La candidata izquierdista Beatriz Sánchez anunció que votará al candidato oficialista Alejandro Guillier después de que el postulante centroderechista Sebastián Piñera denunciara “irregularidades” en la primera vuelta. El anuncio abrió un nuevo cuadro de cara al balotaje de las elecciones en Chile, apenas reabierta la campaña proselitista. En una rápida sucesión Piñera denunció la existencia de “boletas marcadas” en favor de Sánchez y Guillier el 19 de noviembre; Sánchez anunció que votará al candidato de Nueva Mayoría y la presidenta Michelle Bachelet le reprochó a su antecesor su denuncia.
Sánchez, la sorpresa de la primera vuelta al quedar en tercer lugar, con un 20,3% de los votos -lejos de 8% que le vaticinaban las encuestas- dio con su respaldo a Guillier un paso que puede ser clave para el oficialismo, después de que el Frente Amplio (FA) hubiera decidido la semana pasada dejar en libertad de acción a sus votantes, aunque con un claro pronunciamiento anti-Piñera. Para la periodista, Piñera “cruzó un límite” al nombrarla como parte de las irregularidades, cuando dijo en una entrevista que en la primera vuelta se habían entregado a los votantes papeletas previamente marcadas a favor de Guillier y de ella.
“Menciona a dos candidatos y me menciona a mí, directamente. Esto es cruzar todo límite y yo lo dije antes y lo digo ahora como ex candidata: no se juega con Chile y no todo vale a la hora de una elección presidencial. Mi voto es contra Sebastián Piñera y para eso voy a votar por Alejandro Guillier”, clamó Sánchez.
Guillier agradeció de inmediato el respaldo, en un mensaje de Twitter: “@labeasanchez gracias por tu transparencia, fuerza y valor. Aprecio enormemente tu apoyo y la unidad para construir un Chile más justo”.
Piñera, por su parte, buscó bajarle el perfil al anuncio de Sánchez, al considerarlo “una decisión personal” y después habló del FA, al que llamó “una cosa nueva, una cosa distinta, pero todos sabemos que las modas pasan”. Guillier aprovechó el impulso para renovar sus cuestionamientos a Piñera: “En política, la soberbia es lo peor. Es mejor pedir disculpas y ponerse rojo una vez, pero él va a vivir morado toda la campaña”, dijo en alusión a su adversario. Con su denuncia, Piñera “ofende a todos los chilenos, porque el país siempre ha tenido un sistema artesanal, pero creíble”, agregó. “Está confundido pues presiente la derrota”, aseguró.
Con todo, no fueron todos festejos para Guillier, porque la corriente “Progresismo con Progreso” de la Democracia Cristiana anunció, en un documento de siete puntos, que, pese a la decisión de la conducción partidaria, no apoyará al candidato independiente la segunda vuelta.
Mientras tanto la Presidenta Michelle Bachelet se refirió sin mencionarlas a las declaraciones de su antecesor en el Palacio de La Moneda. A través de su cuenta de Twitter, la mandataria señaló que “Chile tiene un prestigio internacional por sus elecciones correctas y transparentes”. Y agregó: “Seamos responsables y no desacreditemos nuestras instituciones democráticas”.
A su vez el ex presidente Piñera negó luego haber hablado de fraude y remarcó que nunca puso en duda el resultado de la primera vuelta, sino que dijo lo que muchos canales de televisión, muchos diarios y muchas radios informaron profusamente sobre denuncias de ciudadanos respecto de votos marcados el mismo día de la elección.”Lo que yo vi con mis ojos fueron básicamente denuncias de que algunos votos habían sido marcados previamente, otros que hubo suplantación de identidad y el tercero fue el caso de un joven que intentó robar una urna”, dijo Piñera.
El jefe de campaña de Sánchez, Sebastián Depolo, señaló al diario El Mercurio que lo de la ex candidata “es un voto, no es apoyo” y aclaró que no hará campaña en favor del senador oficialista. Además, consideró “una gran mentira” que el FA pueda convertirse en oficialista. “Hemos dicho que en cualquier escenario seremos oposición, que tenemos un programa de transformaciones profundas en Chile, que hoy el programa de Guillier no nos representa. No nos estamos matizando; lo único que estamos haciendo es la expresión de su decisión política, con su voto impedir que Piñera vuelva al gobierno”, detalló el dirigente. El FA, colocado en el centro de la escena, viene a mostrar, según Depolo, que “se abre un nuevo ciclo político en Chile, que ya no tiene solo dos actores, dos grandes coaliciones que se reparten el poder, sino que ahora hay un tercer actor que viene a empujar transformaciones mucho más profundas que las que han propuesto los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría”. Con todo, no fueron todos festejos para Guillier, porque la corriente “Progresismo con Progreso” de la Democracia Cristiana anunció, en un documento de siete puntos, que, pese a la decisión de la conducción partidaria, no apoyará al candidato independiente la segunda vuelta.
El tercer domingo de noviembre, Piñera logró el 36,6 por ciento de los votos y Guillier el 22,7, lo que obliga a una segunda vuelta. Hasta acá, del resto de los candidatos, el pinochetista José Antonio Kast anunció su respaldo al ex mandatario, y la democristiana Carolina Goic, el progresista Marco Enríquez-Ominami y el comunista Eduardo Artés se pronunciaron por el postulante oficialista.