinato de Rafael Nahuel en manos del grupo Albatros de la Prefectura, y relativizó el accionar de la RAM en la zona, dos de los ejes centrales del discurso del Ejecutivo nacional en su pelea con el pueblo mapuche.

"La ciudad está tranquila aunque la muerte de un vecino siempre es dolorosa. Esta situación nos trae tensión y reabre una brecha que nos preocupa. El mapuche en Bariloche es parte de la ciudad misma. Muchos habitantes son descendientes de mapuches", señaló el intendente en diálogo con FM La Patriada.

Gennuso aclaró que "hubo reclamos territoriales por parte de comunidades mapuches que pudieron avanzar en el marco de la ley. En su mayoría se trata de comunidades preexistentes a los parques nacionales. Cuando se crearon en la década del '30 expulsaron a estas comunidades".

"Esto que pasó ahora nos sorprende. No estábamos acostumbrados a una toma intempestiva, sin negociación previa. No tengo pruebas para decir si hubo o no armas, puedo decir que hubo cierto grado de violencia", advirtió.

Sobre el accionar de la RAM, Gennuso dijo que "hubo dos hechos dolorosos para la ciudad que fueron las quemas de los refugios de montaña del Challhuaco y el Jakob. Eso sí fue reivindicado por un grupo llamado RAM. Sin embargo, a mí no me consta que los que tomaron el terreno de Villa Mascardi pertenezcan a ese grupo".

"No puedo prejuzgar ni presumir. Los dos únicos hechos que tenemos firmados por RAM fueron la quema de refugios, pero también puede ser mentira", señaló. "En Chubut también hubo reivindicaciones del RAM. Creo que estamos a tiempo para poder conversar y negociar para que estas cuestiones no crezcan", agregó.

El intendente consideró que hay un "caldo de cultivo importante para el crecimiento de hechos de violencia que se sitúa en la pobreza estructural que hay en el país desde hace décadas. En ese sentido las fuerzas federales no están ayudando. El enemigo natural de los sectores marginales es la policía. Frente a eso tampoco hemos sabido preparar a las fuerzas de seguridad para que no se les salte la cadena".