El fútbol depara expresiones de cariño incondicional hacia una institución, que se expande a niveles muy elevados cuando del otro lado está el rival eterno. El enfrentamiento entre Huracán y San Lorenzo es de los más curiosos en ese aspecto, a partir de la cercanía barrial que los une.

El partido era en Parque Patricios, y el local se preparó para exhibir ese sentimiento de una manera especial. El recibimiento fue a puro colorido, con bengalas, banderas, pirotecnia y mucha efervescencia. El calor no podía detener tanta pasión.

El lugar de pertenencia, precisamente, fue la consigna que utilizaron los de Huracán para lastimar a su adversario. "¿De qué barrio sos San Lorenzo, de qué barrio sos?", fue el tema que entonaban para lastimarlo. El punto tiene que ver con el lugar de nacimiento (Almagro), la consolidación en Boedo, y la instalación del estadio en el Bajo Flores.

Lo que transmitía el público desde afuera tuvo buena recepción en los jugadores de Huracán, que rápidamente tomaron el control del juego, y volcaron el desarrollo hacia el arco de Orlando Gill. El envión inicial tuvo recompensa a los 11 minutos, cuando Fabio Pereyra cabeceó la pelota después de un tiro libre ejecutado por Leonardo Gil, y desató el delirio en todo el estadio.

San Lorenzo tuvo la obligación de salir de su terreno para ir en busca de la igualdad, y empezó a utilizar los laterales para llegar por afuera. Reali, que complicó durante todo el primer tiempo a Ibáñez, llegó hasta el fondo y lanzó la pelota al área en busca de su compañero Cuello, quien logró conectar pero el palo impidió el festejo.

Los problemas de Ibáñez no sólo eran futbolísticos, sino también físicos, y por ese motivo tuvo que ser reemplazado en la primera mitad. El que ingresó fue el debutante Leandro Lescano.

Lo del visitante no había sido bueno, y para la segunda parte el técnico Russo hizo ingresar a Cerutti y Cecchini. Las modificaciones le imprimieron más profundidad a San Lorenzo, y Cerutti provocó algunas aproximaciones de riesgo lanzándose sobre la derecha.

Huracán apostaba más al contraataque, con Mazzantti como líder del circuito ofensivo. Ramírez pudo marcar el segundo gol pero su remate se fue por arriba del arco. Cabral fue el otro que tuvo una gran oportunidad, pero la pelota salió al lado del palo. Abila también estuvo cerca, pero finalmente Cabral fue el que acertó en el descuento, y se produjo otra explosión en Parque Patricios. 

Los festejos se extendieron hasta tarde en todo el barrio. Huracán volvió a imponerse en su cancha y le quitó el invicto a su vecino, nada menos.

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