La reforma constitucional de Santa Fe se ha convertido en un tema central del debate político en la provincia. En este contexto, Roberto Sukerman, ex candidato a intendente de Rosario, encabeza la lista "Constitución y Futuro" como convencional constituyente y precandidato a concejal con una propuesta que, según él, pretende modernizar la Constitución y discutir temas clave como la autonomía municipal, la representación legislativa y la limitación de reelecciones. "El peronismo siempre ha sido reformista, pero quedó entrampado en la idea de rechazar la reforma constitucional", sostiene Sukerman, quien además critica la falta de debate dentro de su partido. "No quise entrar en la rosca del PJ sin un proyecto político claro", enfatiza ante Rosario/12.
- ¿Cómo ves esta situación del peronismo, que no ha logrado construir una unidad real? En algún momento se pensó que podría lograrse, pero no ha sido así.
-La crisis interna que atraviesa el peronismo de Santa Fe no es algo que haya surgido de un día para otro, sino que viene de un proceso largo. Después de doce años fuera del poder, cuando tuvimos la oportunidad de gobernar la provincia nuevamente, se esperaba mucho más. La falta de un proyecto claro y de una agenda que unificara al partido durante esos años hizo que no solo se perdiera la oportunidad de gobernar de manera eficiente, sino que también generó una crisis de liderazgo que a día de hoy no ha sido asumida por nadie. El problema es que nadie quiere hacerse cargo de esa crisis, y las estructuras que debían ser reformadas han quedado atrapadas en la burocracia interna del partido. Hoy, en lugar de un proyecto claro, lo que tenemos son comunicados vacíos que no aportan soluciones reales, ni para los votantes ni para los propios militantes. Creo que el peronismo en Santa Fe necesita dar un golpe de timón, salir de la defensa de lo indefendible y empezar a pensar de nuevo en las demandas de la gente. Esto debe ser una reconstrucción desde las bases y no solo una reconfiguración de nombres y cargos. A lo largo de la historia, el peronismo ha sido un partido reformista y modernizador.
-¿Qué significa la alianza política que constituiste junto a Fernanda Gigliani?
En realidad, soy el único candidato de las listas más importantes que no está actualmente en funciones públicas. Esta es una candidatura que surge no de los acuerdos internos del partido, sino de la gente, de un grupo de ciudadanos que me apoyan y me invitan a ser la voz de la oposición. Esta es una lista que se forma a partir de un proyecto político y no de una rosca de poder. No quise entrar en esa lógica, preferí mantenerme independiente y no tomar parte en lo que otros ya están haciendo. Con Fernanda Gigliani pretendemos construir un nuevo camino , porque el peronismo tiene que pensar en un proyecto claro que permita renovar sus liderazgos, pero no con caras que sean las mismas de siempre. La política necesita un cambio profundo, y mi decisión fue sumarme a esa propuesta, porque Fernanda es una persona que no ha estado atrapada en esa red de poder tradicional. Es alguien que entiende la necesidad de dar un paso hacia adelante, pensar en una provincia más moderna, en políticas públicas más inclusivas, que no se limiten a los intereses de unos pocos.
-¿Y cómo ves la reforma constitucional en este contexto, sobre todo en lo relacionado con la autonomía de Rosario? El tema de la autonomía siempre estuvo en debate, pero nunca se llegó a concretar un verdadero avance. ¿Cómo ves la reforma en este sentido y la posibilidad de que Rosario logre finalmente esa autonomía que tanto reclama?
-Este tema es central. El debate sobre la autonomía de Rosario no es algo nuevo, es una discusión que viene de hace muchos años, y lo cierto es que nunca se logró avanzar como se debería. La reforma constitucional que estamos discutiendo ahora debería contemplar una mayor autonomía para las grandes ciudades, especialmente para Rosario. Rosario no solo es una ciudad con una alta densidad poblacional, sino también un eje clave en la economía de la provincia, y sin embargo sigue siendo dependiente de la provincia en muchos aspectos. Me parece que es hora de plantear un verdadero cambio en la organización del poder, de descentralizar y permitir que las ciudades más grandes puedan tomar decisiones por sí mismas, sin tener que esperar la autorización de Santa Fe. Ya lo mencioné antes: la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha dicho que el poder constituyente no puede estar limitado por una ley nacional, lo que abre la puerta para una discusión profunda sobre el poder local. En mi opinión, Rosario tiene que tener una autonomía real, no solo teórica. Y si no es ahora, cuando se está hablando de la reforma constitucional, no sé cuándo se podrá concretar.
-¿Qué temas considerás que deberían ser prioritarios en la reforma constitucional? ¿Hay aspectos específicos que considerás que deben modificarse de manera urgente?
-Hay muchos aspectos que debemos debatir, más de 40 temas que están sobre la mesa. Algunos son fundamentales, como la regulación de las reelecciones, que debe ser limitada. No puede ser que los mismos cargos, como diputados, senadores, concejales e incluso intendentes, sean ocupados por la misma persona durante períodos excesivamente largos. Necesitamos un sistema que permita renovar los cargos y dar oportunidad a nuevas personas con ideas frescas. También es necesario discutir la inmunidad de los legisladores. La inmunidad se ha vuelto un mecanismo para proteger a quienes ocupan cargos y no para garantizar la independencia del Poder Legislativo. Es un sistema que está atado a una lógica obsoleta y debe modificarse. Otro punto fundamental es la modernización legislativa. No es posible que los legisladores solo trabajen entre mayo y octubre. Necesitamos que el Congreso esté activo durante todo el año. Y por supuesto, el sistema electoral también tiene que ser modificado. Actualmente, el sistema mayoritario no garantiza la representación de todas las voces, y eso es algo que debe cambiar, por lo que planteo un sistema más proporcional.
-¿Cómo te estás preparando para la lucha electoral en estos meses previos a la elección? Sabemos que las campañas suelen ser muy intensas.
-Mi campaña no se basa en promesas vacías ni en discursos engañosos. Soy el único candidato que ha propuesto compromisos diarios hasta el 10 de abril. Estoy dando un compromiso por escrito cada día, una promesa que voy a cumplir, y eso es algo que la gente puede ver y que se va a cumplir, independientemente de lo que pase en la campaña. Es un ejercicio de transparencia, de mostrar que las promesas no son solo palabras, sino hechos concretos. La gente está cansada de escuchar promesas que luego no se cumplen.
-¿Creés que es posible la unidad dentro del peronismo para encarar una propuesta común en Santa Fe, o realmente la fractura es irreversible?
-No soy de los que creen que las fracturas deben exponerse públicamente, pero también soy consciente de que hay diferencias profundas. La unidad dentro del peronismo es posible, pero no debe ser a cualquier costo. Hay que encontrar puntos de encuentro, pero esos puntos deben estar basados en un proyecto político común. No es solo una cuestión de nombres, sino de ideas, de un futuro compartido. El peronismo debe reinventarse, salir de las dinámicas que nos han dividido y pensar en el futuro de la provincia. Pero la unidad solo será posible si se logra un acuerdo en torno a un proyecto político serio, y no solo en torno a la repartición de cargos.
-¿Cuáles habrían sido las condiciones bajo las cuales te habrías sumado a la lista del PJ?
-Hubieran sido condiciones de debate previo, de tener un proyecto político claro y no solo una lista de nombres. Si el PJ hubiera tenido un proyecto político serio y una base ideológica sólida, hubiese sido posible un acuerdo, pero no lo encontré en esta ocasión. Hoy lo que estamos viendo es una lista que no representa un cambio real, sino una continuidad de lo que ya conocemos. Si hubiese habido una verdadera discusión y una base ideológica coherente, otra hubiese sido la situación.