Si bien a comienzos de la semana el juez federal Alejo Ramos Padilla puso un freno a la avanzada de la gestión de Javier Milei contra al Banco Nación, la administración libertaria continúa con el plan para convertirlo en una sociedad anónima. Mientras, continúa utilizando la entidad como una herramienta política para enviar mensajes a dirigentes opositores y, puntualmente, a intendentes y gobernadores.
Su presidente, el cordobés Daniel Tillard, anunció el cierre de la sucursal de Ramos Mejía, partido de La Matanza. Se trata de un edificio importante, ubicado en la zona céntrica de la ciudad, sobre avenida Rivadavia, donde trabajan 30 personas.
La cartera de clientes se mudaría a la sucursal más cercana, Ciudadela, ubicada en Tres de Febrero. El intendente de ese partido, Diego Valenzuela, que comenzó su militancia en el Frente Renovador de Sergio Massa, acaba de formalizar su pase del PRO hacia La Libertad Avanza. Su gestión se vería beneficiada con el crecimiento de la actividad en el banco, mientras que los principales perjudicados serían los vecinos de La Matanza, distrito que gobierna Fernando Espinoza.
El argumento para justificar el cambio es el mismo que ya había sido utilizado en otros casos, como el que involucró la amenazada de cierre de la gerencia en La Pampa: el costo de los impuestos municipales. "El Partido de La Matanza, se ubica en los primeros lugares del ranking Banco Nación de las tasas municipales más gravosas del país", argumentaron las autoridades nacionales entonces.
El movimiento servía además para sumar elementos a favor del relato libertario y, puntualmente, a la pelea que el ministro de Economía, Luis "Toto Caputo, sostiene con intendentes y gobiernos provinciales para obligar que esas administraciones se sumen al recorte general del gasto propuesto por la gestión libertaria.
Para Daniel Mercado, secretario de prensa de la Asociación Bancaria y delegado general de los trabajadores del Banco Nación, con más de treinta años de trayectoria sindical, "la incidencia de las tasas en insignificante".
"La decisión es el regalo de bienvenida que el gobierno nacional le hace a Valenzuela. Y lo que armaron es un acto político, porque la sucursal sigue operando hasta el próximo 30 de abril", dice a Buenos Aires/12.
La lectura general de Mercado respecto a la situación es lapidaria y en ella destaca que la cartera de clientes que se le quita a La Matanza se traslada a una sucursal preexistente, por lo que tampoco habrá ninguna inversión en ladrillos, ningún dinamizador de la economía local ni obra para cortar cinta.
En el fondo, el cierre es parte del recorte y el achicamiento, que también jugaría a favor de una virtual privatización de la entidad, si es que los planes que truncó Ramos Padilla logran continuar su marcha por alguna otra vía.
"Ellos tienen el plan de cerrar ochenta sucursales en todo el país", dice Mercado. "Las excusas son que algunas están muy cerca entre sí, que algunas funcionan en edificios alquilados o que algunas pagan tasas provinciales y municipales muy elevadas, pero en realidad, es parte de una estrategia de uso político del banco y persecución al peronismo", señala el referente sindical que destaca a las figuras de Espinoza y el gobernador pampeano Sergio Ziliotto como dos "blancos" a los que apunta el armado político libertario.
Según señala el trabajador bancario, en el gremio y la entidad desde hace rato se advierte sobre la posibilidad de que situación similares se repliquen en las sucursales de Berazategui, Quilmes y Avellaneda.
De confirmarse, el avance de los distritos gobernados por Juan José Mussi, Mayra Mendoza y Jorge Ferraresi, dejaría al descubierto lo que Mercado describe como un "doble ensañamiento". "Con el peronismo en general y, en particular, con la provincia de Buenos Aires", define.
El verso de las tasas
--¿Cuánto pesan las tasas en el balance del banco?
--La verdad, nada. El ejercicio 2024 fue muy bueno. El banco ganó alrededor de 3.500 millones de dólares y prestó plata por 15 mil millones. Ese resultado desmiente todo el discurso oficial sobre la supuesta necesidad de fondeo y de achicamiento de los gastos operativos. Ocurre que hay una mirada muy ideológica, que sólo sabe hacer eso, bajar costos, que no necesariamente mejora la rentabilidad. Además, por estatuto, el banco tiene un rol social, vinculado a la inclusión financiera, no está obligado a ganar plata, pero igual gana.
--¿El banco no lo cuesta plata a los contribuyentes?
--Repito, el banco gana mucha plata y no sólo no le cuesta dinero al tesoro, sino que a partir de una ley de Mauricio Macri, puede aportar al tesoro nacional hasta el 20 por ciento de sus resultados. Entonces, la principal motivación para intentar privatizarlo no pueden decirla, porque es conseguir los dólares frescos que por ahora ni el FMI le quiere dar. Ese es el argumento real.
La sociedad anónima y el ánimo entre los trabajadores
--La Justicia frenó la conversión en sociedad anónima, que era el paso previo para la privatización, pero no el plan de achicamiento, que puede seguir, ¿qué ocurrirá en ese caso?
--Va a ser un golpe muy duro a la inclusión financiera, que es uno de los objetivos del banco. Nosotros estamos donde no llega la banca privada. En muchos pueblos bonaerenses sólo estamos nosotros y el Bapro. En esos pueblos, todavía hay gente que sufre la brecha digital, que prefiere ir al banco, pedir ayuda a una persona física. ¿Qué va a hacer toda esa gente si de golpe no estamos más?
--¿Hay relación entre los anuncios y la necesidad de tapar $LIBRA?
--Claramente. La línea de tiempo lo demuestra. Hace poco más de un año, apenas anunciaron la intención inicial de privatizar, nosotros respondimos rápidamente, con una asamblea en la casa central, a la que acudieron cuatro mil compañeros. Después juntamos un millón de firmas y se dieron cuenta que con nosotros no les iba a resultar tan fácil. Y vuelven a la carga justo ahora. Como dice el comunicado que publicamos, esto es parte de la misma estafa y es un intento de estafa todavía más grande.
--¿Cómo lo viven los trabajadores? ¿Qué dicen?
--Con bronca, con preocupación, porque sienten su fuente de ingresos amenazada. Claramente hay un cambio de humor social respecto del gobierno si lo comparamos con el de un año atrás. Antes, algunos decían bueno, hay que darle tiempo. Ahora nadie los defiende. Y menos después de $LIBRA.
--¿Entre los más grandes hay una sensación de dejá vu?
--Yo viví los noventa, los recuerdo perfectamente. La intención es parecida, pero hay una diferencia sustancial. Menem estaba mucho más armado políticamente. Esto es entre improvisado y payasesco.