Había empezado noviembre y, entonces, la temida temporada de pruebas. Y de la misma forma en que ocurrió casi como epidemia en las escuelas rosarinas, en el colegio San Pablo, de Villa Constitución, también sonó el teléfono. Alguien dijo que había una bomba por explotar. La advertencia resultó una falsa alarma, pero la investigación siguió su curso. La Policía de Investigaciones entrevistó a testigos y se hizo del informe de una empresa telefónica que sorprendió a todos en la comunidad educativa. Con una orden del juez Ignacio Vacca, los agentes fueron hasta 9 de Julio al 1100 de esa ciudad, a la casa del profesor de Carpintería del colegio. Arrestaron al docente, de 23 años, que quedó imputado como el autor de la amenaza telefónica, y se le secuestró el teléfono celular de cuya línea partió el llamado que inquietó a todos.
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