Luego de semanas de tensión y confusión, las principales agencias espaciales del mundo indicaron que la posibilidad de colisión del asteroide “2024 YR4” con la Tierra se desplomaron. De un considerable 3 por ciento, ahora indican que la chance de chocar es del orden del 0.001 por ciento. Así, el 2032 ya no se vaticinará como “el próximo fin del mundo”, ni mucho menos. Si bien dejó de representar un riesgo, el episodio enseña una lección: la relevancia del monitoreo global como defensa frente a amenazas cósmicas.