Un avión con 65 migrantes deportados por Estados Unidos llegó a Costa Rica en medio de controversias sobre el trato que les brinda el gobierno. Se espera que sean unos 200 los migrantes deportados a Costa Rica, que aceptó servir de "puente" para las expulsiones ordenadas por el gobierno de Donald Trump, lo mismo que Panamá y Guatemala.

El vuelo aterrizó en el aeropuerto Juan Santamaría que sirve a San José con ciudadanos de "Rusia, Yemen, Nepal, China, Vietnam, Georgia, entre otros", dijo el ministerio de Seguridad.

Los 65 migrantes serán trasladados a un albergue en el cantón de Corredores, cerca de la frontera con Panamá.

Los deportados deberán esperar en el CATEM su proceso de repatriación o reubicación en otros países. "A la fecha, no se han recibido solicitudes de refugio para permanecer en el país" centroamericano, indicó el ministerio.

La Defensoría de los Habitantes costarricense criticó el trato dado a los deportados y advirtió que no podían ser regresados a sus países si corren peligro allá. "El Estado costarricense va a tener que determinar de qué forma va a gestionar la situación migratoria de estas personas", declaró la jefa de la Defensoría, Angie Cruickshank, al diario local La Nación.

El presidente costarricense, Rodrigo Chaves, señaló que los deportados permanecerán en Costa Rica "el tiempo estrictamente necesario", que estimó entre cuatro a seis semanas.

En el primer grupo arribaron ciudadanos de Afganistán, China, Rusia, Irán, Armenia, Georgia, Vietnam, Jordania, Kazajistán y Ghana. Entre ellos había 65 niños, acompañados por familiares, y dos mujeres embarazadas.

A Panamá llegaron hace casi dos semanas 299 migrantes asiáticos deportados por Washington, 103 de los cuales se niegan a ser repatriados, por lo que permanecen en un refugio en la provincia selvática del Darién, fronteriza con Colombia.

Guatemala todavía no recibió deportados de otros países.