En el marco del concurso de acreedores de la filial uruguaya de la fintech, cuyo titular Alejandro Muszak permanece detenido a la espera de un juicio penal por estafa, el síndico determinó que la empresa posee 82 millones de pesos de ese país, equivalentes a 1,9 millones de dólares, que serán proporcionalmente repartidos entre sus acreedores.

En Uruguay, el monto de la estafa se calcula en veinte millones de dólares y los damnificados son alrededor de 600 personas, que por ahora recuperarían en el mejor de los casos, el diez por ciento de su capital. En paralelo al concurso comercial, Muszak es investigado penalmente por el fiscal de Delitos Económicos de ese país, Gilberto Rodríguez.

La demora en la justicia, una vez más, jugó a favor de los reos, que pudieron eliminar pruebas y entorpecer la investigación. La sindicatura lamentó no haber podido analizar los movimientos de las cuentas de la empresa en los bancos HSBC y Santander ya que "fueron cerradas con anterioridad a la intervención, impidiendo el acceso directo a la información relevante".

Por otra parte, “Wenance Argentina procedió al bloqueo total del sistema, ya sea directamente o mediante instrucciones impartidas a los proveedores de servicios informáticos, lo que generó un apagón informático que impidió la recuperación íntegra de los registros contables y operatives”. Por todo ello, “únicamente se logró recuperar una fracción de los datos necesarios para la reconstrucción detallada de los flujos financieros”.

Sin embargo, entre otras cosas, Rodríguez tiene comprobado que Muszak derivó dinero de las cuentas de Wenance Uruguay a otras de Argentina, lo que constituye la figura de "apropiación indebida". Por este motivo, la justicia del país vecino libró una serie de oficios a su par argentina, para conocer la situación de la empresa.

Pero la ruta del dinero, que en total, entre Argentina, Uruguay y España supera los 300 millones de dólares, no se detiene acá. Fuentes con acceso al expediente sostienen que el dinero fue convertido a criptomonedas y se mueve desde los países bálticos, donde Muszak tiene familiares.

Nexos con $LIBRA

Por un lado, varios querellantes reconocieron a Mauricio Novelli, el joven trader titular de una academia de educación financiera, cuyo principal promotor era el presidente Javier Milei, como ex empleado de Wenance e integrante del entorno de Muszak y suponen que el financista debe haber ejercido una suerte de mentoría sobre su joven émulo.

Novelli, que habría trabajado en Wenance aproximadamente entre 2018 y 2020, tuvo un alto nivel de exposición mediática estos días, por ser socio de Manuel Terrones Godoy en la organización del Tech Forum de octubre pasado, en el que disertó Milei y donde trabó relación con Mark Hayden Davis, para planificar la estafa de $LIBRA, que finalmente se consumó el 14 de febrero pasado, a pesar de las reiteradas advertencias de los conocedores del sector.

Días pasados, la comisión de Informática de la Cámara de Diputados de la nación realizó una jornada informativa sobre criptomonedas, en la que disertaron los principales expertos en la materia. Todos coincidieron en que ni Novelli ni Hayden Davis eran conocidos por sus logros profesionales.

Uno de los expositores fue el director ejecutivo de la Cámara Argentina de Fintech, Mariano Biocca. Creada por el titular de Mercado Libre y Mercado Pago, Marcos Galperín, la cámara tuvo a Wenance entre sus primeros integrantes. 

Apenas se conoció el incumplimiento de Wenance con sus inversores, que luego se confirmaría como una quiebra fraudulenta, el comité de disciplina de la cámara resolvió suspender la membresía de Wenance. Biocca, que manifestó en más de una oportunidad  su preocupación por el daño reputacional que Wenance generaba al mundo fintech, dijo algo muy similar respecto de $LIBRA y las criptomonedas serias.

Modus operandi

Wenance es la fintech que prestaba dinero por internet a sectores no bancarizados de la población. Desde 2016 fue demandada sucesivas veces por usura y cobros abusivos a los tomadores de crédito. En julio de 2023 dejó de cumplir sus obligaciones con los inversores.

La investigación penal confirmó que Muszak realizaba intermediación financiera ilegal, sin licencia del Banco Central (BCRA). Su operación consistía en emitir títulos de deuda por esos préstamos y colocarlos, tercerizando así el riesgo. Llegó a vender hasta seis veces el mismo préstamo, lo que constituye una típica conducta de esquema Ponzi, donde los nuevos inversores pagan los beneficios de los anteriores.

Las empresas fintech, apócope de finance technology, como Wenance tienen escasísimo control por parte del BCRA, debido a que la ley de entidades financieras todavía vigente, sancionada por la última dictadura cívico militar, los desmanteló para facilitar todo tipo de negocios.

Para la normativa, Wenance califica como una prestadora de crédito no financiero, al igual que numerosas mutuales y cooperativas. Amparado en ese vacío, Muszak hizo crecer su operación con prácticas ilegales, que en cualquier entidad debidamente controlada por el Banco Central, hubieran sido tempranamente detectadas.