Una médica en Santa Fe fue condenada por los delitos de homicidio y lesiones graves por dos partos domiciliarios donde una paciente falleció y la otra sufrió la pérdida de su hijo, junto con lesiones graves en su útero.

En el Centro de Justicia Penal, los jueces Paula Álvarez, Florentino Malaponte y Carlos Leiva, condenaron a la obstetra María Giménez a 5 años de prisión efectiva por los delitos de homicidio culposo y lesiones culposas en concurso real en calidad de autora.

Según se pudo saber en el juicio, en mayo de 2015 Giménez atendió a una paciente en su domicilio, a la cual le había manifestado anteriormente que podía realizar el parto desde su casa “sin riesgos mayores para su vida o la de su feto”.

Sin embargo, en medio del parto, la salud de la mujer se deterioró, por lo que la médica decidió trasladarla en su auto particular hasta el hospital.

Aun así, a mitad del trayecto la paciente se descompensó y falleció. En el hospital se le practicó una cesárea de urgencia, y allí le diagnosticaron que tenía lesiones en el útero y que el feto también había muerto.

Un caso similar sucedió dos años después cuando en marzo de 2017 Giménez también le aconsejó a su paciente que podía llevar a cabo un parto domicilio sin sufrir complicaciones, misma versión que le había manifestado a la mujer que falleció.

Después de varias horas de trabajo de parto, la obstetra observó que la salud de su paciente empeoraba, motivo por el cual de nuevo agarró su auto y la trasladó hasta el hospital Eva Perón.

Al llegar a la institución médica, le debieron realizar una cesárea de urgencia, donde anunciaron que el feto había fallecido y que la mujer tenía lesiones gravísimas en el útero.

De este modo, se dio inicio a una investigación, y a casi 10 años del primer caso, la médica fue condenada a cinco años de prisión efectiva, sumado a 10 de inhabilitación para ejercer la medicina.

El caso de Mariela Zúñiga

Uno de los casos fue el de Mariela Zúñiga, quien murió el 4 de mayo de 2015. Ella ya había tenido una cesárea que había sido un poco traumática. Según sus familiares, habría sido innecesaria. Embarazada otra vez, ella empezó a leer por su cuenta en internet, hasta dar con la doctora Giménez, quien le decía que en general, las cesáreas eran innecesarias. Mariela asistió luego a los talleres de la obstetra.

La cesárea de Mariela había sido menos dos años antes de el nuevo parto. La medicina considera que hay un plazo mínimo de dos años para que el útero esté en condiciones para un nuevo parto. Por lo tanto la paciente era de riesgo y de ninguna manera era conveniente un parto domiciliario.

La doctora llegó a la casa de Mariela, quien comenzó a tener dolores muy fuertes, síntoma de un rompimiento uterino. Fue al baño y perdió mucha sangre. La doctora Giménez le decía que era porque el bebé estaba por nacer. Según testigos, la doctora se fue a fumar al patio y al volver, le dijo a Mariela: “Aprendé a parir”. Pero la paciente se desvaneció y entonces la doctora la trasladó en su auto al Hospital Roque Sáenz Peña, a donde nadie estaba preavisado de nada. Mariela llegó sin vida al hospital y el bebé también murió.